Aclaraciones Parte 4: Servicio militar: El Inicio Del Dragón Rojo

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Hola de nuevo, bienvenidos a esta cuarta parte.

Cuando acudí al servicio militar, fue algo extraño, sin contar que era de los más jóvenes, si no es que el mas joven, al menos en mi grupo.

Todos me miraban como si fuese algo que pudieran comerse, pero trate de no tomarle importancia, trate de enfocarme en mis tareas correspondientes y en mi entrenamiento.

Nuestro día comenzaba con la fanfarrea al alba, al instante salíamos de la cama y tan solo minutos después entraba el teniente y comenzaba con el conteo, y aquí comenzaba lo emocionante, bueno, era divertido de ver, pues en mi escuadrón, la mayoría de los reclutas eran niños mimados a los que sus padres, cansados de sus rabietas y desagradecimiento, los enviaron ahí para aprender la lección, por lo que la mayoría de ellos, no solían levantarse para el conteo, y aquí es donde viene lo divertido, y es que al no estas presentes eran envueltos en sus propias sabanas para posteriormente ser lanzados a un estanque cercano.

¿Qué aprendí en mi servicio?

La verdad no mucho, solo fui instruido en combate cuerpo a cuerpo y lo básico en armamento, lo que te forja en el servicio, es la disciplina a la que eres sometido.

Fue cuando regrese para integrarme como militar activo que todo comenzó.

Durante mi servicio, tuve que esforzarme demasiado para dominar las artes marciales, pero ahora que me encontraba totalmente dentro, tenia que mejorar aun más para poder cumplir con las misiones que me fueran asignadas, y fue ese empeño por entrenarme de esa manera el que me llevo a convertirme en lo que soy ahora.

Aquel día acudí a entrenar, practicaba con uno de mis compañeros; Wuyao, ese era su nombre. Llevaba mas tiempo que yo ahí, sabia todas las reglas, que hacer, que no hacer, era prácticamente un Manual de supervivencia con piernas, y al parecer le agradé, ya que me protegía, si lo quieren llamar así, pero lo cierto es que le gustaba, y a mi también, pero no lo supe hasta tiempo después.

En aquella ocasión llevábamos alrededor de treinta minutos practicando, y nos detuvimos un momento para descansar, y fue en ese instante en el que me percaté de que dirigía su mirada a la parte superior del gimnasio, justo a la ventana desde donde un hombre de alto rango y lo que parecía ser un adolescente nos observaban

- ¿Quiénes son? -pregunte mirando hacia el mismo lugar

-el hombre es el comandante Wang, es la más alta autoridad, el chico, no lo sé, tal vez un interno disciplinario- respondió – en fin, sigamos, tienes que aprender a defenderte-

-Claro- y continuamos con nuestro entrenamiento.

Cuando terminamos nos disponíamos a volver a nuestra barraca, el teniente al mando nos llamó, por supuesto acudimos de inmediato, lo que nunca esperamos que en aquella oficina se encontrara el comandante.

-Adelante, toman asiento- nos hablo de forma amable y ambos obedecimos- los he visto entrenar-

-Nosotros... bueno yo aún tengo mucho que aprender- hable nervioso, y Wuyao me dio un golpe leve con el codo en señal de que me callara.

-Lo sé, pero ambos tienen potencial, Fang Wuyao, eres bueno en combate y Xiao Zhan, eres un genio, ambos son lo que necesito, ambos partirán conmigo a Pekín, de ahora en adelante solo seguirán ordenes mías-

Nosotros no podíamos negarnos, era nuestro superior y como tal teníamos que obedecer, por supuesto ambos nos sentimos alagados pues el comandante mismo nos estaba reclutando, pero claro, no sabíamos en que nos estábamos metiendo, mucho menos yo.

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