Capitulo 4 La fiesta de año nuevo (Parte 2)

802 97 5
                                    

ALASTOR

Cuando llegué a buscar a Charlotte estaba completamente nervioso y ansioso, aunque no lo crean era la primera vez que invitaba a una chica a un "cita", la verdad es que desde que conocí a Charlotte estaba feliz y animado, no me sentía así desde que mi madre seguía con vida.

Durante este periodo desde la muerte de mi madre hasta cuando conocí a Charlotte, me sentía bastante solo y triste, no lo demostraba a los demás, siempre llevando mi característica sonrisa, pero Rosie al ser casi como mi hermana junto a Husker quien también era como mi hermano mayor, ellos sabían todo lo que me pasaba y siempre me invitaban que buscará a alguien quien me hiciera feliz, y darle sentido a mi vida, alguien con sentar cabeza y formar una familia.

Y lo intente, al ser un locutor de radio con una fama en ascenso me permitió asistir a fiestas y reuniones de la clase alta de Nueva Orleans. Según mis conocidos, yo era el más codiciado y atractivo joven de toda la ciudad, y no era porque tuviera dinero y fama, aunque sí los tenía. Si no porque eran alguien que se distinguía entre los varones. Atento, educado, inteligente, elocuente, " guapo y atractivo" si se podría decir, y sobre todo porque tenía una atracción envidiable entre mis pares, me destacaba sobre todos ellos. En lo que sea todos no me llegaban a los talones en cuanto a la atracción que generaba entre las féminas.

Todo eso generaba que cualquiera dama que me acercará se derritiera ante mi presencia figurativamente y teniendo esas ventajas decidí probar suerte en las damas para ver quién me "cautivará".

Sobra decir que relaciones sexuales con varias damas no faltaron, no es por presumir, pero me acosté con varias hijas de empresarios, políticos, personajes de la farándula muchas veces en sus propias casas u habitaciones cuando me invitaban a sus fiestas.

Pero ninguna me llamó la atención, todas tenían en común que eran creídas, algunas muy tontas, demasiado orgullosas, racistas algo que no tolero por mis orígenes, no eran lo mínimo posible humildes, abusaban de su puesto social o económico para humillar al más desfavorecido. Por lo que nunca las invitaba a salir, claro a veces ellas me invitaban, pero nunca pasaba más de una charla o un simple saludo y hasta allí.

Claro que mi fama de casanova en Nueva Orleans se extendió, generando que cualquiera se me insinuara o incluso me rogara tener una oportunidad conmigo.

Pero cuando conocí a Charlotte todo cambio, ella era completamente diferente a todas. Era positiva, entusiasta, llena de alegría, era considerada con los demás, era muy elocuente, era alguien que se preocupaba por los demás, nunca humillaba a nadie sin importar su clase. Era perfecta, un ángel caído del cielo en pocas palabras. Sin mencionar su natural belleza y atractiva figura femenina.

Cuándo nuestros encuentros se hicieron más frecuentes me sentía lleno de vida y de alegría, generando un sentimiento de mariposa en el estómago cada vez que estaba cerca de ella.

Sabía por los libros y novelas que leí desde chico que lo que sentía era nada más y nada menos que los efectos de lo que los mortales llamamos Amor.

Al no ser un experto en el tema del amor decidí pedirle consejos a Rosie, pues al ser una dama ella sabría cómo remediar mi situación. Claro que exploto de gozó y alegría al decirle que era lo que sentía, y aunque me exigió quien era la afortunada, solo le dije que era alguien que ella conocía, cosa que no le gustó mucho ya que conocía a tantas de mis "conquistas" que era como buscar una aguja en un pajar, pero aun así me dijo cómo cortejar y enamorar a una mujer.

Y cuánto sentí que estaba listo decidí actuar, cómo aprendía sobre el cortejo a una chica lo aplicaba en práctica con Charlotte. Y cuando era la fiesta de fin de año, la oportunidad de invitarla a salir se me presentó y no dudé ni en ningún momento en hacerlo.

Te amare en vida y en el infierno.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora