El sol recién salía y los pajaritos cantaban despertando a un desteñido peli naranja el cual tenía que empezar a trabajar y ayudar a la guardia real del pueblo vecino.
Baek se vistió como siempre en esa monótona, desgastadora y depresiva rutina que mantenía esos dolorosos meses, hasta que un veloz galopar que empezaba a acercarse a su casa lo alertó, se colocó tan rápido como pudo los zapatos y bajó las escaleras para escuchar el fuerte e insistente golpetear de la puerta, toque incesante que logró despertar a sus dos hijas las cuales bajaron rápidamente para ver si se trataba de otro guapo guardia real.
Sus novios ya no las satisfacían y preferían apuntar alto, quien decía si llegaban a tener algún titulo real.
El mercader llegó a la puerta cansado de su carrera pues los años no pasaban en vano y al abrirla espero encontrarse de todo menos a su hijo perdido vistiendo un traje de oro y con el pelo completamente negro.
--¡SeokJin, Hijo! –Gritó preso de las lágrimas y las emociones para tirarse a aquellos brazos que había extrañado por tantos meses de angustia y miedo.
--Padre...estoy aquí papá...--Susurró el pelinegro conduciendo al lloroso BaekHyun que se negaba a soltarlo al sillón de la sala seguido por sus confundidas hermanas que no lograban reconocerlo.
¿Dónde estaba su delgado hermano de tez pálida, ojos inocentes y rubio pelo?, aquel príncipe no podía ser el mismo chico que habían molestado por años y años.
--¿Cómo...como lograste salir? ...te he extrañado tanto cariño--Balbuceó el peli naranjo sin creerse que su querido hijo estaba vivo junto a él, en su casa, a salvo de cualquier peligro.
--Yo también te extrañe, sobre eso Nam me...--Intentó explicar y sentarse a un lado del adulto, pero el sorpresivo abrazo de una de sus hermanas se lo impidió.
--¡Jinnie ni te había reconocido!, cuánto tiempo ¿no? ... ¡pero por dios que hermoso traje! ¿dónde lo conseguiste? –Alagó falsamente Dahyun tocando el traje amarillo de Jin junto a su otra hermana.
--Lo hizo Tae...—Habló despacio sin entender que hacían aquellas dos chicas, en ningún momento pensó que sus hermanas estuvieran felices de volver a verlo, pero dejando lo extrañas que estaban, posiblemente cegadas por su increíble traje y joyas, intentó explicarle a su padre como es que había vuelto a casa.
--¡Por dios chicas! ...SeokJin acaba de escapar de esa horrible bestia, no de venir de viaje, sean más comprensivas –Regañó su padre en una voz alta pero rota sin parar a las dos revoltosas muchachas que ya le habían quitado el collar que traía.
--Déjalas, no me importa...los lobos me mostraron el camino, lo que quería decirte es que Nam...--Intentó nuevamente explicar lo que había pasado, pero parecía que nadie quería dejarlo terminar.
--No te preocupes, ya nadie te dañara y nunca más volverás a pisar ese lugar, todo ya pasó...estas a salvo aquí--Dijo su padre abrazándolo nuevamente empezando a estresarlo, estaba entendiendo mal la historia.
Y lo último que quería es que alguien más creyera que NamJoon era un monstruo.
--No lo entiendes papá, yo no sufr...—Quiso rápidamente corregirlo, pero la voz de quien menos esperaba dentro de su casa lo tomó por sorpresa.
--Jinnie sweetheart, que alivio verte, pensé que te había perdido...todos en el pueblo estábamos tan preocupados...--Pronunció Mingyu con su ingles enseñado por los mejores profesores que su padre había pagado con dinero del pueblo y apareciendo desde el pasillo con su impecable traje rojo a juego con su pelo negro elevado por el viento de su caza matutina.
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The Handsome and The Beast ~•NamJin
Fanfiction°•SeokJin era un chico amable, el menor de su pequeña familia, vivía entre bestias y libros que lo aliviaban de su propia tortura en aquel pequeño pueblo, pero por un fallo en el comercio de su padre su vida dio un giro inesperado, terminando así en...