Elloѕ ғυeroɴ pαrejα eɴ lα ѕecυɴdαrια y pαrтe de lα υɴιverѕιdαd, pero por υɴoѕ мαl eɴтeɴdιdoѕ тerмιɴαroɴ. Lυeɢo de αɴ̃oѕ y eɴ υɴα reυɴιóɴ de eх αlυмɴoѕ, αмвoѕ vυelveɴ α reeɴcoɴтrαrѕe, pero pαrα αqυel αlғα, ѕυ ѕorpreѕα vιeɴe cυαɴdo α αqυel oмeɢα lo e...
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Miraba nuevamente la hora en su celular, sabía que había llegado mucho antes al lugar acordado, pero realmente pensó que su novio si llegaría a tiempo esta vez. Aunque no fuera sorpresa que llegara treinta minutos tardes como la última vez. Suspiró, tal vez le daba tiempo de ir a comprarse un helado hasta que su pareja apareciera.
Pero antes de que empezará a caminar, sintió como unos brazos lo envolvieron por la cintura y su espalda se apegaba a otro cuerpo, ahí fue cuando sintió el aroma a chocolate amargo que tanto amaba. Sonrió cuando supo que la persona buscaba un resquicio de sus feromonas al hundirse en su cuello.
— Lamento la demora —lo oyó susurrar— Sabes como es Nieves con el hecho de que me quedé a jugar con ella.
— Deja de ponerla como excusa, que la vez que los visité ella se comportaba muy bien —se giró sin romper el abrazo y así poder mirar esos orbes esmeralda— Tiene solo nueve años, Rub.
El mencionado rodó los ojos— Empiezo a creer que quieres mucho más a mi hermana que a mí, que soy tu novio —hizo un leve puchero.
— ¿En serio estás celoso por el afecto que le puedo tener a tu hermana? —el puchero en los labios del castaño no desapareció, solo negó divertido— Eres un tontito —le dejó un rápido beso en sus labios, haciendo que el otro sonría.
— Amas a este tontito, yo lo sé.
— Lamentablemente.
— Hey —hizo que se apegara más a su cuerpo al quejarse por lo dicho del omega, este solo soltó una pequeña risilla— No seas malo, amor.
— Que si, te amo, pero si no vamos ya a la cafetería se acabará la tarta de chocolate que preparan y realmente me enojaré —el alfa asintió mientras lo soltaba para solo abrazarlo por los hombros.
— Vayamos antes de que encontremos a uno de los chicos por aquí y nos interrumpan —dijo mientras empezaban a caminar.
— Como la última vez —sonrió.
— Ni me lo recuerdes, ese día nisiquiera me dejaron abrazarte o poder darte un beso, tres horas sin afecto, eso es tortura para mí —solo rió por lo dramático que era su pareja, recibiendo un beso en sus cabellos azabaches.
— Ya, también quería solo estar contigo, pero sabes cómo son de metiches y el hecho de que no los hayamos visto por una semana.
— Ya me las cobraré cuando alguno tenga pareja, seré como un grano en el culo interrumpiendo sus momentos románticos.
Suspiró por el plan del alfa, realmente amaba a ese tontito vengativo, igualmente, sabía que a pesar de todo ambos podrían seguir juntos. El amor que sentían era duradero y esperaba que nunca acabe.
