SIN DAÑOS A TERCEROS

Capítulo 13

Segundo Reencuentro:

¡Te presento a mi prometida!

Kagome observaba desde su móvil la ubicación en tiempo real que le había enviado a Inuyasha. Que estúpida, había salido corriendo tras aquel beso que se le olvidó ese pequeño detalle. Tuvo que dejar de compartirla con él, ya que lo veía en línea y después escribiéndole un mensaje.

Pocos instantes llegó su mensaje.

"¿Ya comiste?"

Salió del WhatsApp para bloquear el móvil. Estaba realmente decidida a dejarlo en visto, incluso bloquearlo. Pero su jefe Myoga la había comprometido con él para ayudarle con un cuadro, así que no tenía más remedio que mantener activo su número. Ahora el contacto dejaba de ser "Dueño de Roco" para convertirse solo en "Inuyasha".

Escuchó como vibró el aparato sobre la mesa. Probablemente era un mensaje de las chicas, pero no, estaba realmente equivocada. De nueva cuenta Inuyasha le mandaba un mensaje.

No me dejes en visto y contesta.

Frunció el cejo, ya ni Hoyo se ponía tan exigente. Incluso era él el que tardaba en contestar.

Se metió al perfil de Inuyasha, solo para ver la fotografía que tenía. En la foto estaba abrazado cariñosamente a una mujer madura con unos rasgos muy parecidos a los de él. Probablemente era su madre. Esbozó una sonrisa, era muy bonita.

De nueva cuenta volvió a vibrar el móvil entre sus manos.

Sé que está en línea señorita Higurashi, así que contesta. No soy un hombre paciente y lo sabes muy bien.

Hizo una mueca y decidió teclear su respuesta.

No, aun no como.

Inuyasha esbozó una sonrisa, desde luego se esperaba una respuesta seca de su parte. Miró a su perro, quien estaba acostado en una camilla y dormido. Gracias a él había encontrado a la chica que lo dejó completamente alucinado en Cancún. Ya ni sus expertos detectives habían podido dar con ella.

Desde ahora Roco merecía una porción extra de carne.

¿Qué tal si comemos juntos?

Fue el mensaje que le había enviado y en dos segundo ya tenía su respuesta, que por cierto no le agrado del todo.

No.

Pero no estaba decidido a rendirse de una manera tan fácil. Así que utilizó todo su arsenal para convencerla.

Te prometo que solo será para hablar de asuntos de trabajo.

La vio escribir, luego fuera de Línea, después volvió a estar en línea para terminar escribiéndole.

Señor Taisho, hablaremos de eso mañana como habíamos quedado. Hasta el momento, que tenga buen día.

¿Qué tenga buen día?

Frunció el cejo ¿Es que esa mujer no se acordaba de las horas de sexo que tuvieron? ¿De cómo se deshacía entre sus brazos y le pedía más de lo mismo? Porque si lo había olvidado se lo haría recordar mañana que la tuviera a su merced en su ático. Si, eso era jugar sucio, pero ella estaba empeñada a ignorarlo, incluso había salido huyendo de central park cuando le entregó a Roco. Tras aquel beso.