The Oak of Sorrows

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Año 2024

Elsa

No pude evitar sonreír ante el recuerdo de Jack y yo a los seis años, pasamos tantas horas en su habitación ese verano, la mayoría transcurrieron por la noche. Debido a que durante el día el 80% de mi tiempo era consumido por las clases de regularización, no nos quedaba otra alternativa más que escabullirnos a la media noche para nuestras sesiones de estudio, durante ese tiempo fue donde más aprendía.

Reí al recordar esto.

Mis padres, ellos felicitaron a la institutriz por los repentinos y rápidos avances que había tenido aprendiendo el lenguaje. Ella no había hecho nada, a quien realmente debieron de haber felicitado fue a Jack... era un excelente maestro, muy entusiasta, paciente... y dispuesto a aprender. Él logró conseguir un diccionario noruego-inglés para entenderme, así que no solo yo aprendí de él, él aprendió de mí. Creo que para el final del verano terminamos dominando poco más de lo básico del idioma del otro. Esto fue lo que me permitió entrar al mismo grado que él, claro, con la condición de seguir tomando clases extras para seguir regularizándome.

No fue nada sencillo convencer a mis padres de que me permitieran ir a una escuela pública, pero de nuevo apareció él, con su carisma y atención logró persuadir a mis padres respecto a las ventajas de una educación pública.

Debo admitir que al principio me sentía nerviosa por dos razones; la primera era que sería mi primera vez estudiando en una institución no privada, por lo que me causaba incertidumbre lo mismo de siempre... ¿realmente iba a encajar?; después estaba lo que más terror me causaba, Jack me había hablado durante todo el verano respecto a Hipo, temía que al volver él simplemente se olvidaría de mí, pero no fue así, al contrario, gracias a él conocí a quien sería alguien muy importante en mi vida y un gran amigo hasta el día de hoy.

Y fue así como ya no estaba sola... las cosas empezaron a acomodarse en casa, tanto para mí, como para él. Su madre conoció a alguien y volvió a casarse, su nombre cambió a Jackson Overland Frost; el señor Manny era un sujeto agradable, pero trabajaba duro, por lo que se le veía poco. Afortunadamente mi amigo nunca tuvo problemas con aceptarlo, él solo deseaba la felicidad de su madre y cuando me contó sobre lo feliz que se veía Mary desde que Manny entró a sus vidas, supe que estaba bien con ello... Sabía que extrañaba a su padre, lo sabía por la frecuencia con la él que visitaba el estanque donde su padre perdió la vida y en donde Jack casi también lo hacía, fue un triste accidente mientras ambos patinaban, esto sucedió cuando Jack solo tenía cuatro. Yo solía consolarlo en esos días a finales de invierno, donde la briza fría soplaba y ambos llorábamos a la orilla de ese estanque, a los pies del enorme y viejo Roble de las Penas, así le llamamos a nuestro sitio especial.

El Roble de las Penas era un gigantesco árbol que se emperifollaba de hojas verdes y bellotas en primavera para después quedarse desnudo y desprotegido en invierno. Solíamos ir a divertirnos escalándolo, pero se le bautizó de esa manera debido a que cuando alguno de los dos tenía algún problema o simplemente había tenido un mal día, nos reuníamos ahí a simplemente charlar sobre nuestras penas y calumnias.

Mis mejillas se volvieron rojas en ese instante al pasarme otro recuerdo por la mente.

También fue ahí donde sucedió uno de mis recuerdos más vergonzosos y a la vez lindos que tengo con Jack.

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Año 2007

Narrador

–¿QUÉ?– Jack gritó tan alto que las aves alrededor salieron disparadas en diferentes direcciones.

–Jaaack– Elsa se cubría el rostro que estaba tan rojo como tomate –Te dije que te ibas a burlar–

El niño de 10 años no pudo evitar soltar una carcajada nerviosa –¡Lo siento!, pero no puedo creer lo que acabo de escuchar... ¿De verdad te gusta Hipo?– hizo una mueca de asco.

Through the yearsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora