Mediante la presente, y por orden del coronel Wú, se le convoca a presentarse de manera inmediata en el cuartel militar de Pekín, ya que ha sido considerado como potencial candidato para trabajar en una misión de suma importancia.
De todo el contenido de aquella carta, fue lo que más llamó su atención, había sido convocado a Pekín, así que las probabilidades de ver a Zhan de nuevo iban a su favor.
Inmediatamente notificó a Su que esa misma tarde saldría rumbo a Pekín, pues no podía esperar más. La nota decía urgente y no iba a faltar a esa orden.
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Zhan revisaba junto a Lu los expedientes de los candidatos para la misión, eran más de cien expedientes, de los cuales, tomando en cuenta las habilidades descritas se escogerían treinta de ellos, para posteriormente, basándose en la evaluación del entrenamiento, serian seleccionados los cinco mejores.
La noche había llegado, ya habían marcado toque de queda, así que todos estaban ya en sus respectivas habitaciones, solo un hombre solitario caminaba a la orilla del mar, desde las ventanas de aquellos edificios de habitaciones, podía verse a lo lejos, a un hombre de vestiduras negras y dos espadas a su espalda, que, aunque era apenas iluminado por las lámparas del cuartel se puede distinguir quién era.
En el pasado, la soledad era la mejor amiga de Zhan, odiaba a los vivos, y cuestionaba a los muertos, le importaba muy poco la vida de los demás. Pero ahora, era lo que más le atormentaba. Después de conocer a Yibo, su vida cambió, en el mismo momento en el que lo vio, se dio cuenta de que sería capaz de dar la vida por él, cuando en el pasado, solo le importaba cumplir con su misión sin importar quien se quedará atrás.
Siempre que caminaba por aquella playa, se encontraba con un cielo lleno de estrellas y un mar tranquilo, pero ahora era como si el mismo océano intentara reflejar lo que sucedía en su corazón, pues era tempestuoso, y el cielo parecía estar de luto, pues apago todas sus estrellas. Zhan solo veía a la luna, a quien desde pequeño consideró como su confidente.
-ay luna, luna de plata, dime cómo olvido a quien le entregue mi alma, por más que quiero, por más que intento, no puedo. luna, como lo hago, como me acostumbro, como vuelvo a querer estar solo, ya has sido dos noches sin él, y en ambas he necesitado de su presencia de su olor, enséñame luna, hazme frío de nuevo, no puedo protegerlo si soy tan débil, por favor luna por favor- hablaba solo, le dedicaba sus palabras a la luna y le lloraba a quien aún amaba.
- no creo que te escuche-
- quién está ahí? – desenvainó ambas espadas y se puso en guardia ante aquella voz que apenas escucho debido al agitado mar
- no te alarmes, no te haré daño, agregando que no podría siquiera tocarte si lo intentara- le respondieron, pero no lograba ver quien era
- qué haces aquí? – bajo su espada, pero se mantuvo alerta
- solo soy otro admirador de la luna – dijo después de un suspiro – perdona el atrevimiento, pero escuche lo que decías, y dudo que la luna quiera ayudarte con lo que pides –
-y por que lo dices- camino unos cuantos pasos hacia donde escuchaba al dueño de aquella voz
- solo lo sé –
- con que solo lo sabes- continúo caminando -y por qué?
- por que si la luna cumpliera ese tipo de deseos yo no estaría aquí- dijo bajando la capa que le cubría el rostro y dejándose ver
-tu...- Zhan estaba totalmente impresionado, no imagino verlo ahí, su espada cayó al suelo, y sus lágrimas rodaron
- de verdad creíste, que aceptaría casarme contigo, verte morir y revivir solo para dejarte ir? – le dijo con una sonrisa
En ese instante Zhan recordó sus propias palabras
- acaso crees que conduje desenfrenadamente hacia el aeropuerto, y choqué fuera de este solo para dejarte ir? –
en ese instante, pudo sentirse en paz, no entendía y no quería hacerlo, solo quería sentir esa paz que solo él le daba. Al mismo tiempo, como si todo estuviese conectado el mar se calmó, y en el cielo, la primera estrella comenzaba a aparecer.
-solo te quedaras ahí? Fue tan malo que vi...- no pudo terminar de hablar, pues Zhan ya lo tenía entre sus brazos sumergido en un tierno, pero apasionado beso. No le interesaba saber cómo llegó o porque, solo quería disfrutarlo, quería cerciorarse de que no era un sueño, que en realidad Yibo su Yibo estaba ahí.
- no puedo creer que estés aquí- dijo casi en un susurro cuando finalizó el beso
- mira quien lo dice, el que ve fantasmas no cree en las personas físicas- dijo en modo de broma - que acaso no me sientes? ¿no me escuchas? Aquí estoy y no me voy a ir. – dijo levantando su barbilla
- no quiero ponerte en riesgo- bajo la mirada
- y dale con lo mismo, ¿crees que no me puedo defender? -
- no es eso, es solo que...
-ya sobreviví a una pecera con agua qué más puede pasar- lo interrumpió
-Xing Yu no es nada a comparación con quienes están tras de mí. Son personas mucho peores, y ...
-nada, me quedaré aquí, así que dejemos el tema, y por que no caminamos, la noche es hermosa.
Caminaron a lo largo de la playa por un buen tiempo antes de regresar a sus habitaciones, las cuales para su fortuna solo estaban dos bloques separadas, Zhan dejó a Yibo en la puerta d su habitación y después regresó a la suya. Por fin dormiría, y no habría nada más en sus sueños que Yibo.
A la mañana siguiente, después de hacer su carrera matutina a la orilla de aquella playa, Zhan tocaba la fanfarria matutina, y en cuanto aquel sonido de trompeta comenzó a romper el silencio, todo recluta y oficial se ponía en pie para comenzar su día.
A las siete en punto, ya lo esperaban en la explanada los treinta soldados que tomarían el entrenamiento, en cuanto llego, tomo la lista del expediente y comenzó a nombrarlos, uno a uno alzaba la voz diciendo presente, pero de pronto nadie entendió por qué se quedó completamente en silencio. Solo podían ver como hablaba en secreto con la Teniente Lu, quien tampoco entendía el porqué de su molestia.
-Lu, esto debe de ser un error- decía a la joven con voz baja para evitar un escándalo
-lo siento señor, pero no lo es, es una orden directa del coronel- respondió apenada al no poder resolver lo que era un problema para su mayor
- y tenían que asignarlo directamente- trato de calmarse y se dirigió de nuevo a los militares frente a él. – Wang Yi Bo, un paso al frente- lo llamó, pero no hubo respuesta- Sargento Wang Yi Bo un paso al... - dejo de llamarlo pues aquel joven se abría paso entre todos para quedar frente a el
-presente señor- dijo saludando con una sonrisa.
- todos al campo de tiro- se dirigió al resto- tu vendrás conmigo - dijo refiriéndose a Yibo
El grupo se dirigió sin demora al campo de tiro, mientras que los otros dos se dirigieron a la oficina de Zhan.
-se puede saber qué demonios intentas hacer? - exigió después de cerrar la puerta de aquella oficina tras de si
-yo también te extrañe-
-no es broma, dime por que te uniste a esta misión, acaso se lo pediste a tu padre? – cuestiono Zhan un tanto molesto, pero completamente preocupado, la misión era difícil y no podía expulsarlo en el entrenamiento, pues en su expediente aparecía como exento.
-yo recibí un aviso de reclutamiento- respondió entregando aquel aviso que Su le había dado el día anterior.
En cuanto lo leyó, supo que no había nada que hacer, era orden del coronel, y tenía que acatar.
-Bien ya que estarás bajo mis órdenes, tomarás el entrenamiento al igual que los demás-
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A TRAVÉS DE TU MIRADA
FanficWang Yi Bo es un sargento condecorado, que, debido a su ejemplar desempeño, fue ascendido y asignado a la unidad de inteligencia de la Provincia de Jiangsu, específicamente homicidios. Y es en esta nueva misión en donde conoce al reconocido y destac...