𝑹𝑬𝑨𝑪𝑯𝑰𝑵𝑮 𝑰𝑵 𝑻𝑯𝑬 𝑺𝑻𝑨𝑹𝑺 ཻུ ⸙͎ -𝐋𝐮𝐧𝐚 𝐋𝐨𝐯𝐞𝐠𝐨𝐨𝐝

《 020 》

Al día siguiente en la casa de los padres de Tonks el ambiente familiar había mejorado muchísimo, todos estaban alegres y rebosantes de energía ya que por fin era noche buena que ameritaba una buena cena navideña.

Todos los preparativos estaban listos, solo faltaba que cayera la noche para que todos se pudieran sentar juntos en la mesa y compartir. Bella estaba en su actual habitación mirando por la ventana el clima que los acompañaba hoy, como era de esperarse una gruesa capa de nieve cubría el césped del enorme jardín, la rubia optó por vestirse con algo abrigado y bajar para salir afuera a explorar un poco.

Abrió la puerta con cuidado para no alertar a nadie de su salida y la cerró cuando ya hubiera estado afuera, comenzó a caminar explorando. A lo lejos vio como caía una pequeña criatura desde la reja que rodeaba la casa, rápidamente se acercó e identificó al pequeño animalito como un conejo.

¿Qué rayos hacía un pequeño conejo en estos lares y con este frío? Se preguntó mentalmente mientras tomaba a la pequeña criatura entre sus manos y acariciaba su cuerpo, Bella decidió llevarlo adentro para darle un poco de calor. Su salida duró muy poco en lo que a ella le concernía pero valía la pena todo para poder salvar a su pequeño amigo que cada vez se debilitaba.

Subió a su cuarto a paso rápido, cerró la puerta detrás de ella con un poco de fuerza sin querer. Dejó al conejo encima de un mueble y acercó la vela que tenía allí mismo. Al pequeño animal no le quedaba mucho tiempo de vida, el estar expuesto al frío en sus condiciones lo habían condenado aún más.

Isabella no sabía que hacer, dudaba muchísimo de sí misma en este instante. Quería salvarlo pero no estaba lo suficientemente entrenada como para sanar un animal, apenas y podía hacerlo en las plantas. Fue en ese entonces cuando Cedric apareció junto a ella nuevamente.

–Inténtalo, no pierdes nada.—le dijo el castaño mientras que observaba al conejo que poco a poco se iba dando su último respiro.—¡Bella que lo salves, se está muriendo!—volvió a insistir Cedric

–¡No puedo! ¡No puedo hacerlo, no estoy preparada!—respondió exasperada la rubia tomándose sus cabellos tirándolos un poco mientras que caminaba en círculos, es lo que hacía cuando estaba nerviosa.

–Murió. —informó el chico Diggory minutos después mirando con lastima al pequeño animalito ya muerto, Bella respiró hondamente acercándose al pequeño amigo. Colocó sus manos a una distancia considerable y como las otras veces anteriores canalizó su energía. Una débil luz de color blanco comenzó a emanar de sus manos pero a los momentos se desvaneció—Tienes que calmarte, así de nerviosa no podrás lograrlo. Concéntrate.

–Que te calles Diggory, no hables. —refunfuñó ya molesta ante la presencia del chico. Respiró hondo tratando de calmarse, cosa que para sorpresa de ella lo había logrado. Volvió a repetir su movimiento ahora si lográndolo. Pasaron minutos pero el conejo seguía sin moverse, Isabella creyó que no lo había logrado.— ¿Viste? No pude lograrlo, no estoy tan avanzada. —se dio la vuelta dándole la espalda al chico caminando hasta su cama.

–Bella mira, está respirando. —En menos de lo esperado la rubia nuevamente estaba enfrente del animalito viéndolo con esperanza. Grande fue su sorpresa cuando el conejo blanco movió una de sus patitas.

– ¿Lo logré?—preguntó con dudas la rubia.

–Lo lograste. —afirmó Cedric mirándola con orgullo. El conejo una vez más se movió y abrió sus ojos observando directamente a Bella con curiosidad, esta última acercó su mano con cautela para acariciar al animalito quién aceptó con gusto. —No está nada mal para ser tu primera vez reviviendo criaturas.

–Créeme que no me lo creo, es primera vez que revivo a un ser vivo—Dijo Bella sin dejar de acariciar al conejo. —Pero... Según el libro que saqué durante unos días en Hogwarts decía que cuando se revivía a un ser vivo este tomaba como un aspecto oscuro, como en deterioro, algo así leí.. No recuerdo exactamente qué era lo que decía. —la rubia tomó a la criatura en brazos y sentó en su cama a jugar con él cayendo en cuenta que la patita lastimada también se había curado.