01. Accidentes

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                      15 años atrás

Afuera llueve granizo, estoy bajo mi paraguas intentando no empaparme, camino nublada por la lluvia de regreso de clases de ballet, hasta que tropiezo con alguien.

–Pe..perdón– Es todo lo que consigo articular, sin aún lograr ver quién es.

–Tranquila– Contesta una voz dulce.

Sigo mi camino a casa algo agobiada por el estrés de mi día, en la soledad de mi habitación,vienen mi mente flashes, de aquel recuerdo del encuentro bajo la lluvia y con la curiosidad de saber: ¿Quién es él?, ¿De dónde venía?, ¿Hacia dónde se dirigía?, ¿Me lo volveré a cruzar?, siento la gran inquietud de saber quién era aquel chico con el que me topé.

Al día siguiente:

Con la esperanza de volverme a encontrar con el chico de la lluvia, decido ir por el mismo lugar y a la misma hora.

Fracasando en el intento y así durante lo días siguientes.

Y cuando por fin me dí por vencida con encontrarlo otra vez, mis esperanzas revivieron, cuando volví a chocar con alguien del mismo modo, decepcionandome, al no escuchar su dulce voz otra vez.

Estúpida Davina🤡

2 meses después:

Un sábado por la noche, común y corriente, seguí mi rutina de patinaje (sí, era un pasatiempo, además del ballet), creí estar completamente sola, los jugadores de hockey se iban temprano los fines de semana, pero no, mi gran encuentro con uno de ellos, fué realmente único.

Tropecé con alguien en medio de la pista de hielo, causando que caiga de bruces y me lastime la mejilla, dejándola roja por el impacto, cuando consigo levantarme, ya que con quién tropecé no sé inmutó ni lo más mínimo en ayudar.

Lo más amable de mi parte para decirle fue:

–Ve por dónde patinas imbécil –(Nótese el sarcasmo), a quien se encuentra delante de mí, sin aún ver quién es, cuando logro ver quién es quedo estupefacta con semejante adonis delante de mí.

Él era alto, no muy fornido, pero tenía su atractivo, piel blanca, en ese momento, cubierta por un gran abrigo, que definitivamente era un uniforme de hockey, ojos castaños, que cambiaron a negros en cuánto conectamos nuestras miradas.

Creo que nunca en mi vida, había estado tan ofendida, cómo cuando me dió su respuesta a lo que le había dicho.

                               [...]

Mi Divino Tropiezo (En Proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora