El mejor hombre del universo

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Punto de perspectiva de Thomas

Llegué a Today, que era la forma de llamarle al edificio de la empresa de la revista, y dejé mis cosas en la oficina. Sí, ya tenía oficina, era pequeña pero mejor que nada… supongo.
Janson me ha dejado a cargo de las columnas, que es lo que quería realizar desde un principio, y me senté en mi asiento para comenzar a escribir. Se suponía que debíamos hacer comentarios típicos de jóvenes sobre una cosa en específico, pero igualmente en estos momentos tenía la creatividad tan seca como una pasa, no alcancé a encender la computadora cuando mi compañera irrumpió en el lugar.
-Thomas, tengo malas noticias-anunció Sonya, mi vecina de oficina, al momento de entrar en ella. Tenía el pelo largo y rubio, que me recordaba al de Newt, y dejaba ver sus dieciocho años bien vividos. Eso era lo que tenía de especial la revista Magazine Today, que estaba creada por jóvenes y hechas para jóvenes, ése era el punto de todo esto.
-Dime-le dije, poniéndome de pie para saludarla. Deposité un beso en su mejilla y me alejé unos centímetros para mirarla a la cara.
-Renunció Brendon Despain y ya no tenemos fotógrafos. Lo peor de todo es que se fue a trabajar a City.
-¿Estás de broma?-pregunté repentinamente enfadado, Sonya negó con la cabeza y frunció el ceño para pensar en alguna garlopa solución a este inesperado problema.
-Más encima hoy es la sesión de fotos como especial de graduaciones, ¡¿puedes creerlo?! Nada sale como uno lo planea…-comentó con evidente frustración.
-Tengo una idea. Déjame llamar a Newt, mi… amigo, él disfruta mucho de la fotografía así que nos puede ser útil-mi nueva amiga asintió con la cabeza y me dio espacio para poder llamar a mi novio.
Marqué el último número en el registro de llamadas y esperé a que atendiera, pero no lo hizo. Llamé otra vez y golpeé suavemente el suelo de cerámica al ritmo de los pitidos, después habló aquella voz de mujer diciendo que me han enviado al buzón de voz.
No puedo creerlo, Newt me ha dejado el buzón de voz, me decía a mí mismo una y otra vez, sin poder asimilarlo. Entonces una vaga idea cruzó por mi mente… ¿y si le sucedió algo? Él siempre atendía mis llamadas… ¿y si está con alguien más?
Hice a un lado a Sonya y salí disparado hacia afuera. Pude escuchar cómo la chica gritaba mi nombre y me pedía que le explicara qué estaba sucediendo pero no había tiempo para ello, tenía que encontrar a Sangster.
Mientras corría en dirección a nuestro departamento, lo llamaba sin descanso… una vez después de otra. ¿Y si lo habían encontrado los hombres de su padre? Dios, esto no podía estar pasando. Mi corazón comenzó a acelerarse y a golpear contra mi pecho, provocándome un dolor intenso en las costillas, yo le había prometido que no lo hallarían, le dije que era imposible que pudieran encontrarlo y… le fallé.

Saqué la llave del apartamento y subí las escaleras de dos en dos, al llegar salí al pasillo del edificio y corrí hasta nuestra puerta, metí la llave en la cerradura y la giré.
-¿Newt, estás aquí?-tiré las cosas en el sillón y fui a buscarlo a nuestra habitación.
Revisé debajo de la cama, en el closet, en el baño, en la cocina, ¡incluso en la lavadora! Y no lo encontré. Me senté en un rincón de nuestra pieza y me abracé a mis piernas escondiendo la cara entre mis rodillas, sintiendo cómo el aire comenzaba a hacerme falta. No me sentía así desde hace un par de días atrás, cuando desperté del coma inducido y no vi a Newt por ningún lado. Fue horrible, no podía recordar nada y lo peor de todo era que no sabía ni en dónde estaba, sólo tenía en mente la tonta idea de que me habían abandonado para siempre.
Con cada lágrima que dejaba escapar, me iba escondiendo más y más en mí mismo hasta llegar al punto de caer al suelo, llorando de frustración y pena.

Dos horas después, escuché que alguien entraba en el cuarto, sus pisadas se hicieron más fuertes a medida en que se iba acercando.
-Tommy, ¿pero qué haces aquí?-Newt me ayudó a incorporarme del suelo, rodeándome con sus brazos, lo que hizo que sollozara aún más fuerte sobre su pecho-. ¿Qué te pasó? ¿Alguien te hizo daño?-me palpó el cuerpo buscando alguna herida y le apreté la muñeca para que dejara de hacerlo.
-¡¿En dónde te habías metido?! ¡Pensé que te había pasado algo!-chillé angustiado.
-Tommy, tranquilo, estoy bien. No pensé que te pondrías así ¿Qué querías? ¿Qué me quedara todo el día aquí encerrado?-se defendió, haciéndome a un lado. Lo miré de reojo y supe que él tenía la razón. No podría pedirle que estuviera aquí todo el día haciendo nada.
Estuvimos un par de minuto sin decir nada sobre la cama, mirándonos de vez en cuando y suspirando con pesadez.
-Vale, tienes razón. Me equivoqué…-le pedí perdón y le di un fuerte abrazo-. Pero tenías que haber atendido mis llamadas.
-No pensé que fuera algo importante. Lo siento, Tommy, no quise que pensaras que me había pasado algo-susurró sobre mi cabello, luego se acercó a mi oído y murmuró: no volverá a suceder, te lo prometo.
Entonces una idea llegó a mi mente, ¿qué estaba haciendo de importante para que me mandara al buzón de voz? O peor aún, ¿con quién estaba en ese momento? Pero no le pregunté nada, él me lo diría tarde o temprano.
Noté que estaba vestido de forma diferente, una remera café claro y una camisa encima de color negro.
-Te ves bien, ¿te lo has comprado recién?-Newt se miró su vestimenta y tragó saliva antes de aclararse la garganta, luego asintió con la cabeza y me apartó la mirada.
-Sí-me respondió, rascándose la nuca, luego añadió-cuando me llamaste estaba en los probadores. ¿Te gusta?
Se puso de pie, modelándome la ropa nueva, y dejé salir una risita nerviosa tomándolo de la cintura pero sin moverme de donde estaba sentado.
-Me encanta.

Punto de perspectiva de Newt

Por suerte no continuó insistiendo con el tema de la ropa, ya que probablemente me hubiera matado si le contaba que había aceptado trabajar para Magazine City.
-¿Qué haces aquí?-le pregunté después de un rato, Tommy se encogió de hombros y me abrazó muy fuerte.
-Vine a buscarte. Quería saber si podías ayudar a tomar unas fotos para la revista, Brendon renunció ayer y se fue a trabajar con City porque le propusieron una suma mayor de dinero.
-¿Fotos a qué quieres que le tome?-le dije seductoramente, y me acerqué a su rostro, rozando nuestras narices.
-A unas chicas, será un especial de graduaciones… qué irónico, hace tres días atrás nos hemos graduados nosotros-se apartó unos centímetros, mirándome con recelo-. ¿Vas a venir conmigo o prefieres quedarte en casa?
-¿Tienes quién pueda hacerlo por mí?-le pregunté, él asintió con la cabeza y se puso de pie-. Entonces prefiero quedarme en casa.
Thomas me dio un corto beso en la frente y se marchó, dejándome solo nuevamente. ¿Cómo podía ser tan idiota al no darse cuenta de que ahora le prestaba mayor importancia a su estúpido trabajo?
Busqué la servilleta con el número de Brenda y guardé su número telefónico antes de llamarla.
-¡Newt, hola!-exclamó con alegría. Me pregunté si estaría bien invitar a una chica al departamento y llegué a la conclusión de que era muy apresurado.
-Hola. Brenda, me preguntaba si podíamos juntarnos hoy mismo.
-Sí, por qué no. ¿En mi departamento está bien? Salgo en una hora más-revisé la hora en el reloj que colgaba en la pared y vi que eran la una de la tarde.
-Está bien, me mandas la dirección por mensaje.
-Bien, adiós-me dijo, y escuché que de atrás su jefe la regañaba por hablar por celular en horario de trabajo, luego cortó la llamada y me eché a reír.
A los dos minutos recibí un mensaje con la dirección y corroboré si quedaba tan cerca como ella decía. Y sí, a sólo una cuadra de aquí.
Me metí a la ducha para darme un baño antes de ir a verla, me enjaboné muy bien por todos lados y dejé que el agua cayera por mi cuerpo llevándose consigo todo rastro de espuma. Salí de allí dentro después de media hora y me coloqué la misma ropa que andaba trayendo antes, a fin de cuentas, estaba nueva.
Guardé el celular en el bolsillo de los vaqueros y cerré la puerta detrás de mí.
Había terminado con quince minutos de anticipación así que fui a buscar a Brenda a su trabajo, ahora llevaba una remera con tirantes y unos pantalones mezclillas.
-Te ves bonita, me gustas más así-le dije en cuanto nos abrazamos.
-¿Será que Newt está coqueteando conmigo?-preguntó con un notorio sarcasmo en su tono de voz y le di un suave empujón, haciéndola reír-. Deberías presentarme a tu novio, seguro los cuatro nos llevaremos de maravillas.
-¿Los cuatro?-pregunté confundido.
-Sí, mi hermano Brendon y yo y tú con él… los cuatro.
-¡¿Brendon?!-ella asintió con la cabeza y se me vino a la mente la imagen de Brendon fotografiándome en la sesión de fotos. Sí, había aceptado el trabajo como modelo de la revista City-. No me habías dicho que tenías un hermano-concluí.
-Pues ahora lo sabes.
Me guió por la calle en un para nada incómodo silencio, hasta pasamos a comprar unas pastas para preparar de almuerzo junto con unas papas fritas para su hermano mellizo, amante de la comida chatarra.

-¡Brendon, hemos llegado!-gritó en cuanto abrió la puerta de su departamento.
-¿Hemos? Eso me suena a dos o más personas… ¿con quién shuck vie…nes?-fue cortando el volumen de la pregunta en el momento en que me vio aparecer.
-¿Qué te pasa? Luces como si hubieras visto a un fantasma-le dijo la castaña.
-¡Pues eso parece! Porque hace menos de dos horas que vi a este garlopo en mi trabajo, ¡hasta tuve que fotografiarlo!
Brenda se acercó a él y le lanzó el paquete de papas fritas en la cara, haciéndolo callar.
-Mejor come y déjate de hablar huevadas.
-¡Hablo en seriooo!-exclamó como un nene pequeño.
-Brenda, tu hermano dice la verdad-le confesé.
-¿Que tú qué? No me dijiste que eres modelo…-su mirada de decepción cambió drásticamente a una de felicidad y me abrazó de lado, llevándome hacia la cocina.
-No lo soy, pero Bryan quiso que trabajara para él.
-¿Ah? No te oí bien-llenó la olla de agua y la puso a hervir, luego preguntó-. ¿Puedes repetirme lo que dijiste?
-Que no soy modelo… pero Bryan me contrató para que trabajara para MCity y acepté.
-¡¿Eres un idiota o te caíste al nacer?!-me encaró de frente, chocando su pecho con el mío. Era pequeñita así que tenía que mirar hacia arriba para verme a los ojos, de pronto, mis piernas comenzaron a temblar como presintiendo que había cometido un gran error.
-¿Por qué me dices eso?-le pregunté antes de echarme hacia atrás para poner distancia entre nosotros. Brendon entró en la cocina, colocando una mano sobre mi hombro.
-Te compadezco, Newt-murmuró en mi oído.
-¡Basta de tonteras, ¿por qué me dicen todo esto?!-exploté preocupado.
-Porque de no ser por la falta de dinero, nunca habría dejado que mi hermano trabajara para Bryan. Ese hombre es un calculador… Newt, no puedes pasar más tiempo trabajando allí-me explicó Brenda, echando los tallarines en la olla.
Mi celular comenzó a vibrar dentro del bolsillo, lo saqué inmediatamente y hablé temeroso: ¿sí?
-Newtie, sé que me equivoqué al tratarte mal, pero… tienes que volver a la casa. Te necesito-mi padre lloraba del otro lado de la línea, pero era un llanto mezclado con rabia e impotencia.
-No me pidas eso, papá. Estoy bien aquí y quizás vaya a visitarte uno de estos días, ¿vale?
-¡Newt, te necesito! Me equivoqué, pero juro que de ahora en adelante voy a tratarte bien siempre. Lo prometo.
Alejé el celular de mi oreja y salí de la cocina para que los demás no escucharan la conversación.
-Papá…-hice una pausa cuando sentí que el nudo en mi garganta se hacía cada vez más grande-. No hagas las cosas más difíciles.
-Newtie, es Jorge… él también te extraña y quiere que vuelvas.
-¡No lo metas a él en todo esto! No intentes chantajearme con él…-comencé a llorar. No me había dado cuenta de lo mucho que lo extrañaba hasta que me han dicho su nombre, de seguro estaba devastado sin mi presencia ya que teníamos una verdadera relación de padre a hijo.
-Por última vez, Newt, te doy una semana para que vuelvas o haré que mis hombres te traigan amarrado si es necesario.
-No me amenaces-hablé con impotencia al escucharlo.
-Tómalo como quieras. Fui honesto contigo así que ahora sólo depende de ti.
Cortó el llamado y maldije unas cien veces recargado contra la pared, ni siquiera me ha dicho te quiero.
Brenda salió de la cocina y me dio un fuerte abrazo. Hoy era lunes, lo que quería decir que si para siete días más no estaba de regreso en casa, me llevarían contra mi voluntad hasta allí.
-T-Tengo que… que llamar a… Thomas-entré a mis contactos para marcar su número de teléfono cuando la castaña me arrebató mi teléfono y lo guardó en su pantalón. Le pregunté por qué lo hizo y me respondió:
-Porque debes dejar de depender de él. Sé que lo amas, y él a ti, pero no puedes llamarle cada vez que se te aparezca un problema, eres fuerte y puedes lidiar con esto, ¿vale? Además nos tienes a Brendon y a mí-miró a su hermano, que estaba parado en el marco de la puerta, cruzado de brazos y con el ceño fruncido-. Sé que parece que este chico es un cabeza hueca pero tiene un gran corazón, debes confiar en nosotros.
Me acarició la mejilla con sus manos pequeñas y me apartó unos mechones de cabello que estaban sobre mi frente.
-Tienes razón. Gracias.
Brenda sirvió el almuerzo una vez que estuvo listo, dándole la orden a su hermano de que pusiera el servicio junto con los individuales.
-Esto está de-li-cio-so…-comenté pausadamente, saboreando la salsa dentro de mi boca, aunque ninguna era mejor que las que preparaba Tommy.
-¿No te he dicho que soy una buena cocinera?-presumió con la boca llena y varios tallarines colgando de sus labios. Brendon no estaba mucho mejor que ella, tenía todo el contorno de la boca manchado de salsa de tomate, dejé salir una risa ante la escena y me limpié con una servilleta que estaba debajo del vaso con jugo.
-Me imagino que lo eres, trabajas preparando cafés.
-Ahí no puedo presumir mis dotes de cocinera, ¿y a ti qué te gusta hacer, Newtie?
-Yo, eh… me gusta…-pensé en alguna garlopa respuesta pero nada vino a mi mente. Al ser de una familia adinerada nunca necesité nada, por lo que nunca tuve que hacer algo y por ende, jamás descubrí en qué era bueno. Tampoco recordaba haber visto a Tommy escribir alguna miertera cosa, entonces pensé que era el peor novio del universo. ¿Cómo él pudo haberse fijado en alguien como yo? Si ni siquiera le había visto más de cinco segundos sin decir algo como: qué idiota que es este chico. Sólo comencé a pensar en nosotros como pareja cuando nos unieron para el examen de recuperación, aunque debía confesar que siempre hubo algo en mí que me dejaba en claro que existía un tipo de atracción entre nosotros, incluso cuando nadie más podía notarlo.
-¿Y bien?-me presionó su hermano.
-Me gusta hacer muchas cosas-les respondí secamente, llevándome más comida a la boca.
-Entonces nombra al menos dos-pidió la chica.
-Me gusta ver películas, muchas películas. Y sé que no es nada pero creo que es lo único que puedo nombrar, para ser honesto.
Ambos parecieron comprender mi situación por lo que decidieron permanecer en silencio.
-Me ha saltado una duda…-les dije luego de un rato. Los dos me miraron y continué hablando-. ¿Por qué dijeron todas esas cosas de Bryan? A mí me parece un chico súper genial, es amable, atento, inteligente…-hubiera seguido diciendo cosas buenas de él de no ser porque Brenda me interrumpió.
-¡Es un garlopo calculador y manipulador! ¡Es una horrible persona!-parecía salirle humo de la cabeza de lo furiosa que estaba, incluso había enterrado el cuchillo en el plato, haciendo un sonido terrible.
-Perdónala, se pone muy mal cuando le hablan de él. Es una fanática de MToday y desde que él inició junto con un amigo la revista MCity que ha comenzado a odiarlo, lo que no significa que lo que diga no sea cierto. Bryan es una persona muy calculadora y sabe manipular muy bien a la gente a su alrededor.
-Pero la gente debe ser manipuladora, ¿no? Digo, si no puedes con este mundo mejor te unes a ellos para conseguir el éxito… Entonces, es la única forma de surgir.
-Si unirte al mundo significa lavarle el cerebro a las personas entonces sí, pero él está jugando muy sucio en este negocio y cuando menos te lo esperes te vas a dar cuenta-defendió su teoría Brendon, tomando un sorbo de su jugo de fresas.
Me quedé pensando varios segundos, ¿y si ellos tenían razón?

Les hablé sobre la relación que mantenía con Thomas y cómo comenzó todo, también les conté que trabajaba para la revista que amaba Brenda, a lo que ella respondió exclamando de emoción que tenía al mejor novio del mundo. Y era verdad, Thomas era el mejor hombre que podría existir en todo este miertero mundo.
Alrededor de las cinco de la tarde me encaminé a mi departamento para volver antes de que llegara Tommy, entré en nuestra “casa” y me eché en la cama para descansar un rato. Unos minutos después, sentí sus manos acariciando mis brazos desnudos, la piel se me puso de gallina y gimoteé su nombre un par de veces antes de abrir los ojos para mirarlo a la cara.
-Tommy… que bueno que ya llegaste-lo abracé del cuello y lo jalé hacia mi cuerpo, haciéndolo caer al lado mío.
-Me gusta cómo luces, te ves sexy-movió sus labios sobre la piel de mi cuello al hablar. Rodeé los ojos y lo abracé aún más fuerte.
-¡Qué mentiroso eres, Thomas! Estoy igual que siempre.
Se tomó su tiempo en hablar, jugueteando con el borde de mi camisa negra. Cerré los ojos, disfrutando de su tacto y abrí la boca para recibir sus labios.
Bajó hasta mi abdomen y se recostó sobre mi estómago, agotado por un largo y extenuante día de trabajo. Metió la mano por debajo de la remera, subiendo lentamente por mi pecho… levanté mi pierna izquierda y la coloqué sobre las suyas, que no dejaban de buscar mi cuerpo en buscar de atención y cariño.
-¿No tienes nada que decirme?-preguntó con un tono de voz neutral.
De pronto el miedo comenzó a embargarme, ¿y si se había enterado que fui a la revista City con Bryan? No, no lo creo. Era imposible que él estuviese al tanto de ello.
-¿Y tú? ¿Tienes algo que decirme?-le contesté con otra pregunta para desviar el tema.
-Que… te amo mucho. Y que tengo miedo de decírtelo a diario porque a veces pienso que las cosas lindas dejan de serlo una vez que se hacen rutina.
-Pero siempre estás amándome, ¿eso no cuenta como rutina?-él pareció dudar unos segundos y luego me dijo:
-Puede ser, pero no siempre ando diciéndotelo-respondió entonces con seguridad.
-Pues deberías decírmelo todos los días, porque me encanta que lo hagas. No podría aburrirme nunca de ti… y de las chispitas de tus mejillas-le dije, tocándole con mi dedo índice los lunares del lado izquierdo de su cara.
-¡Deja mis lunares en paz!-exclamó avergonzado, quitándome los dedos de su rostro y escondiéndose aún más en mi cuerpo.
Cuando pensé que se había quedado dormido, llevó una mano hasta arriba, levantando mi camiseta lentamente. Le ayudé a quitármela para hacerla a un lado y volví a recostarme junto a él, abrazándolo de lado.
-Tommy, ahora que lo pienso… sí tengo algo que decirte.
El castaño me miró hacia arriba, frunciendo el ceño con recelo.
-Me das miedo, Sangster.
-Tú también, pero no me quejo. ¡Ponte serio, Thomas!
-Ya, ya, me pongo serio. ¿Qué querías decirme?
Recordé las cosas que me habían dicho Brenda y su hermano hace unas horas atrás y me armé de valor para confesarle aquello.
-Que eres el mejor hombre que ha entrado en mi vida.
-No te escuché, hablas muy bajo… ¿Podrías repetírmelo, Newtie?
Puse los ojos en blanco, sintiendo cómo la sangre me hervía por dentro haciendo que mis mejillas se tornaran de un intenso color rojo.
-…que eres el mejor hombre en el universo entero, y que no podría estar más feliz de tenerte conmigo.
-Eres un cursi, ya te había oído la primera vez-rió suavemente, cerrando los ojos y mostrando sus blancos y brillantes dientes. No tuve tiempo suficiente de hacer algo, porque él ya me tenía con las muñecas a cada lado de mi cabeza, repartiéndome besos en todo el rostro y en la piel de mi cuello.
-¡Basta que me haces cosquillas!-ladeé mi cabeza hacia el mismo lado en el que él me daba besos y reí fuertemente por su tacto.
-Como si no te gustara-me dijo Thomas, dejando de hacer lo que hacía y mirándome a los ojos con una inocencia que sólo él podía tener-. Te quiero, Newtie.

Continuará...
¿Qué pasará cuando Thomas se entere que su novio estaba modelando para la revista enemiga? Quizás Bryan sí se aproveche de la posible crisis de la pareja.

Examen de Recuperación (2da Temporada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora