CAPÍTULO DIECISÉIS.

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—¿Y qué tal te fue con el pedido del fin de semana?—Joshua preguntó a Jeonghan mientras bebían el café que Seungcheol había llevado más temprano.

Luego de aquel apasionado beso, Jeonghan logró tranquilizarse un poco con respecto a aquella decisión apresurada, pero aún así, Joshua sabía que no quitaría el dedo del renglón, así que decidió cambiar un poco de tema, pues aunque deseaba concluir sus planes lo más pronto posible, también deseaba darle un poco de tranquilidad al agobiado chico.

—La clienta quedó muy satisfecha—Jeonghan dijo con una amplia sonrisa.—En serio no podría haberlo hecho sin tu ayuda, Shua. Voy a compensarlo preparándote algo rico para cenar.

—No necesitas compensarlo, pero yo acepto con gusto y más si es algo hecho por ti.

Jeonghan sonrió—en ese caso voy a comprar algunos ingredientes, espera aquí y ponte cómodo. Vuelvo enseguida.—Anunció antes de levantarse dispuesto a irse, no obstante, Joshua lo detuvo.

—¿Te vas así nada más?—Cuestionó rodeando sus caderas y eso bastó para provocar un furioso cosquilleo en las entrañas del contrario.

No dijo nada, simplemente rodeó el cuello de Joshua y dejó que éste se acercara a él para unir sus labios con los suyos en un dulce y largo beso que provocaba esas cosquillas en ambos. A Jeonghan le preocupaba que aquello le gustara tanto y también el hecho de que, por ello, estuviese pensando el considerar esa loca propuesta.

Se separaron segundos después, y luego de un par de besos más, Jeonghan abandonó el lugar.

Seungcheol por su parte llegó a casa y no pudo evitar liberar un suspiro al darse cuenta de que, una noche más, estaba solo en esa casa.

Caminó a la habitación solo para confirmarlo y no pudo evitar sentir un nudo en la garganta. No podía siquiera asimilar en qué momento había pasado de tener una relación hermosa y estable a un espacio vacío en su cama, en el comedor, en su vida.

Lo peor de todo era que, pese a estar completamente seguro de sus sentimientos por Jeonghan, no se atrevía a llamarlo. No sabía si simplemente era cobardía a enfrentar la realidad o era sólo miedo.

Pensó en Joshua. Ese chico que en poco tiempo había logrado convertirse en alguien importante en su vida hasta el punto de pensar en él de otra forma, en un sentido que iba más allá de una simple amistad o una relación como de hermanos. Seungcheol sabía que Joshua era más que eso y le molestaba pensar que, debido a ese sentimiento, todo se estaba viniendo abajo en su vida.

No podía dejar a Jeonghan por él porque lo amaba con locura, y tampoco podía sacar a Joshua de su vida porque sentía lo mismo por él. En los últimos días se había preguntado si era posible amar a alguien en tan poco tiempo como justo en ese momento ocurría con Joshua, pero llegó a la conclusión de que ese sentimiento no había aparecido de la noche a la mañana. Sabía que sus sentimientos por Joshua habían estado ahí desde siempre, ocultos en lo más profundo de su corazón sin querer salir a flote por miedo a dañar su relación como en ese preciso momento.

"¿Es tan malo amar a dos personas al mismo tiempo?" Se preguntó a sí mismo, asintiendo casi enseguida y sintiéndose molesto una vez más. Su corazón era tan injusto al ponerlo en esa situación tan complicada.

Aún molesto, tomó una copa de vino y luego otra mientras permitía a sus ojos derramar lágrimas. Sin darse cuenta la botella se encontraba vacía.

Joshua dejó escapar una sonrisa cuando un agradable olor se manifestó en la cocina. Había olvidado la última vez que alguien había cocinado para él y a decir verdad era agradable que fuese Jeonghan quien lo hiciera, pues esa pasión por la cocina se notaba en su rostro con aquella sonrisa que tanto le gustaba. Esperaba que, dentro de poco, hubiese alguien más disfrutando del dulce momento y por supuesto que eso iba a suceder.

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