Cap. 19. Revelaciones.

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***

Saqué mi espada, no sería igual a la vez anterior. Éso estaba claro. Pero aún así, sentí un escalofrío recorriendo cada milímetro de mi ser.

A pesar de que esta vez si llevara conmigo mi zanpakutō, mi destino era incierto.

La bestia gruñó, y se abalanzó sobre mí para acabar con todo. Mi zanpakutō chocó bruscamente contra esa gran corteza que era su piel.

Retiró su brazo para atacarme con el otro, el cual corté acto seguido. Gruñó fuertemente y se dispuso a acabar conmigo, y a su vez yo con él.

No podía ser débil en ese momento. No ahora que sabía la verdad, y que entendía todo a la perfección. Ese sueño... me había dado todas las respuestas. Más que un sólo un sueño, había sido una revelación.

[ -Natsuki... -Me encontraba en una neblina inmensa, sin poder ver a quién me hablaba. -Natsuki... sé que aún me recuerdas. -decía, yo no quería encontrarme con que esa voz, fuese de quién creía.

-Sé que ya no estoy contigo. Y estoy consciente de todo lo que haz pasado durante este tiempo... porque te he estado observando. Entiendo también los sentimientos que tienes, y el dolor que aún sientes.
Esa terrible culpa de no saber que había muerto, hasta que ya fue demasiado tarde, porque no tuviste la oportunidad de despedirte. Aún así... continuaste, no sabías el porqué, simplemente continuabas.

Todo pasa por una razón, y, cuando no es fácil comprender un tema, es preciso comenzar de nuevo.

Te observé desde siempre, sé exactamente aquello que sentiste la tarde en la que un hollow estuvo a punto de enviarte conmigo. Sabía que tenías miedo, pero estabas bien con que todo terminara. Sé también lo que sentiste cuando, sin mas, un capitán te salvaba de una muerte segura.

Luego de ser derribada en el lodo, éste te ofreció su ayuda, y no podías dejar de estar nerviosa. Te recordaba en muchos aspectos al hombre del que yo les había hablado. Pero sabías que no podría ser él, porque él, parecía siempre tan frío. No era el hombre amable y tierno que había mencionado, ése que siempre me robaba suspiros y hacía que mis ojos brillaran.

Nunca relacionaste que fuera éso, porque él te había hablado de su antigua esposa, su nombre era Hisana, y no Kurumi. Durante mucho tiempo habías olvidado que Kurumi era sólo un sobrenombre. Pero lo recordaste de inmediato al verme en una fotografía junto a Byakuya.
Entonces te comenzaste a sentir culpable, pero tus sentimientos por él crecían. Y, aunque no eras totalmente consciente de ello, Byakuya también se sentía culpable y quería no sentir nada por ti, pero le era cada vez más difícil.

Una noche decidió que te llevaría hasta esa habitación en donde me ha guardado luto todos estos años. Y que, si aún después de haber entrado en ese cuarto contigo seguía sintiendo algo, no se perdonaría nunca a sí mismo.
Pero no pudo hacerlo. Te entregó la llave, pero nunca fue capaz de hacerte entrar ahí.

Justo cuando le ibas a decir la verdad, fue cuando te arrestaron y te llevaron a la cárcel. El capitán Mayuri ya se había cansado de que Byakuya no cooperara con él para sus investigaciones. Así que éso fue lo que pensó.

Y tiempo después, decidiste dejar de lado la culpa y decirme lo que te había atormentado durante cada día y cada noche en todo ese tiempo. Finalmente decidías ser feliz. Pero en realidad, nunca te dejaste de sentir culpable. Byakuya decidió lo mismo tiempo después, sabía sobre nuestra amistad, pero ya no podía soportar el tener a la persona que lo había hecho volver a sentir felicidad, tan cerca y a la vez tan lejos.
Decidió demostrarte finalmente lo que sentía por ti.

|Bleach| Narraciones de la Luna...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora