●La chica de al lado●[+18] (Completa)

4: Inocencia interrumpida

⚠️El siguiente capítulo tiene contenido sobre secuestro, violación y muerte. Podría ser sensible para el lector. Se recomienda discreción ⚠️

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Mikasa, una joven de a penas 18 años vivía en compañía de sus padres y su hermanito menor. Cuando sus padres salían a trabajar ella cuidaba a su hermano, luego de salir del instituto.

La joven era muy aplicada en sus estudios y aspiraba a convertirse en una buena abogada. Se la pasaba leyendo libros y en lo que podía ayudaba con los quehaceres del hogar.

Ella quería mucho a sus papás y nunca les dio ningún problema. Cuando Falco nació ella etapa muy emocionada por ser la hermana mayor.

—Mamá, llevaré a Falco al parque.

—Está bien, no se tarden.

Mikasa y su hermano caminaban hacia el parque muy felices, hacía calor y la brisa de los árboles se sentía muy bien. Llegaron y ella se sentó en una banca mientras su hermano subía a los columpios.

La gente pasaba por la acera, la pelinegra había llevado uno de sus libros para no aburrirse y se dispuso a leer. Hubo un momento extraño en el que ella no vio a ninguna persona pasar, sacudió su cabeza y siguió leyendo.

La mirada de Mikasa se nubló, los sonidos del exterior se distorcionaron, el libro cayó de sus manos en el césped. Los ojos de Mikasa se cerraron, el cloroformo había hecho efecto.

El pequeño Falco también había sufrido el mismo destino pero Mikasa no lo sabía. Nunca lo supo.

Cuando Mikasa volvió en sí no vio más que oscuridad, estaba en el baúl de un auto. No podía moverse ni gritar, le habían puesto una mordaza y habían atado sus manos y pies.

Al cabo de un rato el motor se había apagado. Pudo escuchar unas voces. 

—¿La tienes?—dijo Yelena.

—Si, fue lo más fácil del mundo. Zeke va a estar muy feliz cuando la vea, es una belleza.

—Muy bien iré por él.

Mientras tanto Mikasa se movía y trataba de ver algo con lo que podría liberarse, era inútil. No saldría de esta.

Zeke estaba en el teléfono con su jefe, hablaban de su pago, él le iba a transferir el pago por el trabajo que él y Yelena estaban haciendo.

Yelena apareció y le comentó a Zeke que tenían una chica nueva.

—Muy buen trabajo, Porco. Dejame verla.

El muchacho abrió el baúl y dejó ver a la presa. Mikasa yacía atada ante sus ojos, indefensa.

—Me gusta, esta me la quedaré yo. Te pagaré muy bien. Yelena desatala y llévala adentro.

—Si, Zeke.

Yelena desató a Mikasa y la llevó a casa a punta de pistola. La pelinegra no paraba de llorar.

—Ya deja de llorar, agradecele a Zeke, no vas a ser vendida como las otras. ¡Ahora camina!

Mikasa sollozaba, pensaba en su hermanito, en sus padres. No los volvería a ver.

[...]

Habían pasado 2 semanas desde que Mikasa vivía en esa casa con Zeke y Yelena. Cada día que pasaba ella quería morirse, no soportaba ver a todas esas jovencitas pasar por esa casa, ser golpeadas, maltratadas y todo para ser vendidas al mejor postor o en alguno de los casos que vendieran sus órganos.

Zeke sostenía relaciones con Yelena pero desde que Mikasa había aparecido tenía sus ojos puestos en ella. Una noche el entró a su habitación. La pelinegra dormía.

Despertó porque había sentido el toque de alguien. Zeke pasaba sus manos sobre la piel de las piernas de Mikasa.

—Shhh, no hagas ruido, ya sabes que Yelena siempre está de malhumor y no queremos molestarla ¿o si?

Mikasa negó con la cabeza.

Zeke siguió tocándola, cada vez más cerca de su área íntima. 

—No te muevas linda, no te preocupes te gustará…

Mikasa solo cerró los ojos fuertemente y apretó sus dientes. Tuvo que aguantar el ser tocada por aquel hombre.

Todas las noches era lo mismo, hasta que una vez a Zeke ya no le bastaba el solo tocarla. Tenía que poseerla.

Esa noche, él cerró la puerta y se metió desnudo en la cama con Mikasa. Ella comenzó a llorar.

—Shh, no llores, las niñas lindas no lloran.

El comenzó a tocarla y luego de quitarle la ropa la violó. Mikasa estaba muerta en vida. Zeke se movía dentro de ella mientras su mirada se opacaba, perdía el brillo que una vez tuvo. Le habían arrebatado su vida y su inocencia.

[...]

El procedimiento se repetía, Porco iba en busca de una jovencita para Zeke. Pronto vio una joven caminando por un lugar solo y atacó.

La joven se desmayó y él la metió en el baúl del auto. La joven se despertó antes de llegar a su destino y estuvo forcejeando para liberarse. 

Dentro del baúl había un pedazo de metal suelto, ella no se fijó y se lo incrustó en la garganta al moverse bruscamente. Fue algo que Porco no notó.

Una vez llegó a su destino, abrió el baúl frente a Yelena. 

—Porco, eres un idiota. ¡Está muerta! ¿Qué hacemos ahora? Le diré a Zeke.

Zeke fue informado de lo que había pasado. Ahora tenían que deshacerse del cadáver.

—Hay que deshacerse de esto en este momento.—dijo Zeke.

—Yo lo haré —dijo Yelena.

—Está bien. Y tu Porco, fijate bien para la próxima,  no podemos darnos el lujo de perder la mercancía.

—Sí jefe, perdón.

Yelena tomó el cuerpo y lo llevó dentro de la casa. Luego fue a traer una sierra que tenía en el sótano y regresó.

Empezó a desmembrar el cuerpo con tal afán, como si de carne de cerdo en carnicería se tratara. Una vez partida en pedazos puso cada uno en un barril y le echó ácido, luego lo tapó muy bien y lo cubrió con plástico y luego con tela.

Levi llegaba a su casa, se había perdido todo el espectáculo. Se estacionó frente a su casa y vio un pequeño charco de sangre en la entrada de la casa de al lado. Se quedó extrañado observando todo pero no quiso sacar conclusiones apresuradas. Quizás eso no era sangre.

Entró a su casa y subió a su habitación. Desde ahí pudo observar a la chica pelinegra regar las rosas. Luego una mujer muy alta rubia salió con las manos llenas de sangre y jaló a la joven de los cabellos haciéndola entrar a la casa.

—¿Qué demonios pasa ahí? No lo entiendo. Debería ir a ver o debería ignorarlo. No sé qué hacer.

Con ese pensamiento se preparó para dormir. Talvez al día siguiente sabría qué hacer.

🥀🥀🥀
Continuará...

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Nos leemos pronto. ❤

N/a: Se que esta historia trata temas delicados, espero no ofender a nadie.