Elloѕ ғυeroɴ pαrejα eɴ lα ѕecυɴdαrια y pαrтe de lα υɴιverѕιdαd, pero por υɴoѕ мαl eɴтeɴdιdoѕ тerмιɴαroɴ. Lυeɢo de αɴ̃oѕ y eɴ υɴα reυɴιóɴ de eх αlυмɴoѕ, αмвoѕ vυelveɴ α reeɴcoɴтrαrѕe, pero pαrα αqυel αlғα, ѕυ ѕorpreѕα vιeɴe cυαɴdo α αqυel oмeɢα lo e...
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Escuchaba las risas y gritos que daban su amiga junto a su hija. Solo sonrió, negando divertido al saber que estaban jugando uno de los videojuegos en la consola.
Seguramente el Mario Kart.
Hace unas horas que estuvieron hablando, más los mayores sobre el temita que tenía demasiado ansiosa a la beta. Pero ahí estaba él, como buen mejor amigo, para escucharla y aconsejarla.
Sin duda, esperaba que todo saliera bien con aquel par, que ambos pudieran afrontar de una buena vez sus sentimientos.
Aunque fuera el menos indicado para pensarlo.
Suspiró. Desde el día de ayer no dejó de pensar en cierto alfa castaño, de brillantes ojos verdes y una sonrisa encantadora.
«Aún no tenemos su número, no podemos llamarlo.»
Habló su lobo, mientras él hacía una leve mueca, era verdad lo que decía y eso lo desanimaba un poco.
Hasta que sintió su teléfono vibrar, sacándolo del bolsillo de su pantalón y mirando el nuevo mensaje.
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Se extrañó, no entendía quién era esa persona o el porqué le escribía.
Iba a dejarlo en visto, pero su curiosidad podía más, así que decidió saciar sus dudas.
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