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Ting.

Resonó adentro de la casa.

El chico cabello castaño estaba parado enfrente de la casa de Erika, justo como esta se lo pidió, traía puesto una chaqueta de algodón negra, que le cubría hasta una cierta parte del cuello, de su cintura para abajo era un blue jeans que le quedaba ajustado; traía de zapatos unas convers blancas que tenían por los bordes cuero de color azul oscuro.

-Oh...que sorpresa- La voz que había abierto la puerta no se creía lo que sus ojos presenciaban, era una mujer que rodando por los 30, tenía el tono de piel a lo café con leche, sus ojos eran de un verde azulado espectacular, te quedabas embobado ante su mirada.

El cabello estaba amarrado con una coleta vino tinto, el cabello era marrón.

-¿Estas buscando a Erika?

-Buenas tardes, si la estoy buscando ¿se encuentra en casa?-

-Por supuesto...pase por favor- Ante su respuesta la señora le dejo claro a Alejandro que podía entrar, lo cual no tardo en hacer.

La mujer guio al castaño hacia la habitación de su pequeña, quien se encontraba sentada en el centro de su cama mientras escuchaba Dinamyte.

Se percato que su madre había entrado al cuarto y con la mirada le preguntaba que pasaba, como respuesta sonrió pícaramente posicionando al joven cabello castaño a la vista de su hija.

–Ta-dan!- Fue lo que dijo. El rostro de Erika evidenciaba sorpresa, mientras miraba el de Alejandro intentado ver si era real lo que estaba presenciando, se froto varias veces los ojos, y en efecto, el chico seguía ahí, y un enorme sonrojo se posiciono en sus mejillas.

-M-mama...- Tratando de articular una respuesta ante este escenario, Erika miro a su madre.

-¡Ups si! los dejos solos bye-

-N-no...es-espera...- Pero fue demasiado tarde, ya la señora desapareció de la habitación dejando a su hija con aquel chico.

“Quería saber porque lo dejaste entrar a mi cuarto...”

Fueron las palabras que rondaron la mente de Erika. No disimulaba su enrojecimiento, porque seguía mirando a Alejandro con aquel tono, ¿La razón? Traía puesta su pijama de Ladybug.

Alejandro analizaba la habitación de Erika detalladamente, se fijo de su poster de los BTS en la pared que daba a la cama, por alrededor de este las tres palabras “MIS SIETE ESPOSOS” estaban escritas en mayúsculas.

Después observo que la chica cabello marrón tenía varios dibujos en forma lineal, a modo de secuencia, donde se mostraba el proceso fotosintético de las plantas pero con un tono más animado.

Asombrado por eso asiente, para a continuación fijar su atención a varias notas, todas dispersas en el suelo, algunas eran ideas sobre posib–

-¡Nooooooooo!- Erika las arranco de las manos del joven, esta acción lo sorprendió un poco
-...Em...veras, estas son cosas...son de una hermana-

Tartamudeaba nerviosa mientras tenia las notas fuertemente agarradas en su pecho.

-¿No eras hija única?-

-...- La chica quería darse una cachetada. –La hermana...etto...em...de mi mama!-

-¿En otras palabras tu tía?-

Pregunto alzando una ceja pero manteniendo una sonrisa. Erika inflo las mejillas mientras pensaba esa pregunta por unos segundos.

-Esa misma!- Dijo intentando esbozar una sonrisa pero no le funciono, esa mirada de Alejandro la dejaba muy nerviosa, tanto como para no poder mantener su cuerpo de pie (cosa que después decidió sentarse en la orilla de la cama).

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