We are young

280 40 29
                                    

Ultima publicacion antes de irme de vacaciones, difrutenla y nos vemos en unos días :3

.

Año 2012

Narrador

La mejor parte de la adolescencia es cuando comienzas a dejar esa temprana etapa en la que no eres más que un patito feo y comienzas a convertirte en el cisne, eso le ocurrió a Jack y a Elsa a los 15 años de edad. Las caderas de Elsa se ensancharon, dándole una hermosa figura de reloj de arena, los chicos comenzaron a notar este cambio y como no hacerlo si cada que ella caminaba por los pasillos hipnotizaba a todo el mundo con el elegante movimiento de estas; en adicción a esto su rostro dejó atrás las facciones infantiles para volverse más afilado y con los rasgos propios de una joven, una muy hermosa. Jack por su parte se dio un terrible estirón volviéndose uno de los chicos más altos de la escuela, en su rostro dejaron de presentarse los ocasionales barritos y ahora era brillante y terso; su cuerpo comenzó a marcarse, es decir, su complexión era y siempre seria delgada, pero eso no le impedía que los músculos se marcaran, sobre todo por el constante ejercicio que realizaba; su voz chillante se engrosó convirtiéndose en una tremenda voz varonil; pero tal vez el cambio más importante se dio cuando él y Rapunzel finalmente decidieron terminar su relación de dos años.

–De verdad, estoy bien, ve a practicar– le dijo Rapunzel a su prima.

Elsa arqueó una ceja –No lo sé... han pasado dos semanas desde que tú y Jack terminaron y te vez... muy tranquila–

–Bueno, es parte de madurar– la rubia le sonrió luciendo sus relucientes dientes libres de frenillos.

–Esto no es propio de ti– Elsa le dijo –La Rapunzel de antes hubiera llorado a mares porque el gran Jack Frost terminó con ella–

Rapunzel hizo una mueca y obligó a Elsa a dar media vuelta –Solo ve, llegaras tarde– le dio un ligero empujón para que comenzara a caminar al interior del recinto de la pista –Yo iré a mi practica de porrista, ve a buscarme cuando termines– se despidió de ella con una sonrisa.

Elsa sin insistir más empujó las pesadas, se disculpó con su entrenador Milori, un gran campeón del patinaje artístico hasta que una lesión lo imposibilito para volver al hielo, y se acercó a su compañera Periwinkle para comenzar con el entrenamiento. Todo prosiguió con calma hasta casi al final de la práctica.

–Mira, llegaron antes– Peri, como le decían de cariño, le hizo una seña a Elsa para que prestara atención a sus espaldas, el equipo completo de hockey habían entrado y se encontraban listos con sus uniformes esperando a que desocuparan la pista.

–Milori, es hora– el entrenador Norte, el abuelo de Jack, le hizo una seña al otro entrenador para que viera su reloj, efectivamente, su práctica terminaría en unos tres minutos.

–Una disculpa, estamos por terminar, lo siento– miró a Peri y Elsa –Practiquemos la coreografía una última vez, quiero ver esos giros listos para la gran competencia del sábado–

Las chicas asintieron.

–Primero tu Elsa– la rubia platinada patinó hacia el centro de la pista sin poder evitar fijar su mirada en Hipo, quien le sonreía dándole un par de pulgares arriba, este gesto la hizo sentir nerviosa, ella no se sentía orgullosa de esto, pero aun habiendo pasado tanto tiempo todavía le era imposible superar su flechazo con Hipo.

–¡Arendelle!– escuchó el golpe del bastón de su entrenador.

–¡Lo siento!– tomó aire y sin perder más tiempo ejecutó su rutina, pero al intentar hacer un salto doble lutz perdió el equilibrio y terminó cayendo con brusquedad sobre el hielo.

Through the yearsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora