André.
No sabía a dónde carajos había ido toda la inocencia de Davina. ¿Ésta es la misma chica que se sonrojaba si le digo que es hermosa?, No lo sé, pero ésta faceta de Davina me prende como la séptima paila del infierno. Luego de que ella quedara a horcajadas sobre mi regazo, todo se volvió borroso, estaba preso del deseo. Aún recuerdo todo lo que salió de su pequeña boca y me puso cachondo.Se contoneó sobre mi miembro, no sabía a dónde había ido mi voz, pero cuando logré encontrarla le dije jadeante:
–No me provoques si no vas a terminarlo, Davina.
–Me gusta correr riesgos
–¿Qué quieres que te haga?, dímelo y lo haré
–¿Lo que quiera?
–Todo aquello que desees.
–Deseo torturarte con mis suaves y lentos movimientos, hasta que no resistas más y me cojas tan duro que se me olvide donde me encuentro.
–Será todo un placer, preciosa– Mi corazón latía tan fuerte que estoy seguro que ella podía oírlo.
Estuve aprendiendo ruso, para no andar diciéndole sandeces en francés, porque en ese idioma suenan muy románticos y realmente quiero ponerla más cachonda.
–Я больше не могу этого выносить, Давина, я поймаю тебя прямо здесь
–Сделай это, Андре, сделай это
Comencé a deshacerme rápidamente de su playera y su sujetador, cuando quedó sin él para mí quede embobado, sus preciosos pechos serían solo míos, ahora y siempre.
–¿Te gusta lo que ves?– Preguntó mientras se seguía moviendo a ritmo lento.
–Мне это нравится, маленький извращенец
Ella se encargó de deshacerse de todas mis prendas, ansiosa, hasta sólo quedar en bóxer y la verdad no me molestaba, quería esto tanto cómo ella. Invertí los papeles quedando encima de ella viendo su anhelo por mí, su respiración agitada, sus pezones erectos, estoy fascinado por tener tan hermosa mujer en mis brazos. Besé sus labios y fui bajando dejando un reguero de besos calientes por su cuello, el valle de sus pechos, me deleité con su abdomen y finalmente llegué a su monte de venus.
Comencé a repartir pequeños besos húmedos hasta llegar a su intimidad, una vez allí me pude deleitar con el olor de su excitación y ver los jugos desprendidos por su sexo. El vértice de sus piernas cubiertas con su chorreante deseo, me hizo agua la boca y tuve que bajar para probarlo, tomé en mi boca su clítoris y comencé a succionarlo, un gemido sexy salió de sus labios y puse un dedo en su apretado calor, comencé a moverlos mientras mi lengua seguía jugando con su botón de placer, saque mis dedos de su humedad y puse mi pulgar en su clítoris mientras comencé a beber su elixir, pasé primero mi lengua por su entrada y sus labios. Puse mi lengua lo más rígida que pude y comencé a penetrarla con ella mientras mi pulgar trazaba círculos en su manojo de placer ya hinchado.
–¿Te gusta lo que hago?– Le pregunté antes de atacar su intimidad nuevamente con mi lengua
–¡Sí!– Gimió para mí, justo antes de correrse en mi boca.
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Mi Divino Tropiezo (En Proceso)
RomanceLa típica historia de amor, se amaban, lo demostraban, o eso aparentaban. Davina, mujer fuerte que fue víctima de un amor. Él, era atento y la amaba o eso demostró al principio, porque, luego todo se puso en duda. Podrán pensar que es una historia d...