Owen se quedó igual que yo, mudo.
No sabía que contestar, en el fondo me apetecía, mucho. Era un chico que me había sorprendido bastante y sin duda me gustó, pero... ¿No era demasiado precipitado? Además no podía evitar pensar en John, que sin duda, también me gustaba.
Cómo me gustaba comerme la cabeza, me imaginaba cosas que a lo mejor ni pasaban, no era una cita, ¿o sí?
Después de cinco minutos dándole vueltas y soportando a un Owen que no paraba de intentar convencerme para que quedase con él, acepté. Respondí a Ian con un:
Vale, solo dime lugar, hora y allí estaré.
Al rato recibí su contestación:
Voy a por ti a casa si quieres y vamos a un parque de por aquí que está muy bien para dar una vuelta. ¿Qué te parece a las 18?
Le di la dirección de mi casa y quedamos en ello.
Ya me estaba poniendo nerviosa y todavía quedaba un día.
Cuando llegamos entré un momento a mi casa para dejar la bolsa de baile y ver si estaba mi hermana, Dean o mi madre, pero por lo visto estaba sola. Entré en el estudio de mi madre para ver si estaba ella allí por casualidad, pero nada. Sin embargo, me fijé en un pequeño detalle, un ramo de rosas rojas adornaban una estantería de la pared, estaban vivas por lo que eran recientes.
Me acerqué cual espía por si alguien entraba y me pillaba cotilleando, cosa que me daba igual, era el estudio de mi madre.
Las olí, olían genial. Había una pequeña tarjeta en medio. Mis esfuerzos por intentar no abrir la tarjeta fueron nulos asique leí:
Siento haber sido tan estricto contigo estos días. No te he dado una bienvenida en condiciones. Perdóname y no renuncies a trabajar conmigo, por favor. Firmado: Brandom.
Me quedé boquiabierta, mi madre había decidido dejar de trabajar con él, y Brandom quería trabajar con ella, es más, le estaba suplicando que siguiese trabajando con él.
Vaya, vaya, esto sí que era nuevo. ¿Y si a Brandom le gustaba mi madre?
Qué narices, pues claro que le gustaba. Tenía que hablar con Zoe inmediatamente pero antes debía ir a casa de Owen, a la cena.
Cogí una chaqueta ya que estaba refrescando un poco y salí de mi casa dirección la de Owen.
Llamé al timbre y en seguida me abrió Nora, la madre de Owen, me dio un beso en la mejilla y me saludó:
-Hola Summer, ¿qué tal tu primer día de baile?
-Hola Nora, -le sonreí -muy contenta, he conocido a gente muy agradable y me ha gustado mucho.
-Me alegro, pasa corre, está Owen en el salón, dile que te enseñe la casa.
Pasé cerrando la puerta tras de mí y saludé a mi madre por el camino que también me preguntó cómo había ido la clase. Mi hermana y Dean todavía no habían llegado.
Después en el salón me encontré a Owen y su hermano pequeño jugando a la play. Hombres...
-Hola bombón. -Me saludó Owen.
-Hola. –Dijo Glenn, el hermano pequeño de Owen, alargando la a.
-Hola chicos. ¿A qué jugáis?
-A matar zombies. -Dijo Glenn mientras apretaba todos los botones del mando.
¿Cuántos años tendría? ¿Siete u ocho? Tendría que preguntárselo.
-Que bien, en cuanto termines está partida ¿me prestas a tu hermano? -Le pregunté al pequeño.
ESTÁS LEYENDO
Llévame hacia ti.
Lãng mạnSummer era una chica sencilla, sin más preocupaciones de las que podía tener una chica de 18 años, hasta que un día un trágico suceso marcó su vida para siempre. Una nueva ciudad, un verano por delante y sobre todo chicos nuevos que cambiarán su vid...