CAPÍTULO DOS.

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Joshua Hong, o como muchos lo llamaban, "Shua".
Se trataba de un joven extranjero carismático, que a su corta edad, y debido a su dedicación en sus trabajos, había logrado ascender hasta conseguir un puesto importante en una compañía de renombre.

Desde muy pequeño se interesó en los negocios debido a que sus padres manejaban algunas empresas en América. Joshua supo desde siempre lo que quería en su vida, así que, tras encontrar una jugosa oferta de trabajo del otro lado del mundo, viajó desde los Estados Unidos hasta Corea del Sur, dejando atrás familia y amigos valiosos pero con la esperanza de que su nuevo trabajo le diera la oportunidad de viajar seguido para visitarlos.

Para su sorpresa y emoción, así fue. Gracias a su esfuerzo, buen desempeño y carisma para tratar y agradar a las personas, fue ascendiendo poco a poco hasta alcanzar un puesto importante dentro de la compañía.

Joshua jamás perdió su humildad; de hecho, poco le gustaba presumir lo que era y siempre era amable con cualquier persona que se le cruzara en el camino. De esa manera, conoció a muy buenos amigos dentro de la empresa y las personas lo consideraban para cualquier situación sabiendo que Joshua hacía las cosas con gusto.

No obstante, había algo que todos se preguntaban, y era el por qué, a pesar de todo lo que Joshua era y tenía, éste no tenía pareja. Sabían que el chico había salido con algunas personas a lo largo de los años, pero al final nada de eso fue algo con mucha formalidad, así que muchos pensaban que quizá, el único defecto que Joshua podía tener era justamente eso, que no gustaba de la formalidad ni las relaciones duraderas.

Como sea, eso no parecía agobiar a Joshua, pues él parecía feliz disfrutando de todo ese tiempo y espacio para sí mismo, o eso era lo que aparentaba.

A decir verdad, no era que Joshua odiase las relaciones duraderas y la formalidad, de hecho eran cosas que apreciaba y anhelaba tener en algún momento de su vida. Más bien, la verdadera razón por la cual se encontraba soltero, era que Joshua era bastante exigente consigo mismo al momento de tener una pareja. Obviamente no eran cosas que él confesara abiertamente al no querer hacer sentir mal a nadie, así que siempre se guardaba sus exigentes estándares para sí mismo, cosa que le había dado como resultado una duradera soltería.

No obstante, Joshua sentía una fuerte atracción por un compañero de trabajo. Alguien que con sólo dedicarle una mirada, era capaz de robarle el aliento. No era cualquier persona, pues se trataba de Choi Seungcheol, ni más ni menos que el presidente de la compañía, quien de igual manera, a su corta edad, había conseguido el puesto a base de esfuerzo y trabajo duro.

Todos conocían a Seungcheol como un chico ambicioso en el buen sentido, siempre trataba de hacer todo a la perfección y la mayoría de las veces, por no decir siempre, lograba su objetivo. También era amable, carismático y, por supuesto, atractivo como nadie.

Todas esas cualidades juntas eran casi irreales, pero Seungcheol parecía efectuarlas a la perfección; cosa que, eventualmente, terminó por cumplir con los estándares de Joshua.

Ambos eran buenos amigos desde que Joshua había llegado del extranjero. Seungcheol se mostró amable con él desde el principio y siempre fue un apoyo cuando las cosas se veían complicadas. Con el tiempo, aquella confianza fue creciendo, ellos solían salir los viernes por la noche en compañía de otros compañeros de trabajo; gustaban de ir a un restaurante-bar cercano a la oficina a tener una deliciosa cena acompañada de unos cuantos tragos, aunque, de alguna manera, Joshua y Seungcheol formaron un vínculo más fuerte que eso.

Su relación avanzó a otro nivel cuando Seungcheol fue ascendido, pues ahora que tenía más responsabilidades, necesitaba apoyo más que nunca y Joshua apareció ahí como una especie de ángel, brindando a Seungcheol toda la ayuda que necesitaba e incluso más. Así que, actualmente, podría decirse que eran mejores amigos, aunque ellos pensaban que aquella palabra les quedaba corta.

Joshua siempre pensó que, dada la confianza que existía entre ellos, quizá podría confesar sus sentimientos por él en algún momento cuando el estrés de Seungcheol disminuyera. Joshua incluso había pensado confesarse en algún viaje juntos. No obstante, aquellos planes se vieron arruinados cuando Joshua descubrió que de hecho Seungcheol, el hombre perfecto, tenía pareja.

Joshua se había enterado por su propia cuenta, pues un día, accidentalmente, se había encontrado con una fotografía de ambos en el computador de Seungcheol mientras ayudaba a su amigo a buscar un documento importante. Quizá, para cualquier persona, aquello lo hubiese entristecido, pero no a Joshua Hong, quien lejos de sentirse decepcionado, había quedado embelesado con la belleza del chico en cuestión.

Las cosas quedaron hasta ahí al menos de momento, pues Joshua no deseaba intervenir de manera negativa en esa relación, así que simplemente esperó, deseando que algo se le ocurriese para solucionar el problema.

Para su suerte, poco después, mientras visitaba una famosa cafetería cerca de su hogar, se dio cuenta de algo que le hizo emocionarse hasta el punto de quedarse sin palabras. Parado ahí, tras la barra, se encontró con aquel hermoso hombre, la pareja de Seungcheol quien, más que un empleado, se trataba del dueño de aquel exitoso negocio.

Por supuesto que ese sorpresivo encuentro cambió todos los planes de Joshua, y es que no sólo trataría de conocer a ese carismático joven, sino que también trataría de llegar más lejos.

Su nombre lo supo enseguida: Jeonghan. Fue fácil saberlo dado que el chico llevaba consigo una tarjeta de presentación todo el tiempo, cosa que hizo más fácil entablar una conversación.

Jisoo quedó fascinado enseguida con Jeonghan, pues no sólo era un hombre con metas y ambiciones claras, sino que también era muy dulce y detallista. Él por su parte se encargó de encantar al chico de igual manera con sus sinceras cualidades, así que, eventualmente, luego de un tiempo las cosas parecieron funcionar; pronto Jeonghan tomó la suficiente confianza como para hablar a diario con Jisoo de aspectos de su vida y trabajo, y éste, por supuesto, era feliz de escuchar cada palabra proveniente de esa dulce voz.

Con el tiempo, el sentimiento de Joshua hacia Jeonghan fue creciendo hasta convertirse en enamoramiento puro, no podía controlar ese cosquilleo en su interior cada vez que lo veía y era todo un deleite escuchar su voz. Ese no era el problema, en realidad, lo era el hecho de que, pese a sentir algo muy fuerte por Jeonghan, al mismo tiempo ese sentimiento hacia Seungcheol también creía cada día.

Joshua supo que no valía la pena tratar de ocultar lo que sentía por ambos chicos, así que, en lugar de agobiarse pensando en dos amores imposibles, decidió llevar las cosas por otro lado. No sólo trataría de acercarse aún más a Jeonghan y Seungcheol, sino que, además, trataría de buscar esa formalidad que tanto buscaba no sólo con una persona, sino con dos. Y por supuesto, haría que ambos estuviesen enterados y felices con ello.

No iba a conformarse con menos que eso.


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