Parpadeé un par de veces al sentir una presencia muy fuerte justo a mi lado, parecía que solo hubiese dormido por un par de minutos, menuda desgraciada soy.
Acostumbré mi vista a la oscuridad pudiendo divisar la figura de alguien totalmente inesperado, las palabras no conseguían salir de mi boca, aunque por un instante pensé que era todo un simple sueño.
—¿Sukuna?, ¿qué estás haciendo aquí? –sin embargo y a una velocidad inhumana, se posicionó encima de mí mirándome fijamente a los ojos, como si fuera un lobo a punto de devorar a su presa. En ellos se podían transmitir rabia, lujuria, posesión, quizás hasta desespero por tener algo que hacía tiempo quería poseer para sí mismo.
Me cogió de las muñecas bloqueando mi escapatoria, aún así no me iba a mover a ningún sitio que no fuera a su lado.
—Tú... –apretó la mandíbula con fuerza a la vez que su respiración era bastante agitada –Maldita desgraciada, ¿cómo te atreves a provocarme de esa manera...?
Sin darme tiempo a que pudiera decir algún comentario, ferozmente chocó sus labios contra los mios de manera fogosa, a lo que no tardó en introducir su lengua inspeccionando toda mi cavidad bucal.
Era tal el desespero que en cuestión de segundos, una de sus manos se deslizó hasta llegar a mi intimidad la cual, hace poco, había estimulado con ganas.
Sin darme tiempo a reaccionar por su tacto, introdujo sus dedos moviéndolos profesionalmente, provocando que de mi boca empezase a salir saliva por la comisura de esta. Con su otra mano y sus poderes, me logró quitar las prendas de ropa que llevaba puestas dejando mostrar de nuevo mi cuerpo desnudo ante él, el cual, no tardó en devorarlo con su mirada.
Llevó su boca a uno de mis pechos mientras que con su mano libre logró aprisionarme las manos sobre mi cabeza, haciendo que abriera aún más las piernas a su disposición. Estaba dispuesta a otorgarle todo mi cuerpo para que lo tuviese a su merced, que me hiciera lo que quisiese, que me maltratara si era necesario.
Los suspiros se escapaban de mi boca llenando la habitación entera de estos, sin embargo, al haber estado antes estimulada, no tardé en venirme de nuevo mojando su mano. Con gusto, la quitó de dentro de mi para luego, lamerla mientras que me miraba satisfactoriamente.
Después de aquello, se quitó también sus ropajes dejándolo completamente desnudo, aunque ahora no tuve reparos en mirarlo de arriba a bajo, sorprendiéndome por el tamaño de su miembro, quien ahora estaba erecto.
Sin más dilación, introdujo aquello dentro de mí lentamente, sabía perfectamente que era virgen y que me iba a doler. Pero poco a poco, ese dolor insoportable se fue mezclando con el placer enganchando finalmente mis brazos hacia sus omoplatos, arañando su espalda.
Mientras tanto mordía mi cuello con intensidad a la vez que movía su cadera hacia delante y hacia atrás lentamente, quería disfrutar de cada segundo al máximo.
ESTÁS LEYENDO
𝑅𝐸𝐼𝑁𝐴 𝐷𝐸 𝑀𝐼 𝑇𝑅𝑂𝑁𝑂 /𝑅𝑦𝑜𝑚𝑒𝑛 𝑆𝑢𝑘𝑢𝑛𝑎 𝑥 𝑅𝑒𝑎𝑑𝑒𝑟/
Hayran Kurgu𝐸𝑙𝑙𝑎 𝑝𝑜𝑑í𝑎 𝑠𝑒𝑟 𝑙𝑎 ú𝑛𝑖𝑐𝑎 𝑒𝑥𝑐𝑒𝑝𝑐𝑖ó𝑛 𝑒𝑥𝑖𝑠𝑡𝑒𝑛𝑡𝑒 𝑒𝑛 𝑡𝑜𝑑𝑜 𝑒𝑙 𝑈𝑛𝑖𝑣𝑒𝑟𝑠𝑜, 𝑠𝑖𝑛 𝑠𝑎𝑏𝑒𝑟 𝑚𝑢𝑦 𝑏𝑖𝑒𝑛 𝑒𝑙 𝑝𝑜𝑟𝑞𝑢é. 𝐴𝑙𝑏𝑒𝑟𝑔𝑎𝑟 𝑛𝑢𝑒𝑣𝑜𝑠 𝑠𝑒𝑛𝑡𝑖𝑚𝑖𝑒𝑛𝑡𝑜𝑠 𝑒𝑛 é𝑙 𝑒𝑟𝑎 𝑎𝑙𝑔𝑜 𝑐...