SIN DAÑOS A TERCEROS

Capítulo 9

A partir de aquí la historia toma un giro. Cada uno regresa a su vida normal.

No es no

Inuyasha masajeó su cien derecha con una mano y la dejó ahí, mientras pretendía escuchar a su acompañante.

―Entonces le dije a mi papi que me comprara un depa nuevo – comentaba ella, con una sonrisa. – Y lo hizo.

De vez en cuando hacía bailar su melena negra y corta como para capturar su atención. Como si ese simple coqueteo fuese necesario para cautivarlo. Pero no era así.

―Además, ese recinto ya estaba pasando de moda.

Observó su plato intacto, el filete que estaba ante él no se le apetecía en nada y odiaba desperdiciar la comida. Tal vez lo pediría para llevar y se lo daría a Tsubaki, su empleada doméstica.

No podía creer que su propio padre hubiese orquestado una cita con Yura Jackson. La única hija mimada de su único amigo. Se había comunicado a través de su secretaria Sarah, para pedirle que se reuniera con él en el Eleven Madison Park el lunes por la noche. Su petición fue de manera urgente, por lo que supuso que era para hablar de asuntos de negocios. De saber como iba la empresa. Debió haberlo presentido, pues cuando a su padre se le da por hablar sobre la empresa los cita tanto a Sesshomaru como a él en su residencia.

En estos momentos él estuviera en su residencia de soltero, tal vez viendo una película acompañado de "Roco" su Husky siberiano.

No sabía como cortar aquella cita. Incluso su simple sonrisa le molestaba.

Y de pronto, apareció ella en sus pensamientos.

Gamora, Wanda o pequeña, sea cual sea su nombre. No había podido dar con su paradero a pesar de haber pasado una semana. Una simple foto no bastaba y tenía a más de un detective averiguando todo acerca de ella.

Aquella esencia de fresa y jazmín la tenía tan presente como el primer día en que la vio. Justo cuando aquella azafata la obligó a tomar asiento junto a él. Aunque iba molesto porque Sarah no había podido conseguir a primera instancia uno a primera clase, hoy en día se lo agradecía. Porque gracias a ella fue como pudo conocer a la pequeña Gamora alias "Wanda".

Esas noches de desvelo las usaba para ver su móvil y buscar las dos fotos que le había logrado tomar y si, admitía incluso que se masturbaba reviviendo los encuentros fortuitos que tuvieron.

¿Estaría pensando en él?

¿Qué estaría haciendo en estos momentos?

Esperaba que ella también pensara en él como lo hacía con ella.

―Interesante – respondió al fin.

― ¿Y qué tal tu día? – preguntó, recargando un codo sobre la mesa e inclinándose un poco ante él.

Inuyasha abrió la boca y después la cerró. No estaba seguro de que a Yura le interesara temas de negocios. Para ella su mundo giraba en torno a ropa nueva, viajes de lujos, uñas nuevas.

¿Por qué las mujeres se ponían uñas en las uñas?

―Interesante, como siempre, Yura.