La primera vez que Sehun vio a Baekhyun quedó grabada a fuego en su mente. Era su cumpleaños y estaba lloviendo, el clima era horrible, la lluvia y el intenso calor hacían que el ambiente se sintiera bochornoso, e incluso caminar tres pasos hacía que sudara por todos lados. Bucheon se había convertido en una enorme vaporera en la que todos se cocían vivos.
Sehun salió cabizbajo y molesto de la dirección del colegio, con un paño lleno de sangre debajo de su nariz. Era el peor cumpleaños que había tenido, se había peleado con uno de sus compañeros al defender a otro estudiante que estaba siendo molestado, recibió un puñetazo y varios insultos sobre su peso y mejillas regordetas. Ambos fueron llevados a la dirección, y afortunadamente el problema lo pudieron resolver sin tener que llamar a sus padres, lo que él menos deseaba en la vida era que alguno de sus extravagantes progenitores apareciera en la escuela y lo dejara en evidencia como el niño rico que era.
Desde que despertó, ese día estuvo destinado a ser horrible, no había escuchado su alarma y se había levantado tarde. Cuando se dio cuenta de la hora, se levantó tan rápido que se enredó con las sábanas y se cayó, se hizo un moratón en la rodilla y en su antebrazo. Después, cuando se puso el uniforme se dio cuenta de que su pantalón tenía un enorme hoyo en la parte trasera, y al buscar un repuesto solo encontró los pantalones sucios y apestosos de días pasados, y unos que le quedaban muy chicos. Al probárselos se sintió como una salchicha de tan apretado que estaba, su paquete y trasero se marcaban extremadamente y le quedaban unos ocho centímetros arriba de los tobillos, así que la única solución que tuvo fue bañar en perfume los pantalones sucios y rezar por llegar a tiempo, cosa que no pasó y por lo que le pusieron un reporte.
Pero la cosa que más lo había decepcionado era que nadie se había acordado que era su cumpleaños. Sus padres, como de costumbre, estaban demasiado ocupados y ni siquiera pudo verlos en la mañana. Ambos siendo dirigentes de sus exitosos negocios, no tenían tanto tiempo libre, aun así, siempre se habían acordado, e incluso cuando alguno de los dos estuvo en el extranjero, había recibido llamadas de felicitación y algunos presentes, pero no ese año. Sus hermanos mayores tampoco le habían dicho nada, incluso cuando desayunó con dos de ellos. Ni siquiera el chofer que lo dejaba a unas cuadras de la escuela, y que trabajaba para ellos desde que Sehun tenía memoria, lo había felicitado. Sus amigos no habían sido la excepción, Chanyeol, Nayeon y Dahyun ni siquiera le habían dicho feliz cumpleaños.
Mientras se dirigía a la escalera para regresar a su salón de clases, cabizbajo, limpiándose la sangre seca que le quedaba en el rostro, y arrastrando los pies, la puerta de entrada del edificio se abrió. Entró una gran cantidad de luz que lo dejó un poco ciego y lo hizo parpadear unas cuantas veces, cuando pudo enforcar la vista de nuevo, lo vio.
Un ángel.
Sehun vio un ángel por primera vez en su vida y se quedó completamente inmóvil. La cabellera negra del ángel estaba goteando, todo él estaba goteando. El tiempo se detuvo, así como todo pensamiento coherente en la cabeza de Sehun, lo único que él pudo hacer fue admirar al ser más etéreo y puro que había visto en su vida. Estaba seguro de que vio sus alas, las que se escondieron rápidamente cuando la puerta se cerró con un fuerte golpe, en ese momento la luz volvió a ser normal, y el ángel empezó a maldecir.
— Me lleva la chingada — el ángel se quitó la chaqueta del uniforme y la sacudió varias veces, sin importarle que estaban en el interior y que mojaría todas las escaleras —. Malditos idiotas con sus carros de lujo. Te voy a dar una lección hijo de la verga — refunfuñó mientras apretaba los dientes y hablaba para sí mismo —. Recuerdo tu maldito número de placa, estúpido. Te voy a denunciar, pendejo — pateó fuertemente la puerta de entrada y después subió por las escaleras dando pisotones.
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I WANNA KNOW [SEBAEK/ BAEKHUN] (TERMINADA)
FanfictionBaekhyun es extremadamente inteligente y tiene claras sus metas desde muy temprano en la vida: fundar su propia compañía, ganar millones, y sacar a su familia de la pobreza. Pero con 26 años, una empresa en crecimiento y habiendo ganado su primer mi...