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Los pasillos se encontraban repletos de gente, las risas y murmullos llegaban a sus oídos, y aun así, Kim Taehyung no sé preocupó por si en algún momento llegaba a chocar con alguien. Caminaba con un paso relajado, mirando hacia al frente y no haciendo contacto visual con absolutamente nadie.

En su mano derecha sostenía una tarjeta y en la otra una caja de bombones, se dirigía a un salón de estudiantes menores a él. Fue inevitable que una mueca no apareciera en su rostro.

Estaba cansado, la gente en ese lugar no parecía entender.

¿Acaso a todos les gusta ser humillados?«Pensó mientras se detenía frente a la puerta de un salón. Los estudiantes que se encontraban impidiendo su paso lo miraron con miedo. Taehyung no tuvo que decir absolutamente nada, pues los estudiantes se apartaron por si solos.

Entonces tomó aire, no agachó la cabeza en ni un momento, tampoco la mirada.

De pie, frente a todos esos estudiantes se sintió en lo alto. Todos callaron en cuanto notaron su presencia. Nadie se atrevió a decir palabra alguna, pues, no querían que Taehyung les gritara que se callaran.

—¿Quién es Soojun?—preguntó con calma, Taehyung no tuvo intenciones de asustar a nadie, pero fue algo inevitable. Su voz era demasiado profunda y era lo único que podía causar. Aunque no le molestaba mucho.

El salón de clases se llenó de una tensión palpable.

—Soy yo —murmuró un estudiante, era un chico delgado y de estatura reducida.

—¿Tú me diste esta carta? —inquirió Taehyung al chico, que se encontraba claramente nervioso. Taehyung alzó la carta para que todos la vieran—. Hace... Tres días golpeé a un chico del salón de al lado. ¿Lo recuerdas? ¿Sí? ¿Entonces por qué me has enviado esto? El hecho de que haya un nuevo chisme diciendo que soy gay no significa que sea cierto. Por algo es solo un rumor.

Una sonrisa se quería hacer presente en los labios de Taehyung, encontrando cierta diversión en la tensión que se había apoderado de la sala.

—Taehyung.

—¿Perdón? —Se volteó en dirección a la puerta con una expresión disgustada.

Allí, de pie, estaba una estudiante, alguien que él no conocía. Esta estudiante, al darse cuenta de que el destinatario de su mensaje era Kim Taehyung palideció.

—Lo siento —Le hizo una reverencia en señal de disculpa—. Pensé que no se trataba de usted, Sunbae.

—¿Qué quieres?—le preguntó con cierta irritación, molestó por la interrupción de su agradable momento.

—Si, este... Yungsoo quiere hablar con usted—Taehyung hizo una mueca cuando oyó ese nombre.

Le dio un asentimiento de cabeza a la estudiante, con eso bastaba para que ella entendiera, que iría en cuanto terminara con lo que había ido a hacer allí.

Se aclaró la garganta para retomar la conversación.

—Estoy de buenas hoy. —pronuncio con una sonrisa fingida—. No vuelvan a hacer esto. He rechazado como cuatro chicos en esta última semana. Si soy gay, ustedes serían los últimos con quién yo quisiera estar, así que no desperdicien su dinero en esta mierda.

Tiró la carta y los chocolates al suelo, suspiró y procedió a salir de ese salón.

Bombones con algo de maní.

Idiotas.«pensó.

Si tan solo supieran que Taehyung era alérgico al maní. Quizás ya lo habían descubierto y por eso le habían entregado esa caja con esas cosas que podían causarle la muerte.

Caminó por los pasillos de una forma tranquila, su actitud contrastaba con la tormenta de pensamientos en su mente. Le resultaba tedioso tener que ir en busca de esa chica, él sabía dónde ella se encontraba. Suspiró deslizando una mano al bolsillo de su pantalón para de ahí sacar una pequeña caja de chicles, saco uno, lo metió a su boca y volvió a guardar la caja en el mismo lugar.

No tenía que preocuparse por si en algún momento llegaba a chocar con alguien. Para Taehyung el instituto era como si reino, y cada estudiante era un súbdito temeroso. Ni uno tenía la más mínima intención de chocar con Kim Taehyung, ellos querían ahorrarse muchos problemas.

Cuando llegó a dónde se encontraba la castaña, hizo una mueca. Durante los últimos días lo ha citado en este lugar más veces de las que le gustaría admitir. La chica estaba frente a su casillero, le daba la espalda, se encontraba sacando unos libros y los guardaba en su mochila.

—Espero que no me hagas perder el tiempo.

Yungsoo dio un saltó del susto, la voz de Taehyung había salido mucho más grave. Él se quiso burlar; sin embargo, se mantuvo serio mientras saboreaba el sabor a fresa del chicle que tenía en su boca.

Yungsoo se volteó muy rápido y le dio una mirada furiosa. Odió a Kim Taehyung más de lo que ya lo odiaba.

—Idiota.—le espetó con desdén, dándole una mirada de los pies a la cabeza—. Te llamé para disculparme.

—¿Yoongi te ha dicho que lo hagas?

—Solo acepta las malditas disculpas.

—No tengo que aceptar nada. No es como si ese rumor de mierda me afecte en algo.—Sonrió encogiendo sus hombros, restándole importancia a la situación.

Los ojos de Taehyung se desviaron hacia el basurero en una esquina. Escupió el chicle, observando cómo la pequeña masa viscosa se rebelaba y negaba a caer dentro del receptáculo.

Mierdesilla. Así que también estás en mi contra. « Fue lo que pensó.

—Ese rumor es lo que eres.

—Ahora soy homosexual, claro. La anterior semana, ¿qué era? ¿Anoréxico? ¿Y la anterior? Ah si, la anterior era que me había acostado con el profesor de literatura. Por supuesto. También fui un pandillero, y fui yo quien se robó las llaves del auto de la profesora de matemáticas. Es que soy tan genial, que puedo ser muchas cosas, puedo ser ladrón, gay, un enfermo...

—Cállate. He cumplido con lo que prometí, así que...

—Así es, pero estoy seguro de que vendrás otra vez a mí. ¿Y sabes por qué? Porque me odias tanto que seguirás inventando mierdas, y estás tan obsesionada con Yoongi que irás a ofrecértele, entonces él te dirá que te disculpes conmigo y así será. Es un ciclo interminable. En el que ante Yoongi soy una víctima y tú seguirás siendo una simple compañera de clases.

Taehyung esbozó una sonrisa maliciosa, se encogió de hombros y caminó hacia su casillero. ¡Qué gracias al cielo! Se encontraba muy lejos del de ella.

Cuando abrió la puerta de metal, un pequeño papel cayó al suelo llamando su atención. Se agachó, tomó el papel rasgado y algo arrugado entre sus dedos. Taehyung volvió a ponerse de pie, aún seguía con su ceño fruncido.

Eso no era común.

Cuando desdobló el papel no pudo quedar más sorprendido.

Definitivamente, eso no era común.

¿Dónde estaban los globos y las rosas?

Me gustas.

Eran unas palabras simples con un gran significado. Estaban escritas sobre el pedazo de papel con tinta negra.

Jeon Jungkook.

Jeon Jungkook

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Falso Nerd || KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora