El nuevo Black Malfoy

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Me sentía completamente cansada, ya dormía demasiado, me habían cerrado el año hace más o menos dos meses, justo después que naciera el pequeño Sirius. Alejandra y James están aún tristes, lo que no es para menos, no sé qué haría si pierdo a mi bebé. Ellos siguen en Hogwarts, porque así lo decidieron ambos, aquí ahora viven en una torre especial, así como los premios anuales, mientras nosotros con Orión por esta noche estábamos durmiendo en Slytherin.

Era de noche y ahora no podía pegar el ojo, tan solo me quedaban cinco días para tener a mi bebé, el cual está en perfectas condiciones, después de lo sucedido con María Fernanda, mis padres decidieron que debíamos consultar con un doctor muggle, ya que solo me estaba controlando en San Mugo. Me dijeron que el o la bebé (porque pedí que no me dijeran el sexo) estaba en perfectas condiciones y que dentro de unos días estaría en el mundo.

Acaricié el rostro de mi esposo, quien dormía plácidamente aferrándome por lo que antes era mi cintura, mi pequeño dio una gran patada, que hizo que me doliera. Pero no le tomé importancia, me acurruqué en el pecho de mi esposo y esperé a dormirme cosa que no sucedió. Maldita sea bebé haz el favor de dejar dormir a mami que está cansada, pensé entre mí, pero los dolores eran muy fuertes, "tranquilízate Cissy" me repetí una y otra vez, pero ya era demasiado, eran las tres de la mañana, debía despertarlo ¿Si el parto se me adelantaba? ¡Merlín!

-Orión- dije quejándome y moviéndolo un poco -Despierta- me salió un gemido de dolor- ¡MALDICION BLACK DESPIERTA QUE TU HIJO VA A NACER! - y de un momento a otro se paró.

-¿Va a nacer?- dijo alarmado- Cissy tranquilízate. Tranquilízate- más alterado estaba él, mientras yo intentaba respirar con regularidad- no te pongas nerviosa.

-Orión por la mierda, llévame a San Mugo- me quejé, reaccionó y me tomó en brazos, lanzó un patronus y rápidamente se apareció Albus en mi cuarto.

-Avísale a James, me la llevo a San Mugo- después de eso me desmayé.

No sentí como me llevaban, pero si escuchaba a Orión medianamente alarmado y a James diciéndole que se calmara. Desperté con un fuerte dolor. Abrí los ojos y Orión lanzó un suspiro de alivio.

-¡EN TU VIDA ME TOCAS DE NUEVO BLACK! ¡AUCH! - Me dolía demasiado.

-¡Tranquila Lissy por favor!- me di cuenta que ya estaba recostada en una camilla .

-Solo tres centímetros más de dilatación y comenzamos con el parto- dijo la voz de un medimago.

Sentí una punzada fuerte en mi parte baja, y simplemente apreté la mano de Orión, a los minutos llegó el medimago.

-Es hora, ¿Se queda señor Black?

-Claro que se queda- dije apretando los dientes.

-Bien señora, a la cuenta de tres usted puja fuertemente- asentí- Uno, dos tres- y agarré la mano de Orión- De nuevo por favor, uno dos tres- y volví a pujar, era un dolor, tan fuerte que nunca más tendría un hijo.

-Nunca más me vuelves a tocar - dije mientras pujaba, y él me acariciaba la cabeza, susurrándome un "tú puedes".

-La última, ya veo su cabecita- sonreí solo una más y mi bebé nacería- uno, dos tres- y volví a pujar, lancé un grito desgarrador, y seguido un llanto de un bebé, sentí los labios de mi esposo, un beso tierno y de agradecimiento.

-Te amo- me susurró.

-Es un niño- se acercó el medimago, estaba limpio, claro de un movimiento de varita deben haberlo limpiado, con un hermoso conjunto de color blanco que estaba casi a tono con su piel pálida como la mía. Lo tomé en mis brazos acunándolo, mientras él esbozaba una pequeña sonrisa, me perdí en ella, no había un ser más lindo que mi hijo, ni mi hermano ni mi ahijado se le comparaban, parecía un angelito.

-Es hermoso, como tú- dijo mi esposo, era un bebé de poco cabello, pero se notaba rubio, su piel de perfecta porcelana y una pequeña sonrisa de angelito. Lo tomó en brazos, y mientras que lo tomaba me quedé dormida.

Al despertar estaba en una sala de color blanco, con un pijama de color celeste pálido, al levantar la vista vi a mi padre, alto rubio con un bulto entre brazos, pensé que era mi hermano, pero no, era mi hijo, mi bebé, mi angelito, mi padre le sonreía, ¿Quién lo diría?, solo estábamos los tres, estaba meciéndolo de un lado a otro, con experiencia, si, al fin y al cabo, ya tenía un hijo, se giró y me miró, me regaló una sonrisa.

-Felicidades- dijo dándome un beso en la frente- Es precioso, para ser hijo de Orión- Al fin, le llamó por su nombre, creo que le ha perdonado por robarle a su princesa.

-¿Me lo das?- dije extendiéndoles los brazos, él sonrió y me entregó a mi pequeño, me volvió a sonreír- tiene tu sonrisa- le dije y él asintió.

-Todo un Malfoy- dijo orgulloso.

-No lo creo- dije al ver los ojitos de mi precioso hijo, eran del perfecto y profundo negro de su padre- Tiene los ojos negros de Orión- se acercó a mirarlo, y sonrió tiernamente.

- ¿Como se llamara? - antes de poder contestarle, mi esposo entraba con un gran globo de color azul.

-Suegro, se llamará, Abrax Ignacio Black Malfoy- dijo sonriente, mientras dejaba un globo de helio a mi lado y una hermosas rosas blancas, me besó en los labios y besó la frente del bebé, más atrás llegaba mi madre con mi hermano de ya casi nueve meses, sonriente. Entraron todos, los Malfoy, los Weasley, los Potter, los Zabbini, los Nott. Cuando ya los Weasley se habían ido, solo quedaron mi tío Ron y mi tía Luna, Rose y Theo, Hugo y Lily, Alex y Anabel, Isa y Albus, Mi padrino y mi madrina, Alejandra y James, mis padres junto a mis abuelos, junto a mis abuelos comenzaríamos con el bautizo.

- ¿Comienzan? - dijo mi madre, asentimos, los cuatro tomamos nuestras varitas, mientras James y Alejandra sostenían a nuestro hijo, Alex y Anabel tenían a Sirius y mi padre a Scorpius. Los cuatro apuntamos al bebé.

- ¿Son ustedes Alejandra y James Potter? - dijo Orión.

-Si somos- dijeron al mismo tiempo.

- ¿Prometen cuidar de mi hijo? - dije mirándolos.

-Si- dijeron al mismo tiempo, una luz de color blanca se incrustó en mi pequeño.

- ¿Prometen velar por su felicidad como si fuera su hijo? - dijo Orión.

-Prometemos- aseguraron una luz blanca se incrustó en su frente.

- ¿Prometen cuidarlo como un hijo en caso de que nosotros no estemos? - dije mirándolos a los ojos.

-Si- dijeron ambos y otra luz blanca le dio en el pecho.

- Cuidaran, y velaran por nuestro pequeño, en cualquiera de las situaciones, prometen apoyarlo siempre- dijo Orión.

-Lo prometemos- dijeron a la vez, y una luz blanca recorrió por completo a mi bebé, el juramento estaba hecho, tal cual como nosotros lo hicimos con el pequeño Sirius. Ahora Abrax Ignacio Black Malfoy, estaba protegido por cuatro magos.

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¡Hola Hola!

Muchas gracias por sus votos, aquí va la segunda actualización del día

Sólo queda el epilogo, gracias por llegar hasta acá

¡Saludos!

9/10

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