Lucia estaba amarrada de pies y manos en una silla de metal, quizás esa sala no era con fines de torturar, pero sí de torturar se hablaba, yo era el mayor exponente.
-Lucia...- Le dije haciendo que ésta despertara abruptamente.
-...Mierda... ¿En dónde diablos estoy?- Dijo ella intentando soltarse.
-¿Acaso es eso lo que más te importa?...- Dije acercando mi cara a la de ella.- ¿No te importa qué es lo que haré contigo? ¿No te importa la manera en que pienso torturarte? ¿La manera en que pienso matarte?- Le dije sosteniendo su mirada de furia.
-Eso me importaría si tuvieras los cojones para llevarlo a cabo.
-¿Crees que no? ¿Crees que te tengo aquí por Hobbie?
-Puede ser... pues en tu miserable vida no imagino algo más por hacer- Dijo levantando la cabeza con sorna.
-Perfecto...- Tomé las tijeras nuevas que había comprado la semana pasada.- ¿Sabes? tengo un regalo nuevo, me gustaría usarlo por esta vez contigo, es decir estrenarlo en tu cuerpo.- Le sonreí abiertamente, mientras dilucidaba que sus ojos miraban la gran tijera en mis manos.
Calló... Solo se calló esa boca que siempre abría y hacia que me enojara en segundos.
Me acerqué a ella con las tijeras en las manos.
Vi sus ojos desmesurarse mientras paseaba las tijeras en su entre pierna...
Sentí lo que ella sentía cuando el frío metal la invadía...
Gritó de dolor al sentir como yo abría las tijeras en su interior...
Poco a poco las abrí hasta llegar al milímetro.
Las cerré, finalizando el trabajo con las tijeras, sacándolas de su interior, mientras la sangre corría y corría cayendo al suelo.
-¿Por qué me haces esto?- Preguntó casi en un susurro, ocultando su rostro tras su cabello.
-Porque quiero- Respondí precisamente.
Me acerque al mesón en donde tenía todo tipo de armas para tortura. Tome una inyección, le haría adormecer los sentidos en un 35% lo cual me daría la ventaja que quiero.
La tomé del cabello jalándola hacia atrás, dejando su cuello al descubierto.
Clavé la aguja sin compasión. Inyecté el analgésico, haciendo que ingrese inmediatamente a su sistema a través de la yugular.
Solo esperé 5 minutos, los cuales fueron más que convenientes.
Desamarré a Lucia de la silla en la cual la mantenía amarrada y prisionera. y la posicioné en la mesa de operaciones.
-¿Puedes oírme Lucia?- Pregunté cual doctor a su izquierda, pegándole en la punta con mi dedo medio a otra jeringa.
-S-si...- Contestó casi inaudiblemente.
-Mas fuerte.- Demandé amenazándola con clavarle la otra jeringa en el ojo.
-S-si.- Respondió con voz habitual.
-Perfecto.- Sonreí, clavándole la jeringa en la vena del brazo izquierdo.
Un poco de morfina no haría mal.
Con un cuchillo rasgué la ropa que llevaba desde el busto hasta la parte baja del vientre, rompiendo en dos su brasearé y su camisa.
Miré ambos senos con posesión... Lucia comenzó a temblar, casi convulsionar.
-¿Sientes esto?- Le dije apretando su seno derecho con evidente fuerza.
No respondía.
-Responde, estúpida.- Dije apretando más el agarre.
ESTÁS LEYENDO
Intuición
VampireHace mucho tiempo se dieron a conocer ciertos tipos de razas, especialmente Vampiro y Lycans. Ya sea por los ataques o por las guerras entre estos, Bill Kaulitz, hijo sanguinario del mayor líder vampírico, se enfrentará sin saber, a Tom Trümper, hij...