5. Zoe Swan.

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-Mamá, ¿qué pasa? -La pregunté en cuanto salió de su estudio.

-Lo de siempre, trabajo y más trabajo.

-Pero si adoras tú trabajo, el problema es con quién estaba al otro lado del teléfono, ¿no es así? -La miré de forma acusadora.

-Sí… Pero bueno, no hablemos de mi. Antes me has dicho que tenías que decirme una cosa muy importante.

Había estado tan ocupada pensando en otras cosas que ya no me acordaba de la gran noticia que tenía que darle a mi madre. Cogí la mochila y rebusqué en su interior hasta dar con el papelito donde la academia Rosemont ponía que había sido aceptada. Y otro papel que tenía que leer mi madre para ir un día a firmar los papeles donde se autorizaba a la academia a usar mi imagen, comprometerme a no faltar a clases y bla bla bla, todas esas cosas que se deben firmar cuando estás dentro de cualquier academia, escuela o equipo del mundo.

-Toma, lee. -Le tendí a mi madre el papel y cuando terminó de leerlo sonrió.

-Summer, esto es genial. ¿Te estás dando cuenta de lo que esto significa? Estás dentro de una de las grandes escuelas de baile en todo el estado. Enhorabuena hija. -Me dio un cálido abrazo que yo acepté encantada. -Mañana te llevo yo a las clases y así firmamos ya todos estos papeles.

-Genial, gracias mamá.

-Corre, sube a decírselo a tu hermana.

-Voy ahora mismo.

Subí las escaleras corriendo en dirección a la habitación de mi hermana y abrí la puerta sin ni si quiera llamar.

-¿A que no sabes qué? -Sonreí ampliamente mientras mi hermana apartaba la vista de su portátil y la fijaba en mí.

-Venga, sorpréndeme. –Me dijo con una de sus cejas elevadas.

-Toma, mira. -Le di el papel y en cuanto lo leyó abrió mucho los ojos y sonrió.

-Hermanita, ¡enhorabuena! Al fin sirves para algo. -Puse los ojos en blanco y ella me hizo una señal con la mano para que me acercase a su lado en la cama.

-Sirvo para más cosas que tú. -Le dije mientras me sentaba a su lado en la cama y ella me achuchaba muy fuerte. -Venga, suéltame, a veces te encanta ser una pesada ¿eh?

Zoe me soltó y soltó una gran carcajada. A veces parecía mucho más pequeña que yo por sus comportamientos, mientras yo me pensaba todo como mil veces, ella era más impulsiva.

Pero si algo teníamos en común era que todo lo que la gente pensase y dijese de nosotras nos daba exactamente igual.

-¿Sabes qué? -Soltó de repente Zoe y sin que la respondiera continuó hablando. -He decidido pasar mi último año en Yale con Dean. ¿Qué te parece? Sabes que es una gran oportunidad para mí y es una de las mejores universidades, el año pasado me dieron una beca y estoy deseando ir allí. Además casi todos los fines de semana intentaré venir aquí.

-¿De verdad? -Es lo único que salió de mi boca en esos momentos, no creía que mi hermana fuese a hacer eso, es decir, que de repente decidiese irse cuando nunca lo había hecho... La idea me parecía bien, Yale era una universidad increíble pero después de todo lo que había pasado me iba a costar no tener a mi hermana aquí en casa merodeando. Aunque, pensándolo bien, quizás esto fuese lo mejor, mamá tendría más tiempo para ella, yo me dedicaría a mis clases de baila y mi primer año de universidad y mi hermana a su último año en la universidad, todo pasará tan rápido que casi no nos daríamos cuenta ¿no? -Eso está muy bien, me alegro un montón hermanita, pero ¿qué haré yo sin ver tu careto todas las mañanas?

Llévame hacia ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora