Primer día en San Francisco.
Vamos Olivia se optimista.
Puedes conocer la ciudad y ver que tal.
Me encontraba en mi habitación, acostada mirando el techo diciendo en mi mente esas palabras, era mi primer día en San Francisco como tal y primero decidí conocer mi vecindario; como siempre me desperté temprano, me aliste con ropa deportiva agarré mi teléfono, mis audífonos y bajé, eran las 8:00 de la mañana, mi madre estaba en la cocina preparando café, usaba todavía su pijama, no tenía mucho tiempo de haberse levantado, mi padre se encontraba sentado en una silla en la esquina del mesón leyendo el periódico; traía puesto un traje formal el cual le quedaba muy bien.
-Buenos días- comencé acercándome al mesón de la cocina con una sonrisa de boca cerrada.
-Buenos días Oli- respondió mi madre con un tono alegré el cual la caracterizaba mucho
-Buenos días hija- agrego mi padre posando sus ojos sobre mí. -¿caminarás?- pregunto mi padre al verme vestida deportivamente.
-Sí, así puedo conocer el vecindario- mi padre y mi madre me dieron una sonrisa y asintieron con la cabeza.
-Está bien hija es bueno que conozcas el vecindario- dijo mi madre con un tono neutro, sabía que estaba tratando de adaptarme.
-Sí, demás, saben que me gusta estar activa y estar en forma- agregue con toque de tono burlón, agarré una banana de un tazón que se encontraba en el mismo mesón me acerque a mi padre y le di un beso en la mejilla -buena suerte en tu primer día en el trabajo papá- me dirigí a la puerta principal y salí.
La brisa mañanera acarició mis descubiertos brazos por el crop top deportivo que llevaba puesto, baje los escalones del porche y me dirigí calle arriba donde podía ver un pequeño parque con maquinas de hacer ejercicio. Fui a paso lento comiendo tranquilamente mi banana, fije mi mirada en los arboles de las aceras, las casas, todo era tranquilo, salude tal cual vecino que se encontrará en sus porches.
Al llegar al parque me frene y vi mi alrededor, habían niños jugando en los columpios otras madres hablando y esperando a sus hijos en unas bancas; fui a la dirección donde se encontraban las maquinas de ejercicio y vi a una chica usando una de resistencia de piernas, me senté en la maquina que estaba al lado de ella y al verla claramente reconocí que era la misma chica que vi la noche anterior saltando la cerca para escaparse.
Ella paro de usar la maquina. Su respiración estaba pesada, tomo su frasco de agua y bebió de la misma, sus ojos encontraron los míos y vi como se formo una sonrisa en su cara; a decir verdad se veía bastante amigable. -vaya, vaya si es mi nueva vecina- dijo mirándome de pies a cabeza, me encogí de hombros y le devolví la sonrisa
-Hola- dije nerviosa.
-Hola mucho gusto soy Geno- agrego amablemente y extendió su mano.
-soy Oliva, el gusto es mío- dije animada y tomando su mano para estrecharla levemente.
-Oye sobre lo de anoche, gracias por no haberme acusado o algo así- dijo con un tono de picardía.
-Tranquila no pasa nada, además no te conocía para echarte a perder tus planes de escapé- respondí bromeando; las dos nos reímos y empezamos a usar las maquinas.
-Olivia cuéntame de ti, ¿de dónde eres? y ¿porque se mudaron?- Geno preguntó intrigada, la curiosidad era clara en su expresión.
-Bueno tengo 16 años, soy hija única, provengo de Calistoga y nos mudamos por el trabajo de mi papá- respondí regresando la mirada a Geno -¿y qué hay de ti Geno?- Pregunte también curiosa.
ESTÁS LEYENDO
Ese chico de San Francisco
RomanceOlivia es una chica depresiva por mudarse a San Francisco, ella esta convencida de que no hay nada interesante allí, pero su punto de vista empezara a cambiar en cuanto nuevas personas entren a su vida y una de ellas, un chico el cual tiene aura de...