Soulmate

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Año 2010

Narrador

Al momento que Elsa puso un pie en la escuela se dio cuenta de que algo no andaba bien, pero nunca se imaginó que algo tan insignificante causaría tanto alboroto.

–¿Puedes creerlo?– escuchó a una chica elevar la voz en un tono chillante, pero no se detuvo, continuó su camino por los pasillos escolares repletos de alumnos que se encontraban paralizados murmurando y cuchicheando cosas inteligibles.

Finalmente llegó a su salón, cinco minutos antes de que empezaran las clases, el tiempo perfecto para saludar a sus amigas que ya estaba sentadas en la parte de en medio del aula.

–Hola– saludó con una sonrisa en el rostro –¿Y ahora que sucede?– preguntó.

–¿No lo sabes?– Rapunzel exclamó como si se tratara de algo obvio, le hizo una seña a la rubia platinada para que se acercara –Jack terminó con Mavis– le dijo en voz baja.

Elsa parpadeó un par de veces –¿Eso es todo?– rio nerviosa –Creí que era algo importante–

–Es importante– Astrid rodó los ojos –Es Jack Frost y ahora está soltero–

Elsa abrió la boca sorprendida –¿También tú?– rodó los ojos –No sé porque tanta obsesión con él–

–¿Bromeas?, es un papucho... su cara parece tallada por los mismos ángeles– respondió Rapunzel con tono soñador.

–Sí, bueno, la apariencia no lo es todo– la rubia se encogió de hombros.

–Jack tiene buenas notas, está en el equipo de hockey, dibuja muy bien, cocina, es gracioso y muy gentil– Astrid enumeró estas cualidades con los dedos de la mano derecha.

–No pensarían eso si lo vieran como se hurga la nariz– murmuró para sí misma.

–¿Mh?– preguntaron Astrid y Rapunzel sin haber escuchado bien.

–Nada– sonrió aliviada al ver a la profesora entrar por la puerta.

.

Rapunzel caminó por el parque vacío mientras se dirigía a su casa esa fría tarde de primavera, en sus manos llevaba los libros que había ido a buscar a la biblioteca para realizar su tarea. Frenó en seco al escuchar unos sollozos provenir desde detrás de un árbol. La adolecente de cabellera rubia dorada y que usaba frenos, no dudó en acercarse.

–¿H-hola?– para su sorpresa se encontró con una pequeña niña de no más de tres años que se encontraba abrazando el tronco del árbol mientras lloraba sin parar –¿Estas perdida?– miró de un lado a otro en busca de alguna persona más quien pudiera ser el responsable de la pequeña de cabellos marrones.

–Ay no– jadeó al verse completamente sola con la pequeña –¿Ahora que debo de hacer?– comenzó a entrar en pánico.

Esto solo causó que la niña llorara más.

–No, no, no, no, no– se inclinó a su nivel –No llores, por favor, mira– señaló su gran sonrisa, pero no funcionó.

–Tranquila, encontraremos a tu mamá– la alzó en sus brazos con algo de dificultad ya que ella no quería separarse del árbol.

–¡Emma!– reconoció esa voz a la distancia.

Al girarse pudo ver que del otro lado del parque la figura de Jack Frost, se apresuraba corriendo hacia ella, al ver la reacción de la niña supo que ella era su hermanita, la niña extendió los brazos hacia su hermano mayor.

–¡JACK!– gritó con todo el aire que sus pequeños pulmoncitos le permitían.

–¡Emma!– se abalanzó sobre Rapunzel tomándola de sus brazos y abrazándola contra él en un gran abrazo de oso –¡Me asustaste!– la miró con seriedad y una pizca de molestia.

Through the yearsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora