Capítulo 2 "Despedida dolorosa"

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Hoy es el día, la noche anterior dejé una alarma para poder despertar temprano con el hecho de caminar por mi vecindario y despedirme; y así fue, me desperté justo a las 06:00 AM. Fui al baño, me lavé los dientes, me duché y me vestí; me coloqué unos jeans con un suéter holgado verde y unas botas negras, el clima estaba intermedio no hacía frío pero tampoco hacía calor. Y para mí era perfecto.

Bajé con cautela las escaleras procurando no despertar a mis padres, por las ventanas de la casa estaba empezando a colarse la luz del amanecer que tanto me gustaba presenciar, sentí nostalgia al ver la casa vacía con solo cajas en donde antes se situaba la sala, fui a la cocina, agarre una manzana y salí por la puerta trasera, rodee la casa y al estar en el frente de la misma detallé cada parte de ella, recuerdos vinieron a mí, no me pude contener y solté a llorar; toda mi historia en esta ciudad, en esta casa, mis amigos, mis familiares quedaría atrás y solo podía sentir un vacío en mi pecho el cual tenía el sentimiento que sería difícil de llenar otra vez.

Tomé un bocado de aire, exhale y comencé a caminar calle abajo, pensé que saldrían mis vecinos para ir a sus respectivos trabajos pero recordé que era domingo. Pasaba por las casas comiendo mi manzana cuando jadee en sorpresa al verlas...

Clara y Sofia mis ex amigas, las cuales tenían una expresión de sorpresa al igual que yo. No tomo mucho tiempo cuando reaccionamos y corrimos para poder abrazarnos. Un abrazo grupal lleno de tantas emociones, afecto, cariño, nostalgia y tristeza.

-¿Que hacen aquí?- dije limpiando las lágrimas corriendo por mis mejillas.

-No podíamos dejar que te fueras sin despedirnos- aclaró Sofia, su voz me hacía sentir tan bien, era dulce y calmada.

-De verdad sentimos haberte dejado sola, pensamos que terminar la amistad sería lo mejor pero no es así- Clara agrego, podía sentir la sinceridad en sus palabras, todo esa culpa y tristeza era notable.

Sin pensarlo las abracé de nuevo, aun con más fuerza me contuve para no llorar, al separarnos saque mi celular de mi bolsillo trasero y vi la hora ya iban hacer la 07:00 de la mañana no tardaría mucho para que mi madre y mi padre se despertarán.

Mi madre debía de hacer el desayuno y mi padre checar las cajas para que no se nos quedara nada. Empezamos a caminar y todo el recorrido estuvimos hablando de los momentos más bonitos que tuvimos juntas, reímos por lo que comentaba Sofia; ella era muy graciosa, sabia como hacer reír a las personas hasta en los peores momentos y eso admiraba de ella, Clara era súper activa y gentil, siempre ayudaba a los demás no importaba quien fuera y las quería muchísimo.

Al llegar a mi casa entramos por la puerta principal y no me sorprendió ver a mi madre en la cocina revolviendo en un sartén lo que parecía ser huevos revueltos, y en la tostadora podía ver los panes dando un salto haciendo como referencia de que ya estaban listos; mi padre se encontraba en la sala contando y chequeando los cajas, en su expresión podía ver con claridad lo cansado que estaba, sus ojeras siendo un poco visibles a simple vista. Estaban tan concentrados en lo que hacían que no se dieron cuenta que habíamos llegado, carraspeé para poder llamar la atención y de enseguida sus ojos se posaron sobre nosotras en la puerta de la casa.

-Buenos días papá, buenos días mamá- dije para romper el hielo y la incomodidad que había en el ambiente

-Buenos días señor y señora Grant- agregaron Sofi y Clara detrás de mí con unas sonrisas en sus caras.

-Buenos días chicas- respondió mi madre con su tono un poco confundido.

-Buenos días- dijo mi padre poniendo su atención otra vez en las cajas

-Sofi, clara que sorpresa verlas- respondió mi madre.

-Perdón por llegar así, señora Grant es que teníamos que despedirnos de Olivia- agrego Clara, en su tono podía notar lo incomoda que estaba.

Ese chico de San FranciscoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora