Intuición

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Capitulo 1: "Nueva vida y universidad"

Hoy comenzaré el año en la universidad, sin nuevos amigos y lejos de todo con lo que me crié y crecí durante toda mi vida

Mis ojos se abren lentamente y compungiendo el rostro, me giro para que la molesta luz del sol no logre dar con mis ojos. La criada, con poco esfuerzo por la costumbre de mover esas grandes cortinas, abre las persianas de par en par. Me remuevo con hostilidad al oír que me llamaba, pero pronto mis ojos se abren con pesadez dirigiendo así mi mirada a la menuda mujer.

- Gracias -Sonrío de medio lado cuando ella señala el outfit con el que asistiré este primer día. No relataré mi fama de "Don Juan", solo por mi vestimenta, ya en otra ocasión tendré tiempo para aclararlo. Me levanto rascando mis dreadlocks para acomodarlos y poder darme una maldita ducha. El agua ya estaba temperada y la llave abierta, lo cual no me sorprende, porque la criada es muy servicial y comprometida con su trabajo. Entro a la ducha, y de mis fosas nasales se evapora junto con el agua la esencia de vampiros que desde ayer tuve al llegar aquí.

- Y una mierda... -Susurré en forma de meditación y en reemplazo del común "Om" que los humanos que practican yoga he visto utilizan para alinear alguna mierda ancestral, o qué se yo.

Salgo de la ducha inmerso en ese vapor de agua presente en la habitación, y con la toalla envuelta en mi cadera, me acerco al espejo y con mi mano remuevo el vapor de éste, y seguidamente tomo un poco de cera para mis dreadlocks.

Sin haberme demorado mas de cinco minutos en mis bebés, salgo dispuesto a vestirme.

Son las siete y veinte de la mañana, cojo las llaves del Cadillac negro perlado y saliendo de mi hogar comienzo a dirigirme a recoger a Andreas.

- ¡Tom, espera! -Escucho a la mujer de mi padre llamar cuando camina hacia mí. Nunca he podido entender cómo es que ella no ha podido caer en la cuenta de nuestra condición. Es decir... Olfato, rapidez y de vez en cuando cierta agresividad en nuestras acciones. Era obvio, pero esa mujer lo que tenía de idiota, lo tenía de buena.

- Dime. -Me volteo serio hacia ella percibiendo, lo que ya acostumbraba en esa mujer, nerviosismo y la ansiedad que hacían mella en ella.

- No... -Habló tomando sus manos- ¿No te despedirás? -Nunca tuvo hijos y nunca podrá dadas las condiciones, por lo que ella ve en mi a su hijo no nato.

- Claro. -Sonrío de medio lado estirando los brazos- Adiós, Marian. Ten un buen día. -Ella es mas baja en sí, por lo que su cabeza llega con dificultad a mi pecho.-

- Adiós, Tommy. -Sí... Yo también lo odié. Pero qué vamos a hacer, es decir, ella es lo que la zorra de Karine no fue.

- Por cierto, avísale a Adams que dejé unos documentos en su escritorio para que los chequee. -Me separo del cuerpo ajeno y sonrío cansado.

- Claro, hijo. Ve con cuidado. Poco conocemos esta cuidad como para estar descuidados por ahí, ¿si?-Asiento algo burlesco y comienzo a caminar al estacionamiento. Ya en el automóvil y pocos minutos depués mi amigo Andreas subía al Cadillac con su usual sonrisa. Tras diez minutos de banalidades y muchas risas, llegamos a la universidad. Okey... No es lo que esperaba. Esto no está tan mal después de todo.

- ¡Eh, Tom. Mira que guapas las de aquí! -Dijo mi copiloto entusiasmado- Ya me pregunto cómo estarán los demás del clan -Ambos reventamos a carcajadas mientras terminaba de aparcar. Ambos bajamos... ¡Ha comenzado la guerra! Las chicas se nos quedaron viendo. Algunas ya se amenazaban con la mirada... qué estupidez. Quizá a alguna me la folle alguna vez.

Tocaron el timbre para dar aviso al comienzo de la jornada. Con Andreas a mi lado ya caminábamos en dirección a los de nuestro grupo. Con un movimiento de cabeza en forma de saludo nos encaminamos a nuestra aula. Es poco decir que fuimos bulliciosos al entrar al establecimiento, nuestras risas y bromas no pasaron desapercibidas en absoluto. Nos sentamos en los últimos puestos del salón sin intención de prestar atención. ¡Vamos, que era el primer día!

- Buenos días, alumnos. -Saluda el profesor entrando al salón. Algunos alumnos saludan de vuelta, exceptuándonos por supuesto.

Mientras me acomodo en mi asiento sin realmente ver lo que pasa a mi alrededor, y sonrío por una broma que captó mi atención por parte de Andreas meneando la cabeza cuando el líder de la clase los hace callar, una chica se introduce en el salón.

- Tom presta atención, esta buena, ¿no? -Me codea mi rubio amigo mientras repasaba a la chica con su mirada miles de veces.

- Señor Kaulitz, usted sabe que no permito los retrasos. Retírese por favor. -Pide el profesor pasible. Señor, señor... ¿Señor? Mis ojos demostraron la sorpresa y reí bajo con burla hacia Andy.

- ...¿Es hombre? -Andreas, que estaba tan pálido como una hoja de papel, logró balbucear esas dos palabras. Pedía porque no se desmayara ahí mismo, viendo mi risa en silencio.

- Pero solo se me pasó la hora. La poca costumbre... -Serio se dirigió el pálido chico al profesor.

- Está bien. Primera y última vez. -El chico de pelo hasta los hombros se dirige a uno de los puesto del medio del salón en frente de nosotros, encontrándose con una chica pelirroja que sonreía abiertamente a él aguantándose la risa.

Busco una excusa para hablarle, pero no encuentro ninguna. De repente se le cae el bolígrafo al frente de mi asiento, y mirándolo recojo su pertenencia dándole una pequeña sonrisa...Una pequeña pero tentadora sonrisa. Él me mira como con una sonrisa confusa y de sus labios rojos carmesí se desprende un "Gracias", a lo que yo correspondo ese gesto de humildad con un asentimiento de cabeza acompañado de un "Por nada".

- Soy Bill, ¿Cuál es tu nombre? -Pregunta girándose en su asiento, llamando la atención de mis acompañantes en el suceso.

- Tom Trümper -Respondo mirándolo con mi normal desinterés, pero de igual forma con una sonrisa en mis labios- ¿Bill sin apellido? -Con mi lengua muevo mi piercing a un costado de mi labio inferior.

- Bill kaulitz -Sonríe genuíno- ¿Eres nuevo verdad? ¿O es que eres de otro curso? -Frunce el ceño en signo de confusión.

- Pues si y no... -Sonrío de medio lado dejando mi piercing tranquilo por el momento- Vengo de otra ciudad.

- Oh, bueno. -Mira sorprendido para luego sonreír- ¿Y te gusta aquí?

- Para ser sincero, sí. -Cruzo nuestras miradas, sin darnos cuenta aún de que todos nos miraban por que el profesor nos reprendía con la mirada.

- Si los caballeros sentados ahí quisieran poner atención o hacernos el favor de salir del aula, estaría muy agradecido. -Nos dirige airadamente la palabra en notoria molestia.

- Lo sentimos, señor. -Se disculpa Bill por los dos. El profesor asiente y continúa con la clase.

- Eres bastante hábil con las palabras, ¿sabes?- dije despacio para no perturbar más al profesor.

Bill evita girar su cuerpo y cambio torna un poco su rostro para verme de reojo... Lo que logro percibir me dejó petrificado. ¿Como mierda no lo noté antes? El puto es un chupa sangre.

- Dejen de hablar – musitó Andreas saliendo del shock.

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