Capítulo 18: Confesiones

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—Y te comenté sobre la reunión que hicimos? Fue idea de tu tía, dijo que necesito algo con lo que pasar mi tiempo libre .... y esa idea me pareció muy interesante ...—decía su madre con rostro entusiasmado.

—Suena bien, aunque me gusta más hablar con mis compañeros de la facultad. ...

Julia seguía la línea de conversación; su madre hablaba mucho; su mente empezó a viajar a la comodidad de su casa, a su cama, mirando algo en su móvil o en la televisión.

—Julia?

Movió su rostro repetidamente para espabilarse y responder la pregunta que le habían hecho.

—Si? — respondió esperando que su madre no notara que no escuchó su cuestionante.
Inesperadamente para ella, su madre y Gaby abrieron sus ojos alarmadas con su respuesta.

—Tienes novio? En serio?

—No, no, no, no, — levantó ambas manos negando con velocidad —Creí que habían preguntado otra cosa.

—Siempre perdida en tus cosas, como tu padre ...... —se quejó su madre.

—Papá siempre fue muy risueño .... —comentó Gaby —Alan también prefiere mirar el móvil cuando intento contarle algo de mis amigas, uff..... que drama ....

Cuando se despedían, su madre le dijo algo que la dejó pensando:

—Cuidense mucho, ....... esos muchachos de Fraternidades son un lastre ...

Gaby sonrió con cariño.

—Visitanos más seguido Julia, tu si cuentas con tiempo .....

—Si, esta bien .... —Julia intentó soltar una sonrisa que esperaba igualara a la de Gaby.

—Julia tiene cosas más importantes que hacer, no la molestes Paula—dijo su padre con voz neutral.

Eso lastimó a Julia, pero intentó que no se reflejara en el rostro.

Mientras caminaban hacía la parada de autobus, se introdujo en muchos predicamentos que no abandonaban su mente.

La actitud de sus padres la entristecía.

Cualquiera que los viera diría que el amor o el afecto que alguna vez los unió se terminó, pero ella nunca había sido testigo de un amor puro como los libros o películas hacían que creyeras.

Muchas veces ella pensó que tal vez así era como se conocieron, se enamoraron y decidieron formar una familia, tal vez ellos son así. Y no debía meterse en ese terreno.

Pero su corazón dolía cuando escuchaba las palabras hirientes que se decían, la hacían sentir culpable de algo, o que debería hacer algo para solucionarlo.

Cuando veía y escuchaba a su propio entorno familiar un sentimiento de cansancio se apoderaba de ella; por esos breves momentos parecía que ella tuviera que padecer el lado negativo que trae consigo el tener una familia.

Y no sabía como actuar.

Y cuando se encontraba de nuevo en soledad pensaba en el problema principal, ese momento en cual la relación en su familia se deterioró y parecía que no se restauraría.

Qué podría hacer? Cuál es la manera de solucionarlo?; miraba por las calles y veía los rostros de otras personas ocupadas en sus propios asuntos, pensaba "tal vez soy demasiado cobarde", porque esas personas no se detenían, no parecía importarles, estaba segura que la mitad de ellos también debían tener sus propios dramas familiares y seguían adelante.

Se sintió diminuta e insignificante.

Apresuró sus pasos para escapar de ese sentimiento.

Cuando se acercaba a su edificio, notó una figura conocida para ella.

La Chica Del Ascensor. ✓ (Finalizado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora