—¡Vamos!, ¡céntrate! –resoplé con fuerza cerrando los ojos contra mis mejillas –¡Visualiza tu dominio!, haz que tus sombras tomen el control... –el sudor recorría por mi piel de manera que me encontraba cansada. Estábamos entrenando por la parte del jardín, con Sukuna rodeándome a cada instante pronunciando todo tipo de frases. Sin embargo, separé mis manos para tomar un pequeño descanso –Maldita sea, ¿así es como quieres avanzar?
Apreté la mandíbula con fuerza antes de estirar mi espalda, estar con la misma postura durante bastante rato hacía doler los músculos. Pero, mi objetivo ahora no era fortalecer la Técnica de las diez sombras, aquello lo tenía más que dominado, solo quería...
—Chimera Shadow Garden –manifestar mi expansión de dominio, era lo único que me quedaba, no obstante, no poseía la gran fuerza maldita ni tampoco la suficiente imaginación como para poder completarla. Terminé por suspirar rendida ante los ánimos del de cabello rosado –. No puedo hacerlo, no tengo lo necesario. –chasqueó su lengua visiblemente molesto.
—Si es así el pensamiento que vas a tener de ahora en adelante... Olvida de pedirme ayuda –volvió a colocar sus manos por dentro de las mangas antes de adentrarse en la estancia. Observé mis manos una vez más llena de arrogancia.
Rechiné los dientes en contra de mi voluntad para poder cerrar los ojos y concentrarme una vez más. Inspiré profundamente visualizando un sin fin de sombras a mi alrededor, las cuales me daban fuerza.
Aún así, no lograba a alcanzar el potencial, con lo que todas mis esperanzas se vinieron abajo. Era algo muy complicado de dominar, sí, pero llevaba años entrenando para eso. Apreté los puños con fuerza.
—¡Sukuna! –le llamé la atención, sabía que aunque no me estaba viendo me estaba escuchando –¡Lograré extender mi dominio! –grité a todo pulmón sintiendo como una aura maldita azulada rodeaba todo mi cuerpo –, ¡lograré otorgarte más poder y así poder vencer!
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Cayó la noche volviendo a atacar a otra aldea, y así hasta que terminamos nuestra labor bastante satisfechos por nuestras hazañas.
A la hora de cenar, Sukuna bebía tranquilamente una infusión sentado en frente de mí mientras que yo devoraba la carne que me había servido junto con el arroz. Parecía mentira, se supone que yo tendría que tener más modales, pero los suyos son impecables.
—Si sigues comiendo así al final te atragantarás. –me quedé mirándole a los ojos algo avergonzada. Dejé en el plato el trozo de carne antes de beber un poco de agua. Entonces me entró la duda.
—Cuéntame sobre tí. –el de cabello rosado cerró los ojos inspirando profundamente. Posteriormente le dio otro sorbo a su infusión dejando el vaso encima de la pequeña mesa que se nos disponía.
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𝑅𝐸𝐼𝑁𝐴 𝐷𝐸 𝑀𝐼 𝑇𝑅𝑂𝑁𝑂 /𝑅𝑦𝑜𝑚𝑒𝑛 𝑆𝑢𝑘𝑢𝑛𝑎 𝑥 𝑅𝑒𝑎𝑑𝑒𝑟/
Fanfiction𝐸𝑙𝑙𝑎 𝑝𝑜𝑑í𝑎 𝑠𝑒𝑟 𝑙𝑎 ú𝑛𝑖𝑐𝑎 𝑒𝑥𝑐𝑒𝑝𝑐𝑖ó𝑛 𝑒𝑥𝑖𝑠𝑡𝑒𝑛𝑡𝑒 𝑒𝑛 𝑡𝑜𝑑𝑜 𝑒𝑙 𝑈𝑛𝑖𝑣𝑒𝑟𝑠𝑜, 𝑠𝑖𝑛 𝑠𝑎𝑏𝑒𝑟 𝑚𝑢𝑦 𝑏𝑖𝑒𝑛 𝑒𝑙 𝑝𝑜𝑟𝑞𝑢é. 𝐴𝑙𝑏𝑒𝑟𝑔𝑎𝑟 𝑛𝑢𝑒𝑣𝑜𝑠 𝑠𝑒𝑛𝑡𝑖𝑚𝑖𝑒𝑛𝑡𝑜𝑠 𝑒𝑛 é𝑙 𝑒𝑟𝑎 𝑎𝑙𝑔𝑜 𝑐...