Confesiones.

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Cuando desperté las siluetas se fueron aclarando, Unohana y Rukia me miraban detenidamente.

-Que bien que ya hayas despertado. -dijo Unohana.

Note que no me encontraba en mi cuarto, sino, en la recámara de Rukia. Busqué con la mirada a Byakuya, lo vi en una esquina, me miraba preocupado pero un poco aliviado a la vez.

-Pronto estarás bien.

-Gracias...-respondí levemente.

Me molestaba que cierto capitán hubiera llamado a Unohana. Pero me alivio que al menos Kurotsuchi no estuviera ahí.

-Bueno... creo que ya debo irme. -dijo Unohana parandose de donde estaba, luego se giró y dijo: -Byakuya, creo que puede existir una posible transmisión del virus que está causando estas anomalías en el sistema inmune entre las personas que fueron infectadas y las que no. Por seguridad sería mejor que Natsuki durmiera en la habitación de Rukia... -estaba abriendo la puerta cuando agregó: -y además... creo que aquellas personas que fueron infectadas pudran convivir entre ellas pero, sería mejor que no visitaras esta habitación por un tiempo.

Con éso se fue. Byakuya no tuvo la oportunidad de opinar o de decir algo al respecto.

No había más opción al parecer, justo en mi momento de más confusión, tendría que alejarme de él... temporalmente.

Éste sólo nos miró detenidamente, parecía algo molesto por lo que había dicho Unohana, pero era lo mejor, y él lo sabía. Dio un suspiro y se acercó a nosotras.

-Tal parece que no podré cuidarlas ahora... prométanme que se recuperarán pronto...

Parecía un poco afligido. Se agachó un poco para darle un abrazo a Rukia-chan.

-Claro que si Nii-sama. -dijo Rukia.

Luego se giró hacía donde me encontraba y me abrazó igualmente.

Se marchó con esto.

-Oye... Natsuki -dijo Rukia. -¿Es verdad que tienes una zanpakutō?

"¡Vaya! ¡Qué rápido corren las noticias cuando una está inconsciente!"

-Así es...

-Tienes un ataque poderoso... ¿no es así?

-El único que han visto es: Ryūketsu no unmei.

-¿Destino sangriento?, ¿Cómo es?

-Es un ataque especial. Permite controlar la sangre de tu oponente, forzándola a acumularse y en un movimiento salir al exterior. Es como sí tu propia sangre fuera una cuchilla que te corta desde dentro. Hay pocas zanpakutōs como esa clase de habilidades.

-¿Desde cuándo la tienes?

-Desde hace ya muchos años. La suelo ocultar bajo la apariencia de un bastón. Pero hace mucho tiempo ya que no la había ocupado... Hablando de esto... ¿dónde está mi zanpakutō?

-No lo sé. Quizá Nii-sama sepa, pero no podremos verlo en un tiempo...

Me entristecía la idea de no poder verlo, ni saber donde estaba mi zanpakutō...

Seguimos en esa habitación hablando. Llegó la tarde pronto y nos empezaba a dar hambre.

-¿Crees que Eugene pueda traernos algo...?

-No lo sé... quizá Nii-sama venga a traernos algo en secreto... Sí es que Unohana no sigue aquí.

La puerta se abrió bruscamente y Renji entró al cuarto.

|Bleach| Narraciones de la Luna...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora