La noche anterior

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Me quedé mirándola por un largo tiempo, ¿ella de verdad creía que era capaz de entrar a ese lugar…, custodiado por todos lados? Negué con la cabeza y me lancé a los brazos de Tommy para que me contuviera.
-Brenda, ¿crees que puedas llamarlo ahora…, a tu novio?-le preguntó Thomas, dándome suaves palmadas en la espalda.
-Claro, eso mismo iba a hacer.
Cogió su teléfono y marcó al número de Will, esperando a que atendiera de una buena vez.
-Amor –le dijo con tono amable y cariñoso-, necesito pedirte un favor. ¿Nos vemos en unos minutos en la cafetería que está al lado de tu trabajo?... Excelente, nos vemos, mi vida.
La sonrisa apareció inmediatamente en su rostro, y algo me dijo que no era producida porque las cosas nos estuvieran saliendo bien; Brenda se veía completamente enamorada de su chico.
-¿Qué te dijo?-le preguntamos Tommy y yo al mismo tiempo.
-Que sí. Vamos a juntarnos en la cafetería para convencerlo-hizo una pequeña pausa y agregó–: en marcha, shanks.
Mi amiga tomó su bolso junto con la revista de TMZ que yo había lanzado lejos, se encaminó hasta la puerta de salida y nos hizo señas de que avanzáramos más rápido. Bajamos los tres hasta la primera planta e hicimos parar a un taxi que estaba pasando por fuera del departamento.
-Suban…-nos ordenó a ambos, dándonos empujones.
Quedamos los tres apretados en el asiento trasero, aunque no me molestaba estar cerca de Tommy después de un eterno día sin él. Dejamos atrás el edificio, metiéndonos entre callejones y avenidas que parecían no acabar nunca, entonces llegamos a la famosa cafetería de la que hablaba Brenda. Thomas le pagó al taxista y bajamos a trompicones, golpeándonos la cabeza con el techo del vehículo.
-Mierda, esa cosa parecía estar hecha de ladrillos…-le susurré a Thomas, sobándome la cima de la cabeza.
Él no dijo nada, simplemente me tomó de la mano y me dirigió a donde sea que fuésemos a sentarnos. Brenda pidió unos cafés para que el mozo no se molestara por haber venido sin tener intenciones de comprar nada.
-Pero ustedes son tres…-dijo el hombre, molesto porque Brenda le había pedido sólo dos cafés.
-Queremos sólo dos. Mi pareja ya viene así que vamos a compartirlos.
-Pero…
-Queremos sólo dos, ¿está sordo?-soltó Thomas, perdiendo la paciencia.
-Vale. Ya viene sus pedidos-se dio media vuelta y se fue murmurando cosas por lo bajo. Miré el edificio que estaba al frente y vi tres letras en grande:
TMZ
Qué porquería más grande, no puedo creer que vayamos a entrar allí sólo por un descuido mío y de Bryan. Lo peor de todo era que ni siquiera me acordaba de nada.
Los guardias de la entrada eran enormes, casi tan grandes como los gorilas de mi padre, y permanecían inmóviles de pie frente a la puerta giratoria de cristal. Ni siquiera se miraban entre ellos.
-Hola, cariño-le dijo un chico a Brenda, dándole un pequeño beso en los labios. El muchacho tenía nuestra edad y parecía agradable-. Hola-nos dijo a los demás con una inclinación de cabeza.
-Hola.
-¿Y bien, amor, para qué me necesitas?
-Verás, éste shank aparece en la portada de la edición que saldrá mañana… queríamos saber si…
-No-la cortó él, prediciendo lo que su chica iba a decirle-. Brenda, sabes perfectamente cómo son las reglas aquí. No puedo hacerlo.
-Pero, Will…
-Brenda.
-Por favor, mira, sólo tienes que quitar esas fotos y listo. No es la gran cosa.
Thomas y yo nos mantuvimos al margen de todo, rezando para que Brenda pueda convencerlo. Will frunció el ceño y miró al suelo, sin saber qué hacer.
-Bren, ésta noticia nos iba a subir a la cima, ¿te acuerdas de todo lo que hemos hablado sobre irnos a vivir juntos…, y ahora quieres echarlo todo por la borda?
