●La chica de al lado●[+18] (Completa)

13: Padre e Hija

Hola, ¿que tal? Les traigo un nuevo capitulo de esta historia, espero les guste.

🥀🥀🥀

Levi y Porco forcejeaban.

—¿Quién eres?

—Eso no importa. Tu mereces un castigo por hacerles esto a esos niños. 

De pronto un estruendo, una luz se veía frente a ellos. No era el sol, aún no amanecía.

Un disparo se escuchó, la sangre empezó a manchar su camisa. Se llevó las manos a la herida, perdió el equilibrio y cayó en sus rodillas.

La muerte rondaba y rápidamente se lo llevaría, pero no sin antes verla de nuevo.

—Pero… yo te maté…

—Si, pero te perdono. Ahora ya has recibido tu merecido. —volteó a ver a Levi—mi alma podrá descansar ahora. Cuida a mis amigos.

Ymir desapareció y Porco yacía desangrado y muerto.

Levi se acercó a él y cerró sus ojos. Luego se levantó y fue a buscar a Falco.

[...]

Zeke tomó su celular y comenzó a llamar a Porco. Esperó cuatro tonos y siempre se iba a la contestadora.

—Maldito Puerco, ¿por qué no contestas?

El señor M tarde o temprano se enteraría de todo y no le gustaría lo que se enteraría.

[...]

Falco se había escondido cerca de la bodega. Estaba temblando y en posición fetal cuando Levi lo encontró.

—Falco, ya todo terminó. Ven te llevaré con tu hermana.

El niño con lágrimas en sus ojos lo abrazó. Caminaron hacia donde Levi había dejado su auto y salieron rumbo al hospital.

Ya estaba amaneciendo.

Entraron al hospital, se dirigieron a la habitación donde estaba Mikasa. 

—Mika—dijo el pequeño abalanzándose sobre ella.

—¡Falco!

Gabi los veía con una sonrisa, se bajó de la cama y se puso detrás de Levi, jaló su mano.

—Levi, me alegro que estés bien.

—Ven, vamos afuera. Démosles un momento a solas.

Salieron de la habitación y cerraron la puerta.

—No podía dejarte sola Gabi. Recuerdas que te dije que te adoptaré, pues llamaré a Erwin. Hoy mismo serás mi hija adoptiva.

Gabi sonrió. 

—¿Puedo decirte papá? —dijo nerviosa.

—Si así lo quieres, por mi no hay problema. Ven vamos a comer algo.

Falco abrió la puerta.

—Muero de hambre.

—Ven, vamos a comer. 

Levi tomó a los dos niños de la mano y se fueron a la cafetería.

—Señor, muchas gracias por salvarme y a mi hermana también.

—No hay de que.

Los tres se sentaron a comer.

—Falco, perdón pero necesito preguntarte. ¿Sabes que pasó con los otros niños?

—No, solo escuchaba que los vendían. Un hombre llamado… mmm…. Zeke.

—Ya veo. Muchas gracias.