Capitulo 7: "Emily"

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A la mañana siguiente, me levante normalmente, hasta que me mire en el espejo… me acorde de todo lo que hice en la madrugada… aunque suene raro y sé que debería estar contento… o al menos de mejor humor… pero no lo estoy…siento, por desgracia un vacío… puede que sea remordimiento…eso es algo que nunca he sentido…y mi primera vez es porque mate a un vampiro, es totalmente ilógico, se supone eso es lo que hacemos los hombres lobo, matamos vampiros y nos lo comimos, es la ley de nuestra vida y así viceversa, sin darme cuenta había bajado la cabeza y dejado de verme en el espejo, había empezado a llorar. Porque de repente siento este dolor, a lo que los humanos llaman tristeza. Claro nosotros también pero tiene un significado mucho menor, pero ahora siento como si este día estuviera de lo peor, que hoy no es mi día, y es completamente raro ya que para mí siempre todos son días buenos. Maldito Bill. Lo odio por hacerme sentir esto.

Eso es mentira, tú…lo amas.

¿Y eso? que mierdas Tom, ahora hasta te imaginas voces.

Piensa lo que quieras, pero tú sabes que es verdad. El amor no es algo que queramos sentir…el amor, Tom…es algo que sentimos sin querer.

Ah… Bill, tu sí que me has dejado flipando estupideces…

-¡Tom!-era Marian- te busca una persona-¿Qué? ¿Una persona? claro idiota no va a ser un fantasma. El fantasma de Bill Kaulitz,  BUUUU¡¡¡ Tu cállate. Que una palabra más tuya y me encierro yo mismo en el manicomnio.

-voy enseguida- fui a la pieza y me puse ropa cómoda, después de todo hoy no tengo animo de salir. Baje y vi a Marian conversando con alguien. No lo puede ver porque era pequeño, diría que hasta un niño podría ser sentado en el sofá.-hola-dije dudoso adentrándome en ese salón.

-al fin decides bajar, Tom ella es Emily, dice que no la conoces pero que le gustaría hablar contigo-

-oh-al adentrarme un poco más en el living veo a la niña, rubia, ojos celeste claro, blanca, y con un lunar en la mejilla derecha. Pestañas crespas, y vestida con un vestidito azul con encajes y blondas, y peinada con dos moñitos a cada lado de su cabecita amarrados con pompositos blancos, calcetines con blondas y zapatitos negros muy bien lustrados. En su muñeca izquierda una cinta roja, y en su brazo sujeto tenía un oso café de felpa con la panza color crema. Al terminar de examinarla le estreche mi mano y ella lo respondió alzando su manito delicada contestando mi saludo- un gusto señorita- no pude evitar sonreír ante su tan angelical presencia.

-el gusto es mío- dijo seria pero sin perder ese brillo en sus ojos- señor Tom, ¿podríamos hablar en privado por favor?- su tono de voz era suave y tranquilo.

-Claro-

-bueno yo los dejo- dijo Marian levantándose de su asiento- ¿hija, quiere jugo?.-la niña giro la cabeza y la miro, tras una sonrisa dijo ''no gracias ´´ y Marian se retiro diciendo '' bueno si necesitan algo me gritan, eh?´´ ambos asentimos en silencio, nos quedamos solos y yo no sabía que decir, ella solo me miraba.

- y bueno… a que se debe su presencia, damita- sonreí

- vengo a hablar de Bill-…helado…así me quede…

-c-como?- ya te dieron…jajá a ver que te inventas ahora, Tom.

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