Capitulo tres

125 14 1
                                    

Me desperté con el sonido de mi teléfono.
Me sentía mareada, desorientada y confusa. Revisé mi celular tenía decenas de mensajes y llamadas perdidas de mi jefe, miré la hora eran las dos de la tarde.

Analicé mi situación, no recordaba llegar a mi habitación, pero estaba tirada en mi cama, semidesnuda y con todos los síntomas de haberme emborrachado, aunque estoy segura que solo bebí una copa, en eso notó que Jim no está.
No tuve tiempo de pensar en ello, mi teléfono sonó y era mi jefe llamando:
- Laura, es mejor que tengas un muy buen pretexto por tu ausencia, -, me dice furioso, aún confusa solo me dedico a escuchar-, te recuerdo que tenías una reunión muy importante y no llegaste.
- Michael, perdóname,- pedí, ya menos confusa, en cuanto dejo de hablar-, no sé qué me pasó, voy en camino.
-Te espero en mi oficina - respondió cortante sin darme tiempo de replicar dando por finalizada la llamada.

Intenté incorporarme pero el mareo volvió con más fuerza. Tocaron la puerta y me dirigí lentamente a abrir.

- ¡¡Prima!!- exclamó Florencia al verme en ese estado. No sé cómo llegué desde mi habitación hasta la puerta. Me miró de pies a cabeza y alarmada preguntó, mientras me guiaba hasta el sillón- ¿Qué te pasó?.
-Hola, - respondí, con voz ronca-, no lo sé, me duele todo.
- ¿Y Jim? - pregunta mirando a su alrededor, la miro a los ojos y veo surgir la sospecha en ellos-, supongo que se fue.

- No lo sé, - admito y la miro desconcertada mientras le relato lo ocurrido - , anoche me dió una copa de vino y ya no recuerdo más.

- Espero que no sea lo que estoy pensando -exclama Florencia, cada vez más alarmada, se levanta repentinamente del sillón y sube a mi habitación - ¡Laura!- exclama al entrar en ella.

- ¿Qué sucede? - respondí alarmada a su grito, me levanto y, gracias a Dios, ya no hay mareos, subí corriendo y al entrar quedé en shock - ¡No puedo creerlo!

- Este idiota se llevó todas sus cosas, muebles - dijo Florencia, su rostro fue cambiando mientras miraba a su alrededor, de la incertidumbre a la rabia -, se llevó todo, Laura.

- Espera - dije, aún sin poder creerlo, me dirijo a la pintura que ocultaba la caja fuerte y la abro -, ¡No puede ser, - exclamo estallando en llanto-, se llevó todos nuestros ahorros!.
-¡Hijo de perra! -grita mi prima mientras patea la puerta -. Esto no va a quedar así -, continúa gritando a la vez que toma su teléfono-, llamaré a la policía.
- ¡No, por favor! - le suplico quitándole el celular -. Llévame al trabajo, - le pido con angustia-, mi jefe está furioso.
- Pero...- Florencia duda, pero se calma y asiente-, de acuerdo, pero esto no se va a quedar así.

Me ayudó a vestirme y a peinarme, media hora después me dejó en el trabajo, quiso acompañarme, pero me negué, ante su insistencia accedí a que me esperara en el estacionamiento.

Subí corriendo a la oficina, tratando de estar lo más calmada posible hasta que llego a la oficina de mi jefe, golpeo con suavidad:
- Michael, hola. - saludo al entrar.
- Laura, entra por favor -su expresión era de enfado, me observo de pies a cabeza, no estoy segura de lo que vió, pero su expresión se suavizó al exigirme una explicación-. Quiero saber que pasó.
Su expresión me dió valor y decidí admitir:
-No me acuerdo- dije sentándome frente a su escritorio, cabizbaja-, solo sé que me sentí mal y me dormí profundamente.
- ¿Te estás drogando? - pregunta con aire paternal y me mira buscando respuestas.
- Nooo...jamás, - le respondí con ímpetu y añadí, sinceramente arrepentida-, perdóname, por favor.
- Laura,- me dice muy lentamente, el tono que usaba para dar malas noticias, lo había escuchado cuando se dirigía a otros pero nunca lo había usado conmigo, me sentí muy decepcionada conmigo misma, sabía exactamente lo que diría a continuación-, perdimos al cliente, estaba muy molesto.
- Déjame arreglarlo, - pedí mirándole directamente a los ojos, estaba suplicando por una oportunidad, por mantener todo lo que había levantado en los últimos años, no podía perderlo todo en unos minutos-, por favor.
- Está decidido, - me comunica con seriedad-. Lamento decirlo, Laura, pero...estás despedida.
- ¿Cómo? - respondí automáticamente con incredulidad, oculto la cabeza entre mis manos, solo quería llorar, sin embargo levanté mi cabeza y rebatí -. Michael, siempre he dado lo mejor de mí, porque ahora me haces esto, el viernes me recibí un premio importante, un premio a mi esfuerzo y a todos los logros que le he dado a la agencia.
- Lo siento, - se disculpa, sinceramente conmovido-, conoces las reglas, - su rostro era de compasión, mientras me explica -, gerencia no aceptó la perdida de este cliente, pasa por recursos humanos a recoger tu cheque.
- Esto es injusto - dije finalmente, reprimiemdo las lágrimas -, he dado todo por ustedes y así me pagan, jamás falté ni menos me atrasé, nunca les fallé.

- Laura,- pidió hablando con honestidad-, creéme cuando te digo que para mí es lo más difícil que me ha tocado hacer, pero - se detiene un momento y abriendo un cajón me entrega una tarjeta-, ten este dato, él es un amigo al que siempre lo he ayudado, lo llamaré y te recomendaré, tiene una agencia en Nueva York.

- Ok - digo resignada recibiéndola, me guardo la tarjeta y me levanto -. Adiós.

Me dirigí a buscar mi cheque, al terminar esos trámites, bajé por mis cosas a mi oficina, " ex-oficina" me recordé y reprimí las lágrimas una vez más, en ese momento se me cruza Jim de la mano con Ashley, al parecer era oficial.
-¡Hey! - le tocó el hombro -, Jim.
-Laura - exclama al verme, su rostro cambia de la felicidad a la sorpresa -, llegaste.
- ¡¡Qué carajos me hiciste!! -le grito a la vez que le pegó una cachetada - ¡Dónde está mi dinero!- le gritó sin poder contenerme-.
- ¿De qué hablas? -exclama fingiendo sorpresa mientras se toma la cara y añade alzando la voz -, no sé de qué hablas, estás loca.
- ¿De qué hablo? - le gritó de vuelta, mi irá iba subiendo y amenazaba con salirse de control -, de los ahorros que teníamos guardados, de lo que le pusiste al vino anoche.
- Laura,- dice intentando calmarme y negando mi versión-. Estás loca, anoche tomaste de más y tú misma me pasaste el dinero.
- ¡¡¡Mentiroso!!! - grito ya sin deseos de contenerme, trato de golpearlo pero me detiene una compañera - . ¡¡¡¡Me has engañado hace 3 años con esa zorra!!!!.
- No sé de qué hablas - se ríe irónicamente -, estás enferma, devuelvete a tu país.
- Me las vas a pagar, imbécil.

Desde el baño llamé a Florencia para informarle lo ocurrido, mientras Amber me acompañaba.
-Tranquila, toma agua - Me dice con suavidad mientras trata de calmarme -. ¿Me quieres contar?.
- Tiene una relación hace 3 años, -le cuento con rabia -, me robó todos mis ahorros y me despidieron.
- ¡ Imbécil! - coincide y me acaricia la cabeza -, tranquila, es mejor que empieces de cero lejos de él, aparte...- se detiene y me mira con precaución-, al parecer le dieron tu cargo.
-¡¡¿Qué¿!! - la miro con incredulidad-, cuando pasó eso.
- Hace media hora - su expresión es de tristeza -, no sabíamos que había pasado.
- Es un maldito - me mojo la cara y respiro profundo, Florencia me envía mensaje, si no bajo en cinco minutos ella sube a arreglar el asunto. Sonrío a mi pesar, pase lo que pase, sé que puedo contar con ella. Le sonrió a Amber y le doy la razón -. Me iré, no quiero estar acá, gracias Amber, por todo.
- Te extrañaré - me abraza y su abrazo me calma- ,por favor, no dejes de hablarme, no quiero perder contacto contigo.
- No pasará - la miro y me doy cuenta de que tampoco quiero perder contacto con ella -, nos estaremos viendo.

Así salí de la agencia, Florencia me llevó a mi casa, ordenamos y me preparó algo de comida.
- Tienes que comer -dice con seguridad y me pasa el plato -, ahora pensaremos con la mente fría.
- Michael me pasó el contacto de un amigo de él en Nueva York.
- Genial - Dice con voz animada, el enojo de la mañana parece haberse esfumado, me quita la tarjeta y marca, añadiendo con alegría-. Ahora mismo le hablarás, tienes que salir de acá
- Pero...no, - tartamudeo y le quitó el celular, pero ya era tarde, me responden al otro lado - Hola,- saluda una voz amable y repite al no obtener respuesta-. Hola, ¿Con quién hablo?
- Hola, - saludo de vuelta, respirando profundamente para calmarme-. Soy Laura, Michael Quill me pasó su número.
- Michael - cambia su voz -, mi buen amigo, cuéntame.
- Me comentó que usted buscaba alguien para su agencia.
- Si,- admite con alegría y añade-, justamente ahora revise su correo, me dijo que te mudarías a Nueva York, bueno cuando llegues pasa a verme y conversamos.
- Muchas gracias, creo que estaré allí en dos días - le sonrío a mi prima, que me sonríe de vuelta-, nos vemos. Genial me va a recibir
- Viste, - me dice mientras se levanta llevando los platos al fregadero, siempre rápida ya está haciendo los planes para mí viaje-, haremos tus maletas y te vas, tienes el regalo y si necesitas alojamiento llamaré a una amiga que me recibe allá.
-Gracias, prima - le digo mientras la abrazo-, siempre me ayudas, siempre estás ahí para mí. Gracias.
- Eres como mi hermana - me dice a la vez que me seca las lágrimas y añade con voz graciosa, para evitar llorar-, y ese idiota me las va a pagar.

Así fue como en menos de una semana perdí todo lo que había construido en años.
Dos días después estaba instalada en el hotel y camino a la entrevista que me llevaría a encontrar al hombre de mi vida.

Nuestra aventuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora