Te amare en vida y en el infierno.

Capitulo 5 Más que amigos

ALASTOR

Han pasado tres meses desde aquella noche de año nuevo, y cada vez que había una fiesta o evento social llevaba a mi Charlotte como mi pareja, haciendo que poco a poco nos hicimos más cercanos. Almorzaba y tomaba mis cafés con ella siempre que podía. Si soy honesto, nunca fui amante de lo dulce pero sinceramente sus postres eran mi gran y única excepción sobre lo comer cosas dulces.

Estaba completamente enamorado de ella que no era extraño para mi perderme en ensoñaciones cuando estaba en el trabajo o a solas recordando a la bella mujer quien me conquistó apenas vi sus ojos color miel, y escuché su voz tan angelical.

Adoraba en secreto todas sus cualidades, y aunque ella tenía posiblemente varios pretendientes, aunque no me sorprendería ya que Charlotte valía su peso en oro, figurativamente, nunca vi indicios que ella estuviera interesada por algún otro joven. Así que deduje que aún tuviera una oportunidad de invitarla a salir y proponerle lo que yo tanto ansiaba.

Fue entonces que decidí en invitaría a una cita especialmente para ella y no a una fiesta en la que yo era el invitado, sería una salida especialmente pensada para ella. Entonces fui con mi amigo Husker que era el barman en un salón/bar en el centro de la ciudad, el lugar en cuestión se llamaba NEW ORLEANS PALACE.

- Buenas noches viejo amigo, como estamos esta noche. – lo salude cuando llegue a la barra, para luego tomar asiento en uno de los bancos de la barra. Si soy honesto conmigo mismo, estaba muy nervioso y en cierta manera apenado por lo que iba a pedir a Oskar.

Oskar al verme, termino de "limpiar" la barra, para luego acercarse a saludarme - Eres tú, hasta que te dignas a venir casanova, cuántas chicas van en este mes. - dijo al final con algo perspicaz.

- Jejeje. Que gracioso. - dije con un tono algo serio y con el ceño fruncido.

- Tranquilo chico tu reputación conmigo te preside. - me dijo mientras limpiaba la barra donde iba a recargarse. - No es por halagarte, pero ya me extrañaba no saber nada de ti, en especial de tus conquistas. - me dijo mientras se recargaba sobre su brazo en la barra y tomaba un trago grueso de su botella de alcohol

- Si como digas Husker. - respondí de manera sarcástica ya que detestaba que él me recordaba a mi viejo hábito, ya que yo era diferente y lo sería por Charlotte.

- Me sorprende la cifra de chicas que llevas – dijo mientras hacía un ademán relacionado a lo que hacía con mis conquistas, ya saben tener sexo, para luego dar un trago su botella de alcohol - Y sin dejar embarazada a alguna ilusa. - dijo supongo haciendo cuentas de las mujeres con las que he tenido intimidad y que se enteró por terceros o por ellas mismas.

- Bueno, hablando de eso... necesito que me des consejos para una cita romántica - dije apenado por lo que quería que me aconsejara ya que no era usual que le pidiera este tipo de consejos.

Pero al terminar mi frase, Husker escupió el alcohol que estaba tomando sobre la barra, y empezó a tener un ataque de risa al punto que empezó a sacar lágrimas por la risa frenética, golpeando con la mano derecha la barra, llamando la atención de medio mundo, mientras yo me encogía de hombros por la pena y en cierto punto, la humillante solicitud que yo hice a él.

- Qué fue lo que dije, que te pareciera tan gracioso. - dije con mucho enojo y a punto de aventarme a golpearlo, para evitar ser mas humillado por él.

- Tranquilo chico...es que si...es para tanto...– hizo una pausa en lo que apenas se recuperaba. – Hay mierda en mi maldita vida creía haber visto y oído todo, pero no fue así... – dijo mientras se tranquilizaba.- El gran Alastor Alexander Lambert, el grandioso locutor de radio en Nueva Orleans, el mayor casanova de esta ciudad, me pide a mi Oskar Schmitt un consejo para una cita. No sé si es mi jodido cumpleaños o se adelantó navidad para mí. - dijo con cierta ironía ya que yo era el que presumía de ser el más codiciado, pero ahora estaba pidiendo un consejo.