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—¿Quién es Jeon Jungkook? —pregunté tratando de que mi voz no saliera tan grave, sin embargo, la chica a mi lado dio un salto del susto. No pude evitar poner los ojos en blanco.

—Conozco dos personas con ese mismo apellido y nombre. Uno está en Sexto/B, y el otro en quinto/A —respondió, Parecía esperar una reacción de mi parte. Sin embargo, no le presté mucha atención. Me giré, fruncí el ceño y volví a concentrarme en mis pensamientos. 

Ayer me había olvidado por completo de ese asuntito gracias a Yungsoo. El papel lo guardé en mi bolsillo. No fue hasta que llegué a casa que recordé esa simple, pero extraña confesión.

Al ingresar al instituto, la curiosidad comenzó a invadirme, despertando un deseo creciente de descubrir quién era realmente Jeon Jungkook y por qué su confesión había sido tan simple.

¿Dónde había quedado la grandiosa declaración? ¿Y cómo era posible que me haya gustado que sea tan directo y poco detallista?

Crucé los brazos mientras por el rabillo del ojo noté como la chica a mi lado se retorcía incómoda. Yo había llegado temprano, y ella demasiado tarde. Así que el maestro de la primera clase le ordenó que se sentara junto a mí. Yo obviamente no le había dirigido la palabra hasta hace poco y a ella no le convenía hacerme conversa.

Noté como se pasaba las manos por su falda, seguro deben estarle sudando. Debe de ser de esas chicas superansiosas que piensan que soy el tipo más peligroso del mundo, como si en cualquier momento fuera a hacer algo horrible.

Bueno, no es lo que importa ahora.

No sé si debería seguir con mi investigación o simplemente dejarlo pasar. He rechazado a varios chicos desde el comienzo de la semana, y no voy a mentir, ya me estaba pareciendo fastidioso.

Este Jeon Jungkook es alguien muy extraño. Debería sentirme ofendido, porque nadie me había declarado su amor de una forma tan fría y seca, pero no es eso lo que siento. Me intriga.

¿Cómo tuvo las agallas de entregarme un trozo de papel arrugado, como si fuese algo sin importancia? ¿Acaso no pensó que podría ofenderme? ¿O quizás esa era precisamente su intención?

El timbre sonó, anunciando el inicio de la hora libre, y me levanté casi de un salto. Guardé mis cosas con prisa, asegurándome de que mi mochila quedará bien cerrada, y salí del salón sin mirar atrás. Había tomado una decisión: encontrar a Jeon Jungkook.

Caminé con pasos apresurados por los pasillos abarrotados, donde las conversaciones y risas se mezclaban con el eco de los casilleros abriéndose y cerrándose. Mi primer destino era el salón de sexto/B, donde suponía que estaría. Al llegar, empujé la puerta y entré sin dudarlo.

El bullicio se detuvo de inmediato, y sentí decenas de miradas clavarse en mí. Quise sonreír satisfecho.

—¿Jeon Jungkook? —pregunté en voz alta, dejando que mi tono denotara autoridad. Los estudiantes se miraron entre sí. Suspiré, sintiendo que mi paciencia empezaba a agotarse— ¿Quién es?

Finalmente, un chico al fondo decidió responder:

—Hoy no vino a clases.

No respondí nada; simplemente me giré, salí del salón y cerré la puerta tras de mí con más fuerza de la necesaria.

Mierda”, pensé, mientras apretaba los dientes. ¿Por qué faltó precisamente hoy? ¿Acaso sabía que iría a buscarlo? ¿O este Jungkook no era el que buscaba?

La idea de que un estudiante de quinto grado tuviera las agallas de confesarse mediante un simple trozo de papel me resultaba absurda y, al mismo tiempo, irritante. Más que molesto, era humillante. Lo peor de todo es que había logrado captar mi atención.

Falso Nerd || KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora