La Chica Del Ascensor. ✓ (Finalizado)

Capítulo 2: El préstamo

Pero como sabía ella que él necesitaba una copia de su llave? Nunca mencionó eso, o si?, tal vez lo murmuró mientras dormia?

Si, era probable....... ¿pero que rayos estaba haciendo?

Se quedó mirando el trozo de sandwich que se preparó, su vida era tan aburrida que estaba dandole mil vueltas a un suceso sin importancia?, movió la cabeza en forma negativa.

De pronto la pantalla de su celular se iluminó mostrando una llamada entrante de su hermana, lo que menos quería ahora era hablar con ella, dejó el celular sobre la isla de la cocina y se fue a la habitación a dormir, seguramente llamaria mañana, o mañana le devolvería la llamada.

Dormir, dormir, se sentía tan bien, podría pasar todo el día aquí, en sus cómodas sábanas, era una estupenda idea.

Fue despertando poco a poco, "trabajar, tenía que ir a trabajar"  "ay por dios! Que hora era!"

Se levantó como un rayo, donde estaba su despertador?, recordó que lo dejó en la cocina, cuando lo tuvo en sus manos vió que no tenía nada de bateria, regresó a su habitación, buscó el cargador debajo de la cama, lo encontró y lo enchufó.

Se quitó la camisa y fue directo a la ducha.

Salió del departamento con pasos apresurados.
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Dormir era tal vez lo mejor en el mundo, y le gustaría hacerlo todo el día, pero desafortunadamente tenía que ir a trabajar, se sentó en la cama con los ojos semicerrados, seguramente tenía un aspecto horrible, se impulso con las muñecas de las manos hacía adelante para ponerse de pie; buscó su pequeño reloj en el velador.

6:30.

Era una buena hora.

30 minutos más tarde salía de su departamento; cuando cerró la puerta y le dio el tipico jalón para asegurarse de que estuviera bien cerrada, recordó que debía pasar por la cerrajería para copiar su llave.

Fue hacia el ascensor; no habia nadie, apretó el boton que la llevaría al primer piso; entonces alguien detuvo las puertas poniendo su brazo en medio; como en las películas de terror.

Estas volvieron a abrirse y el hombre que ayer había olvidado su llave al igual que ella, ingresó con respiración jadeante, apretó el botón del ascensor repetidas veces.

Seguramente estaba apresurado, aunque tarde no era.

Había vivido en este edificio por tres años, y en todo ese tiempo coincidió con esta persona numerosas veces; a pesar de que no hablaba con nadie en el edificio, era capaz de recordar el rostro de muchas personas y el rostro de su vecino era muy conocido para ella, y hasta hace dos días creyó que él también era capaz de reconocer el suyo, pero cuando le dijo que su bolsa estaba rota; tuvo que fingir que este no era su piso, porque luego de ayudarlo entregandole otra bolsa, él la miró como si fuera una desconocida rondando por un edificio que no era suyo; fue una situación muy incómoda.

Como era habitual en los ascensores, ambos miraban la puerta, pero el recordatorio de su incómoda situación del otro día, hizó que le diera una ligera mirada.

Debido a que su cabello estaba humedo, y el ascensor era un espacio cerrado con luces en el techo, esto hacía que brillara, era un bonito color; castaño; siempre quiso tenerlo así, debió mirarlo por mucho tiempo porque con mucha lentitud el hombre volteo su rostro. rápidamente desvio sus ojos, "que vergonzoso" pensó, por suerte llegaron al primer piso, y cuando las puertas se abrieron el hombre salió corriendo.
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—Lo siento— se disculpo Mark.

—Que no se vuelva a repetir.

—Si, jefe.— el arquitecto que dirigía la construcción le dio un movimiento de cabeza que indicaba que se incorporara a su trabajo; Mark caminó hacia un casillero donde habitualmente se cambiaba de ropa.