Capitulo cuatro

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Y llegué a Nueva York.

Lo visité cuando era pequeña, vine con la familia de Florencia, fue un regalo de cumpleaños por mis 15 años, pero definitivamente estaba muy cambiado, al igual que yo, era una gran metrópolis. Me dirigí al hotel a dejar mis cosas y luego fuí de inmediato a la oficina del amigo de Michael, llegué puntual a la cita para hablar con él.

-Hola, tú debes ser Laura - me saludó, mientras se levantaba de su escritorio, vestía un traje color azul marino con camisa y corbata a tono que le daba un aire intimidante, sin embardo su apretón de manos me transmitió calidez y seguridad -, un gusto, soy Howard Johnson.

- El gusto es mío - le respondí, más tranquila, había investigado a mi potencial nuevo jefe, tenía fama de exigente y algo malhumorado, sin embargo el hombre que tenía en frente me infundía seguridad, algo que echaba en falta dado mi experiencia anterior -. Michael me habló mucho de usted, me dijo que eran muy amigos.
- Sí - admitió acomodándose en su silla -, él ha sido un gran amigo y apoyo, por eso confío en lo que me sugiere y por sus recomendaciones tengo el puesto perfecto para tí - luego de decir esto me miro directamente a los ojos, sentí que en ese momento empezaba la verdadera entrevista -. Me comentó que eres publicista.
- Sí, me titulé en Chile - Admití después de respirar profundamente, era consiente de todo lo que dijera en ese momento sería la diferencia entre conseguir el trabajo o no -, pero llevo ejerciendo por siete años acá en Estados Unidos.
- Entiendo - me mira con un poco de desconfianza y me explica con seriedad -, mira Laura lo que necesito es a alguien que se encargue de los eventos que realizamos como agencia y a la vez sea capaz de llevar un par de agendas, de unos clientes muy importantes; los eventos son muchos pero el tema de las agendas también porque son clientes más bien conocidos.

- Ok, no tengo problemas - lo miro cada vez más ansiosa, a cada instante deseaba más el trabajo - ¿A qué clientes se refiere?

- Clientes como Julia Roberts, Johnny Deep, Anthony Hopkins y otros más - responde Howard atento a mi reacción.

- Bien - lo miro con sorpresa y después de reponerme añado -, me adapto rápido.
- Excelente, - exclama con una sonrisa, sea lo que sea que buscaba en mí lo encontró, siempre sonriendo me pregunta - ¿Puedes empezar hoy?, tengo un evento y la encargada está enferma.
- Por supuesto - acepto triunfante.

Empecé ese mismo día, luego de llenar papeles y prepararme un café le avisé a Florencia y a mi madre sobre mi trabajo nuevo, no lo podían creer.
- Pero mira que trabajo - exclama Florencia, feliz por la noticia al otro lado del celular y añade con seguridad -, todo pasa por algo, prima.
- Lo sé - sonrío y suspiro, aun tengo la sensación amarga por la traición recibida, y aunque eso me daba algo de inseguridad estaba decidida a superarlo y avanzar, aún así admití -, sigo estando dolida.

- Es comprensible - coincide mi prima, su voz es de compasión-, no es para menos, pero te juro que me la va a pagar ese idiota.

Aun no me sentía lista para tratar ese tema, por lo que decidí finalizar la llamada: -Hablamos después, tengo que irme.

Partí al evento, el cuál fue un caos, la verdad era mucha información para procesar pero logré sacarlo adelante y finalizarlo con una excelente calificación, Howard estaba satisfecho con mi trabajo, me juré a mi misma que no se arrepentiría de contratarme y darme esta oportunidad que pronto me cambiaría la vida.

Así pasaron los meses y los eventos eran cada vez más grandes, al mismo tiempo me tocaba coordinar la agenda de Julia Roberts, que era una dama, logré un nivel de confianza con ella que jamás espere.

En Enero del 2017 me tocó asistir a uno de los mas grandes eventos de mi carrera, los Golden Globes, estaba nerviosa porque era un evento grande y televisado y había que ir elegante, algo que no era mi fuerte, me tocó usar los peores zapatos de la vida, ya a la mitad del evento estaba agotada pero todo era perfecto, hasta que me tocó caminar por la parte final de la alfombra roja, donde pasé la vergüenza de mi vida, me llama uno de los camarógrafos y me pide.
- Laura, necesito que vengas ya - su voz era tensa, definitivamente algo andaba mal y enfatizó -, es urgente.
- Voy en camino - me apuro a pesar de mis zapatos - ¿Qué ocurre?
- Hay que hacer que los invitados no pasen por acá -me indica algo molesto mostrando los cables y a modo de explicación añade -, los están dañando.
- Ok, me quedo acá un rato - me doy vuelta y en eso choco con alguien, lo que me hace caer al suelo de rodillas, inmediatamente sentí mi cara enrojecer de la vergüenza - ¡¡Oh no!! - exclamé, según yo, en voz baja.

- Perdóname, fue mi culpa - respondió una voz cortés y algo preocupada, extiende la mano para levantarme - ,no te ví.
- No te preocupes -digo mientras acepto la mano que me tendía y al levantar el rostro me encontré con los ojos más hermosos que nunca ví en mi vida, a modo de disculpa añado -, soy torpe y mis tacones no ayudan.

- ¿Estás bien? - dice mientras me examina para ver si es cierto o si tengo alguna herida y pregunta preocupado - ¿Te golpeaste muy fuerte?
- No...no me pasó nada -respondo titubeante, realmente me perdí en sus ojos, a pesar de lo incómodo de la situación y sin olvidar mi papel me presento -. Hola, soy Laura, la coordinadora.
- Hola Laura, soy Tom Hiddleston - me abraza con cariño - y perdona nuevamente.

Él se fue hacia el teatro, me quedé contemplando su manera de caminar tan ágil y segura, eso junto a su porte y elegancia que lo distinguían de los demás y a sus ojos que eran los más hermosos que había visto lograron desconcentrarme, aún así la noche fue perfecta.

Pasaron los meses y seguía destacando en mi trabajo, llevaba bien el ritmo y estaba completamente cómoda, comencé a hacer planes para quedarme definitivamente en Nueva York, a pesar de mis planes, aún no superaba por completo la
traición de Jim quien, por lo que me enteré por Amber, logró tener mi puesto y formalizar su relación con Ashley, una noticia que por más que tratará de ignorar me importaba y mucho.

En el 2019, gracias a mi desempeño en el trabajo logré viajar a visitar a mis padres muchas veces además de conseguir un departamento ubicado en las mejores calles de Nueva York y destacarme.

Un día me llama Howard a su despacho, parecía preocupado lo que me alarmó.

- Laura, mi favorita - me abraza de una forma muy paternal -, te llamé porque, nuevamente te necesito pero esta vez de manera un poco más definitiva.
- Cuéntame, - aún sin poder acostumbrarme a mi título de favorita y pregunté con algo de sarcasmo - ¿Qué famoso me necesita? Porque esos son tus asuntos urgentes - exclamé con picardía -, ya te conozco.
- Mi muchacha - me mira con una mezcla de orgullo y ternura y me explica -. Debe estar por llegar, es actor y ha tenido ya tres representantes en los últimos seis meses, el último renunció está semana y necesita a alguien con tu experiencia.
- Si renunciaron - lo miro con duda, espero que no sea Robert de Niro, porque ahí si que me devuelvo a Chile-, es porque algo debe tener.
- No, - exclamó alarmado creyendo que me había asustado con la descripción del cliente -,aunque no lo creas él es una persona honesta y sencilla - a mitad de su explicación suena el teléfono -, cuéntame - le dice a su secretaria - dile que pase.

- ¡¿Está aquí?! - exclamé con nerviosismo y le digo en tono acusador -, no me avisaste.

- Estás perfecta -me dice y noto en él cierto nerviosismo en eso abren la puerta y saluda -. Hola Tom, pasa, bienvenido.

- Hola Howard - saluda y lo abraza con ternura, al escuchar su voz lo reconocí de inmediato, me volteo hacia la puerta y al verlo ocurrió lo mismo de la primera vez -. ¿Cómo estás?
- No mejor que tú -responde mi jefe y me presenta-. Te presento a Laura, mi mejor publicista de la agencia.
- Hola, soy Laura - noto que su mirada está un poco más apagada y triste que la primera vez, aún así me pierdo en ella -, un gusto.
- Soy Tom Hiddleston - me da la mano y tuve una sensación especial, una especie de pequeña conexión -, el gusto es mío.

Howard interrumpe esa conexión al proclamar :
-Ella se encargará de tu agenda por completo - afirma con confianza -, te aseguro que no te vas a arrepentir.

- Eso espero - responde Tom hablando con frialdad y soltando mi mano-, sabes que me cuesta confiar, después de...
- Tranquilo - lo interrumpe - te estoy confiando mi mejor carta.

Por lo general siempre me presento pero él me hizo sentir extraña, además su actitud y su frialdad me impresionaron, no era hombre con el que me crucé años atrás. Él estaría seis meses en Nueva York por una obra que estaba presentando en Broadway, así que pasé a ser su publicista, no estaba muy contenta con la asignación pero decidí seguir adelante con profesionalismo, lo que no sabía era que se convertirá en el hombre de mi vida.

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