-William, ellos son mis amigos, ya habrá tiempo u otra forma de comprarnos el departamento.
Tomé la mano de Thomas y lo jalé suavemente para ponerlo de pie, él me miró extrañado pero aun así me siguió hasta un lugar más apartado. Nos detuvimos frente a un pilar de la cafetería y me pasé la mano por el cabello, sintiendo cómo los nervios me recorrían completamente.
-Tommy, tú ya me perdonaste, ¿no es así?
Thomas miró al piso, jugando con los dedos de su mano y así evitando tener que mirarme a los ojos.
-¿Quieres la verdad?-me preguntó él. Sabía que no podía verme, pero asentí con la cabeza.
-Sí, por favor, sé honesto conmigo.
-No, no te he perdonado aún. Creí haberlo hecho ayer, cuando estuvimos en la cocina… pero luego te besaste con él, con Bryan, ¡¿cómo crees que me sentí?!
-…
-Newt.
-…
-No llores, Newt-me pidió, abrazándome con fuerza, pero simplemente ya no podía detener las lágrimas. Lloré sobre su pecho, humedeciendo la camiseta que le había prestado.
-¿Entonces por qué estamos haciendo todo esto, Tommy? Brenda y Will quieren comprarse un departamento y con esto sólo los estamos haciendo discutir… ¡míralos! –Le señalé a mi amiga, que tenía el ceño fruncido mientras hablaba con su novio–Si no me perdonas, entonces no tiene sentido que yo esté aquí, porque vine a Londres sólo por ti. Entonces da igual que mi padre me encuentre, de todas formas no estaré más contigo.
-Newt, yo, yo no quería decirlo de ésa forma.
-¿Entonces…?-insistí, tomándolo de los hombros para que me mirara a la cara. A Thomas le tembló el labio inferior mientras balbuceaba un par de cosas que no logré entender-. ¿Qué fue lo de hace un rato? ¿Sólo una calentura?
-Te necesitaba.
-¿Por qué? ¿Por qué no me perdonas si me necesitas tanto?
-Porque…-comenzó a decir él, pero fue interrumpido por Brenda.
-Listo, me costó convencerlo pero ha aceptado.
Miré a Will, que estaba de brazos cruzados y nos miraba con cierto recelo. Luego vi la expresión de Thomas, como la de un niño al cual le hacen decidir entre dos de sus sabores de helado preferidos y me sentí terriblemente culpable. Solté su mano, dispuesto a ser yo quien tome la difícil decisión.
-Brenda, Will, perdón pero…
Entonces Thomas me cortó de repente.
-Perdón por hacerlos discutir, ¿vamos?-preguntó con seguridad, miré sus ojos, que estaban algo humedecidos pero que miraban todo con determinación y firmeza.
-Tommy…
-Te quiero, Newt-me dijo él, sorbándose los mocos.

Y con eso dicho, nos acercamos un par de metros al edificio, procurando no lucir como cuatro maniáticos queriendo robar unas fotos. Will nos explicó el plan:
-Muy bien, entraremos todos con la excusa de una sesión de fotos que hará Brenda. Una vez que estemos adentro, ustedes se dirigirán a la sala de impresiones… allí hay una computadora con los archivos de cada semana, tienen que entrar a la que se publica mañana y borrar las fotos, ¿de acuerdo? No pueden fallar o todo habrá sido en vano. Nos veremos en diez minutos más, que comienzan en cuanto ingresemos al edificio, para salir de aquí, ¿vale?
Todos asentimos con la cabeza y nos enderezamos lo mejor posible, luciendo como cuatro profesionales. Llegamos hasta donde estaban los guardias y Will les mostró una credencial que lo señalaba como trabajador de TMZ.
-¿Y quiénes son ellos, por qué no andan con credenciales?-nos preguntó uno de los guardias, señalándonos con un dedo.
-Ellos son los fotógrafos y la modelo de la cual te hablé ayer, Frank. Ella es Brenda…-tomó la mano de su novia y forzó una sonrisa para que no hubieran sospechas. Thomas y yo los imitamos, sonriendo falsamente y sintiendo cómo nos corría una gota de sudor por la frente debido a los nervios de que nos descubrieran con las manos en la masa.
-Pasen-nos dijo secamente, volviendo a su posición inicial. Cruzamos la puerta giratoria y, sólo entonces, respiré con tranquilidad. El corazón me taladraba las costillas y mi pecho me ardía demasiado.
-Chicos, tienen sólo diez minutos para volver… No se demoren ni sean imprudentes-nos advirtió Will, dándonos una sonrisa verdadera. Thomas y yo nos echamos a correr escaleras arriba una vez que Will nos explicó dónde estaba la sala de impresiones.
Subimos los peldaños de dos en dos y nos detuvimos en seco cuando leí en voz alta que ya habíamos llegado al piso número siete, que era el último piso.
-Creo que va a darme un bloody infarto, Thomas…-le dije entre jadeos. Las mejillas las tenía enrojecidas y varias gotas de sudor se habían acumulado en todo mi rostro. Tommy me desordenó el cabello y rió con diversión.
-Sangster, eso te pasa por ser tan flojo.
Me quedé unos segundos en silencio, intentando controlar mi respiración, y sonreí ante lo que él me había dicho.
-Hace tiempo que no me llamas así, O’Brien.
-¿Te gusta, Sangster? A mí sí, Sangster. Eres tan lindo, Sangster…
-Tommy, ya fue suficiente, sabes que no me gusta mi apellido.
-Pues, que mal, Sangster… porque a mí sí me gusta, Sangster…
-Tommy.
-Te amo, Sangster-los penitentes se asomaron nuevamente en mi estómago, comiéndome las entrañas y revolviendo todo lo que había en mi interior. Cada vez que Thomas decía que me amaba hacía que mi mundo quedara patas para arriba.
-Yo igual, O’Brien. Ya, apresúrate-le ordené, empujándolo hacia el pasillo.
-¡Pero si fuiste tú quien se quedó todo ese rato ahí!-chilló él.
Tomé su mano sólo porque se me daba la gana y caminé con él hacia la sala de impresiones. Si Will estaba en lo cierto, debía de estar unas cuantas puertas más allá, después del cuarto de ediciones.
-Mira, ésta dice Ediciones.
-Entonces la siguiente debe ser la que buscamos-le dije a Tommy.
Llegamos hasta un cuarto enorme, con las letras IMPRESIONES escritas muy en grande. El lugar estaba vacío y había enormes máquinas listas para imprimir la próxima edición de la revista.
-Ahí está–le dije a Thomas, señalándole la computadora de la cual hablaba Will. Corrimos esos metros que nos separaban de ella y la encendimos. Antes de mostrar el escritorio, nos pidió una clave.
-TMZ2015… ¡pon eso!-me dijo Thomas, y al ver que yo no reaccionaba, me arrebató el teclado de las manos y lo escribió él mismo.
La pantalla se tornó negra y por un segundo creí que Thomas la había jodido, después mostró dos palabras en letras brillantes y verdes.
Código ACEPTADO.
-Espera, ¿cómo sabías que ésa era la contraseña?-le pregunté incrédulo. Posiblemente yo hubiera tardado otro par de minutos antes de adivinarla.
-Bueno, todas tienen la misma clave, sólo le cambian el nombre de la revista… La nuestra es Today2015.
-Y ahora me das datos curiosos…-le comenté en tono burlón, dejé escapar una risita nerviosa y volví a concentrarme en la pantalla. El escritorio se abrió pero no había nada en él.
-¡Cristo! ¿Por qué shuck le colocan tantos métodos de seguridad?-preguntó Thomas, evidentemente enfadado. Por suerte recordé cómo ver las carpetas ocultas, abrí unas cuantas sin resultado hasta dar con la correcta.
-Es ésta, ¿verdad, Tommy?-le pregunté sólo por cerciorarme, él asintió con la cabeza y abrí el archivo. La foto de Bryan y yo me causó escalofríos, haciéndome temblar de la vergüenza. Borré la foto y dejé una portada en blanco. Luego me dirigí hacia la página indicada y borré todo lo que tuviera que ver con la noche de ayer.
-Listo, Sangster. Será mejor que nos larguemos de aquí cuanto antes…
-No, espera…-le pedí. Entre los archivos de la carpeta había un video que titularon como: fiesta de bienvenida. Lo abrí y agrandé la pantalla para ver de qué se trataba. Entonces los recuerdos volvieron a mi mente.

Estaba parado en la barra del bar mientras bailaba sensualmente una canción de maroon five… Dios, esto no podía ser cierto… Thomas intentaba bajarme de allí pero yo insistía en que estaba divirtiéndome como nunca antes. Y de un descuido, tropecé con un charco de whisky que había en la mesa, perdiendo el equilibrio para luego caer directo al piso. Con razón me dolía tanto la espalda.
Bryan corrió hasta mí y me levantó con cuidado mientras Brenda me tomaba de un brazo para ayudarme, ella también estaba algo pasada de copas y Brendon… bueno, él estaba poco menos tirado en un rincón del recinto. Me puse de pie tambaleante y pedí a los gritos a Thomas, tanteando a las personas con mis manos para buscarlo, de pronto mi rostro pareció esclarecerse y tomé a Bryan de las mejillas, plantándole un beso en la boca. Thomas me miró desde unos cuantos pasos más atrás y levantó una mano para separarnos, pero los flashes brillaron en todas direcciones, cegándolo.
-¡Newt! ¡¿Qué haces, shank?!-me gritó enfurecido, tirándome de un brazo, entonces noté que no era Thomas a quien estaba besando. Intenté lanzarme a sus brazos, pero él me empujó lejos. Bryan aprovechó la oportunidad y me sacó del lugar a fuertes tirones… Entonces así fue cómo ocurrió todo…

-Mierda… Tommy, lo siento tanto… no pensé que el alcohol me afectara tanto.
-Sí, como digas. Ahora vámonos de aquí-su voz tembló al decirlo, como si estuviera ocultando algo, pero decidí ignorarlo.
Borré el video y una idea cruzó por mi mente.
-Tommy, busca un cable usb, por favor.
-¿Para qué? El tiempo se nos está acabando. Tenemos sólo dos minutos.
-¡Sólo hazlo! –grité con desesperación. Era cierto, el tiempo se estaba agotando pero no podía irme sin hacer algo antes.
Thomas buscó entre las máquinas el cable que le había pedido, ya que era algo infaltable en una revista. A los pocos segundos llegó con uno.
-¿Qué harás?-preguntó con intriga.
Lo conecté con mi celular y busqué entre los archivos una foto en especial, copié y pegué la imagen, adaptándola como la nueva portada y escribí en letras grandes:
Brenda Despain, la nueva modelo de TMZ”.
-Listo.
Quité el cable y guardé mi teléfono dentro del bolsillo antes de apagar la computadora. Thomas me agarró de la mano y me guió escaleras abajo hasta llegar al primer piso. Salimos al pasillo y corrimos apresuradamente hasta toparnos con Brenda y Will.
-Llegan tarde…-nos dijo el chico, cruzándose de brazos. Me encogí de hombros y sonreí con malicia-. Bien, bien, síganme.
Nos llevó hasta una puerta trasera, empujándonos afuera del edificio.
-Gracias, Will, eres el mejor-le dijo la castaña, dándole otro beso en los labios.
-Lo sé, ahora váyanse antes de que sospechen.
Nos hizo una seña en forma de despedida, sin embargo, igual me lancé a sus brazos para darle las gracias.
-No sabes cuánto te lo agradecemos…
-Me deben una-dijo él, echándose a reír.
-Creo que ya la hemos pagado…-le dije divertido al momento de separarnos, Will me miró extrañado pero no dijo nada al respecto. Cerró la puerta trasera y desapareció.
Brenda me tomó del brazo y se acercó a mi oreja para preguntarme:
-¿A qué te referías con que ya se la habéis pagado?
-Ya lo verás, Brendita-le respondí, dándole un fuerte abrazo.
 La foto que había dejado en TMZ era una de ella que le había tomado hace días atrás en el metro de la ciudad; se veía tan hermosa como una modelo, así también aprovecharíamos de buena manera la excusa que le dimos a los guardias para poder entrar.

Examen de Recuperación (2da Temporada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora