Epílogo

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La vida de la princesa del príncipe en estos trece años ha cambiado notablemente, después de siete años del nacimiento de Scorpius, Sirius, y Abrax, tanto Lucius como Narcisa Malfoy fueron asesinados por mortífagos rezagados, los cuales fueron condenados al beso del dementor y otros fueron asesinados por Cissy, los Malfoy murieron defendiendo a su nieto Scorpius, al nieto de Harry, Sirius, y al hijo de su princesa, Abrax.

Fue un fuerte golpe para los niños que en ese entonces tenían siete años, así también para la pequeña Andrómeda Athenea Malfoy Granger, el producto de la apuesta de las flores entre su padre y su madre, como para las mellizas Black: Samira y Eleonor, las mellizas de Cissy y Orión Black.

Tanto Scorpius, Sirius y Abrax, eran unos celosos compulsivos con las chicas que apenas tenían 12 y 13 años.

Hermione y Draco, iban a despedir a su última hija, Andrómeda. Una rubia-castaña de potentes ojos grises como su padre y su hermana, pero a diferencia de estos, ella tenía un toque de color ámbar en sus ojos, piel blanca, pero no tan pálida como su padre, una niña de once años. La pequeña había decidido ir a estudiar a Estados Unidos, influenciada por su sobrino Abrax y su cuñado Orión. Se iba con el primero a estudiar al continente norteamericano.

Draco Malfoy, su padre no estaba muy contento, pero se juró que ella terminaría en Hogwarts, de eso se encargaba él. Ella tomada de la mano de su hermano mayor, el castaño de ojos mieles, tan pálido como su padre, el pequeño Scorpius, de ahora trece años, quien cursaba su tercer año en Gryffindor, siendo conocido como el príncipe de los leones. Se despidió de su hermana, quien además de derramar unas lágrimas le susurró un "sé por qué lo hago". El hermano mayor de la joven Andrómeda solo pudo mirar a Abrax y amenazarlo con un "la cuidas o te mato". A veces el pequeño castaño saba miedo, y sobre todo cuando de proteger a sus hermanas y sobrinas se trataba.

Por otro lado, venían los Black Malfoy junto al pequeño Abrax de ahora trece años, quien cursaba su tercer año en el instituto Salem, de donde su padre había iniciado sus estudios mágicos. Su madre estaba feliz de que su angelito estudiara donde un día su padre fue, no le importaba si iba o no a Hogwarts, aunque todos sabían que el pequeño Black, pertenecería a la casa de las serpientes, siendo el verdadero príncipe de los Slytherin, él se despidió de su madre, quien solo lo abrazó como si su vida dependiera de ello, y su padre, para al final dejar a su hermanitas.

-Princesas-dijo mirándolas, y ambas lo miraron, dos niñas de doce años quienes cursaban su segundo año, siendo considerada Samira la princesa de fuego de Gryffindor, y Eleonor la princesa de hielo de Slytherin. Ambas rubias, la diferencia era que la leona tenía el cabello casi castaoa y la serpiente rubio más oscuro. Los ojos de Samira eran de color negro, mientras los de Eleonor de un gris precioso.

-rubio- dijeron ambas, más que mellizas parecían gemelas, pero así era, mellizas de nacimiento, ambas se tiraron a los brazos de su hermano, y aunque Eleonor nunca lloraba, cada vez que su hermano se iba derramaba unas lágrimas, en cabio Samira lloraba desconsoladamente- ¿Porque no te quedas? - dijo Amy.

-Sabes que no quiero, además ¿crees que dejaré a Andrómeda sola? - dijo sonriente.

-Vale- dijo la Sly- cuídate y cuídala- dijo mirando a su tía.

Se despidieron de todos y cada uno de su familia, además de los Potter-Parkinson, quienes llevaban a su único hijo Sirius, después de la pérdida de María Fernanda, Alejandra no pudo tener más hijos.

Los Rubios (Andrómeda y Abrax) se subieron al avión sonriente, rumbo a un nuevo año en Estados Unidos, mientras Samira y Eleonor eran consolados por Sirius y Scorpius respectivamente. Mientras los adultos James y Alejandra, se abrazaban y seguían a los muchachos. Hermione y Draco, se iban tomados de la mano tras su hijo y sus nietas. Pero Orión y Cissy se quedaron un poco más atrás.

Él abrazándola por la cintura, y ella dejándose abrazar, tan posesivamente como cuando tenían 17, con 30 años nada había cambiado, seguían siendo esos adolescentes testarudos, y desafiantes entre ellos, la diferencia, es que ambos sabían que se amaban.

-Black- dijo ella mirando lo a los ojos, él sonrió.

-¿Qué?- dijo él sonriente.

-Valió la pena- dijo ella recargándose en su pecho, y él acariciándole su cabello largo.

-No sabes cuánto- aseguró él, y se fundieron en un nuevo beso, se separaron por falta de oxígeno y una mirada divertida de parte de Scorpius y Sirius y una de asco de las niñas, una sonrisa burlona de James y Alejandra, una mirada tierna de esa mujer castaña sonriente, y tierna, esa mujer que dio todo por su hija, y ahora era feliz al lado de ese hombre rubio, altanero y distante, que a pesar de los años, aun cuidaba de su princesa. Y aunque después haya tenido una nueva pequeña princesa, nada se comparaba con la hija que mantuvo a Hermione junto a él, por más de 16 años sin conocerla.

-Te amo- susurró la que ahora y aún era considerada la Reina de Slytherin.

-No tanto como yo- le aseguró el Pelinegro.

Y se fueron juntos a su familia, esa grande que tanto necesitaban los dos, una familia donde nada ni nadie podría separarlos.

Porque a pesar de los años, nunca se deja de amar, como Hermione y Draco, que a pesar del tiempo ambos se esperaron.

Porque ni la diferencia de casa, ni de apellidos, podrán separar el amor de niños que alguna vez sintieron, y que después de años se volvió a unir, como James y Alejandra.

Pero, sobre todo, esta ese amor de devoción, ese que no importa que es lo que pase, están unidos, que los más importante es el bienestar y felicidad del otro, como Orión amó a Cissy.

Y no importa si es tarde, no importa que sea lo que pueda pasar, no importa arriesgarse hasta con la misma muerte para recuperar lo que te pertenece, luchar por lo que amas, aunque te des cuenta tarde. Más vale tarde que nunca. Como Cissy, luchó por estar junto a su Orión, junto a su príncipe.

FIN


✔✔ La Princesa del Príncipe|| Tercera Generación||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora