Capitulo veinticuatro

81 9 0
                                    

Y llegó junio.
Quedaban pocos días para el estreno y nuestro trabajo de dividía entre grabaciones en las afueras de Londres y las entrevistas que comenzarían pronto, eran días caóticos sumándole que nuestra comunicación se limitó a ser por Whatsapp, teníamos prácticamente cero contacto.

Estos últimos días Jim había adoptado la molesta costumbre de aparecer en mi trabajo en cualquier momento, con la excusa de verme, darme obsequios o acompañarme a casa. En mi fuero interno sabía que solo iba a pavonearse por nuestra boda y para lastimar a Tom, lamentablemente esa era su real intención, y no tenía valor para detenerlo.

Me tocó hablar con las chicas y contarle sobre el matrimonio y a la vez pedirle a Amber que tomara mi puesto, sería la persona idónea para quedarse junto a Tom.

-Hola chicas, ¿Cómo están? -les hablo mientras trato de acomodarme sin que me vean tan mal, no es la mejor forma de dar la noticia de mi matrimonio.
-Primita, qué rico verte -me habla Florencia, desde el balcón de su habitación, desde donde tenía una vista preciosa, el día allá estaba muy soleado y se veía agradable-, ¿tienes novedades?
-Sí, necesito contarles algo -le digo mientras esperamos que conecte Amber, nos había avisado que estaría en una reunión, cuando finalmente se conecta digo -, listo están las dos, chicas por favor necesito su apoyo no sus críticas.
-Hola Laura, ¿Qué pasó? -dice Amber, inmediatamente alarmada, mientras acomoda sus audífonos, ahora estaba en su casa al parecer lista para dormir -, nos asustas.
-Jim me pidió matrimonio y acepté -les cuento, mientras veo su reacción, que tal como esperaba no fue la mejor de todas, realmente no lo quieren -, es lo mejor por ahora.
-Laura, siempre te he apoyado en todo, pero ahora sí que no -dice Florencia, hablando con lentitud y mucha seriedad, noté de inmediato que ahora de ninguna manera estaba de mi lado -, en esta pasada no te apoyo, lo siento.
-Tiene razón Florencia -concuerda Amber, también con expresión triste, ella lo conoce mejor y sabe cómo es y agrega de manera tajante -, las personas como él no cambian.
-Dejenme terminar, - les pido, casi suplicando, sus expresiones me desalentaron y rápidamente añado-, lo hago porque él ha cambiado mucho,-me detengo, esas palabras ni yo las creía pero necesitaba convencerme y convencerlas, necesitaba su apoyo -, y lo otro, Amber me gustaría que tú me reemplaces como publicista de Tom.
-¡¿Cómo?! No que te quedarías hasta el fin de la serie, -pregunta algo confundida, tanto por la petición como por el brusco cambio de tema, sin olvidar que les había contado de nuestra "reconciliación".
-No,- digo resuelta a no dejarme convencer-, cuando supo del matrimonio lo tomo muy mal y me pidió terminar todo en la fecha que acordamos.
-Lo haré Laura,- acepta Amber, después de pensarlo unos momentos, durante los cuales me miró fijamente, suspiro y añadió-, pero solo lo hago por tí, no estoy de acuerdo con la boda ni con esta decisión.
-Yo tampoco, Laura, está vez realmente no te apoyo -habla con una voz muy seria, jamás la había visto así de desilusionada de mí-, y lo siento mucho, pero es porque te amo que no te apoyo esta vez.
-Hablaré con Howard para irme lo antes posible a Londres,- interrumpe Amber y me mira fijamente, con la esperanza de hacerme cambiar de opinión -, estás cometiendo un grave error al dejarlo.

El domingo seis de abril revisamos los últimos detalles, tendría entrevista al día siguiente con Good Morning América en la mañana y con Jimmy Kimmel en la noche donde lo acompañaría en la sesión de fotos, eran las seis de la tarde cuando llega Jim a la agencia, llevaba sushi esta vez, a buscarme.
-Hola, preciosa -me saluda besando mi frente y acariciando mi cara, venía con ropa deportiva -, te traje algo de comer o si quieres comemos en casa.
-Jim, hola -le recibo el saludo un poco incómoda ya que estaba Tom hablando por celular pero observándolo todo, teníamos mucho que hacer aún -, me queda aún, te dije que sería una semana pesada.
-Pero , amor- protesta, con un mohín de enfado-, tienes que comer, estás muy delgada y tienes que estar bella para nuestro matrimonio, -lo decía en voz un poco más alta con el propósito de que Tom escuchara, lo que me hacía sentir más incómoda -, ¿Te dejo el sushi?.
-Bueno, te aviso cuando me vaya -le digo mientras trato de que se vaya a casa, me sentía realmente mal -, así me esperas.
-Ok, pero es tarde Laura,-me dice algo molesto mirando a Tom, al parecer habían vuelto los celos, me toma de la mano tratando de convencerme, en eso Tom se alerta y se acerca un poco -, estás todo el día acá.
-Sabes que está semana será intensa,-le digo ya irritada también, él sabía de todo esto y aún así empieza con sus celos, justo ahora -, más tarde llego a casa.
-Laura ¿algún problema? -me dice Tom mientras se acerca miran con gravedad a Jim en señal de advertencia -, sí quieres puedes irte.
-No, aún me faltan unas cosas -le informo a Tom, mirando a Jim para hacerle entender-, él entenderá,- y a modo de despedida agrego-, nos vemos en casa y hablamos.
-Puedes seguir en casa, es tarde y te vas conmigo ahora,- dice Jim, claramente molesto, me toma fuertemente del antebrazo y apretándome me empieza a llevar a la fuerza hacia la salida -, nos vamos
-¡Hey!, ¡Suéltala! -le habla Tom, fuerte y enfurecido con él mientras trata de soltarme.
-Déjame, Jim, -le pido logrando soltarme y caigo de rodillas, en ese momento solo quería desaparecer , me levanto y tomo mis cosas -, Tom, perdona termino en casa te hablo mañana y nos vemos en la sesión de fotos.
-Ok, - acepta, mientras guardo mis cosas se acerca y me pasa unos papeles, casi susurrando me dice -, esto no va a quedar así, solo por tí no le parto la cara.

Caminamos a casa en silencio, hasta el hambre perdí con el escándalo que mi prometido causó, sentía vergüenza y pena por lo que pasó así que llegué a casa y tomé un baño, al salir estaba Jim esperándome.
-Qué quieres -pregunto bruscamente, aún muy enojada, realmente creí que los tiempos de los celos habían pasado -, ya estoy acá no quiero hablar.
-Es tu culpa, debiste venir antes, -me dice con expresión fría.
-¡Estoy trabajando y lo sabes! -exclamo furiosa, sinceramente ya no sé cómo hacerlo entender.
-Ya, amor, perdona,- me pide, restándole importancia al asunto e intentando acercarse, me dice-, juro qué nunca más, vamos a comer ahora.
-Come solo, se me quito el apetito, ahora sal de acá quiero dormir.

Salió y me quedé pensando en eso me llama por WhatsApp Florencia, aunque estaba en desacuerdo con mi decisión seguía al pendiente de mí.
-Hola, prima, ¿Estás bien? - de inmediato se da cuenta de que había llorado, lo cuál la alerta y sin rodeos me ordena -, dime qué pasa.
-Jim me armó un escándalo frente a Tom -lo suelto sin más, estaba ahogada de guardar estás cosas -, justo ahora.
-Laura, ese imbécil no te ama -me habla con calma a pesar de tener ganas de viajar y darle su merecido a Jim, atrapa mi mirada y me pide con fervor -. No te cases, por favor, el amor no se supone que tenga que ser así, los celos no son formas de amor. El amor suma, no resta.
-Lo sé, pero lo amo -le digo tratando de convencerla y de hacerlo yo también.
-¿Lo amas?, -me dice, haciéndome la pregunta decisiva, la que estaba evitando, mientras la hace me mira fijamente buscando la respuesta correcta -, mira a tus padres, llevan más de 30 años juntos y son un ejemplo de amor, paciencia y tolerancia, eso es el amor, prima, no eso que tienes con Jim, que es tóxico, tu semblante no es el mismo cuando estás con él a cuando estás con Tom, él hace que tus ojos brillen como jamás los ví.
-Pero Tom es mi jefe,- le digo con tristeza recordando su rostro cuando me vine, estaba triste y preocupado.
-No ha sido impedimento para que tengan encuentros, -contraataca con algo de picardía en su voz lo que logra sacarme una sonrisa -, piénsalo prima, mereces ser feliz con alguién que si te hace feliz y no con un imbécil que solo te apaga, te dejo que tengo que ir a cenar, te amo.

Al cortar reviso mis mensajes y en eso llega uno de Tom "Espero no se vuelva a repetir algo así, abre los ojos no seas ingenua, él no te merece solo es un idiota buscando sentirse macho" , me molestó su comentario a lo que le respondo "no es tu problema, deja de opinar dónde no debes" luego de eso apagué el celular furiosa, no tenía porque meterse si ya no le importaba lo que me pasaba.

Me quedé pensando lo que conversé con Florencia, sus argumentos me hicieron dudar, en mi mente comencé a comparar a Jim y a Tom, pasé la mitad de la noche reflexionando y recién a las seis de la mañana me dormí profundamente olvidando por completo la sesión de fotos que sería en la tarde.

Nuestra aventuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora