— Así que, ¿él te lo dijo a tí primero? —preguntó, el de orbes miel asintió— ¿Por qué no me dijiste nada? Sabes muy bien que Veg...
— Que Vegetta tiene a Ruth, lo sé perfectamente —suspiró, mientras se masajeaba el puente de la nariz con su pulgar y el índice— Alesby, sabes que él es terco y hace lo que se le dé la gana. No ha cambiado nada, literalmente lo has visto —el peli negro se cruzó de brazos, chasqueando la lengua.
— Eso no me enoja, lo que me enoja es que haya sido el único gilipollas que se haya enterado unas semanas después y justo un día antes de esta estúpida reunión —miraba con el ceño fruncido al contrario, quien lo miraba neutral.
— Perdón, no quería interrumpir tu tiempo con tu compañera de piso nueva —rodó los ojos, el de orbes azules lo miró sorprendido.
— ¿Qué mierda, David? —el nombrado desvió la mirada fastidiado por como el ambiente se sentía tenso— ¿Es enserio? Joder, tú sabes que Aroyit es solo mi amiga, alguien que me ha apoyado en mis estupideces contigo y la única que no me ha visto como un rarito por no tener los estereotipos de alfas como todos —nada, solo inundó un gran silencio lo cual para el más bajo significó mucho, como para comenzar a sentir su garganta cerrarse— y si fuera lo que tú piensas del porqué acepté mudarme con ella... Estoy seguro que me amaría y no querría ocultar nuestra relación —fue más como un susurro, palabras que solo quería que escuchará aquel castaño, apretó sus labios al no recibir una respuesta más y decidió irse, aguantando las lágrimas de que aquel chico le de su silencio como una verdad.
Y es que siempre terminaban así, discutiendo. Si uno no presentaba celos, es porque realmente no estaban juntos o solo acompañados de sus amigos y el pequeño alfa ya estaba harto de eso.
Fingir que no quería besar a aquel alfa en cada momento, admirar aquellos ojos color miel que llegó a adorar, oír su risa o sus labios rozar los suyos por sus pequeños coqueteos. Ser suyo, como en aquellas antiguas noches en las que todo parecía bien, que podrían llegar a ser algo más que simples acostones. Lástima que se hizo demasiadas ilusiones, ¿podían culparlo? Las palabras bonitas, su embriagante aroma a canela combinándose con el de vainilla tan exquisitamente y es que lo hacía sentir especial en cada momento juntos, ¿cómo es que se dejó cegar por un amor no correspondido?.
Al salir de aquel edificio y que la frescura de la noche lo golpee en la cara, haciendo sentir un pequeño escalofrío, vió como la rubia estaba fuera del auto y revisaba su celular. Notó que el azabache ya estaba dentro del auto, al parecer con una sonrisa en el rostro. Aquella chica de orbes verdosos lo miró, sonriéndole suavemente y simplemente, esa angustia y tristeza desaparecieron.
— ¡Alex! ¡Sube ya que la peque nos quiere dar un regalo al dejar a Vege en su casa! —mencionó, el de orbes azules asintió con una leve sonrisa, para ir al auto y subirse de copiloto.
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Together ᴀɢᴀɪɴ ➜ℝ𝕦𝕓𝕖𝕘𝕖𝕥𝕥𝕒
FanfictionElloѕ ғυeroɴ pαrejα eɴ lα ѕecυɴdαrια y pαrтe de lα υɴιverѕιdαd, pero por υɴoѕ мαl eɴтeɴdιdoѕ тerмιɴαroɴ. Lυeɢo de αɴ̃oѕ y eɴ υɴα reυɴιóɴ de eх αlυмɴoѕ, αмвoѕ vυelveɴ α reeɴcoɴтrαrѕe, pero pαrα αqυel αlғα, ѕυ ѕorpreѕα vιeɴe cυαɴdo α αqυel oмeɢα lo e...