13. Confusa...

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Lloré sobre su hombro hasta que mi confuso estado me dejó hablar. No podía dejarle así después de lo que me había dicho. Se merecía una respuesta sincera como la que él me había dado.

-Owen... -Hice una pausa. -Yo también te quiero. -Me miró con una cara que no supe si reflejaba felicidad, tristeza, miedo... Asique continué. -No pienses que lo digo porque tú me lo hayas dicho, pero últimamente eres la única persona en la que he estado pensando, la única con la que he querido estar. Pero te quiero de una forma muy confusa, no sé si puedo conformarme con ser sólo amigos o es que sólo te quiero así, sin nada más.

-Todo es tan confuso Summer, tú me confundes. Siento lo mismo, cuando estoy contigo me gustaría que no hubiese ninguna Layla de por medio, pero sin embargo luego en casa cuando estoy solo creo que estar así me gusta, que estar con Layla me gusta, porque la quiero. Pero en realidad no sé nunca nada, me gustaría que las cosas fuesen más sencillas.

-A mi también Owen, pero parece ser que todo lo que me rodea es complicado. -Solté un ligero suspiro y por fin me puse en pie, a la vez que lo hacía Owen.

Se me quedó mirando durante unos segundos antes de hablar.

-Creo que deberías descansar, has tenido un día duro y mañana vas a estar agotada. Yo también debería irme, pero antes dime... ¿Vas a estar bien? -Me cogió de las mejillas.

Me extrañó mucho su forma de cambiar de conversación. ¿Acaso se había arrepentido de lo que me había dicho? No, no lo creía. Era tarde y realmente estaba cansada. Quizás mañana viese todo con más claridad.

Nos habíamos confesado muchísimas cosas en un momento y a partir de ahora sabía que todo iba a cambiar, a no ser que lo dejásemos pasar, al igual que el beso. Era nuestra forma, al parecer, más sensata de actuar.

-Sí, lo estaré. Necesito dormir, mañana me espera un día duro. -Me quedé en silencio pensando meticulosamente lo que le diría ahora. -Oye Owen, gracias, por estar siempre ahí. Sé que no te gusta que te las de pero de verdad que no sé qué sería de mi sin ti. 

Se acercó con una sonrisa en los labios y sin decir más se agachó para depositarme un beso en la frente y se volvió dirección a su casa. 

-Buenas noches Summer. -Dijo antes de entrar.

-Buenas noches Owen. -Dije más para mí que para él. 

Me había dejado aún más confusa de lo que estaba. Decidí por un momento no darle vueltas a las cosas, porque ese era mi mayor problema y me metí en casa sigilosamente, subí a mi cuarto y una vez en mi cama decidí que ésta última media hora no había pasado, si así quería Owen.

Antes de quedarme dormida la pesadilla de hace apenas una hora aparecía una y otra vez en mi mente, evitando que pudiese quedarme dormida tranquilamente.

-¡Mamá! ¡Mamá!

Mi voz era un eco que resonaba por todas las paredes de una casa que no conocía pero que seguramente si había visto. Para ser sinceros, me recordaba a mi casa de la infancia, donde vivimos durante un par de años con papá y mamá.

Pero... ¿Qué hacía aquí? Zoe estaba a mi lado, pero mamá había desaparecido.

Las paredes se movían, haciendo que cada vez que íbamos a buscarla apareciésemos en el mismo lado.

Zoe no hablaba, se limitaba a decir cosas sin sentido en bajito mientras la llevaba de la mano, como a una niña pequeña. 

La angustia apoderaba mi pecho y me sentía desesperada por encontrar una salida que me llevase hacia ella. 

Corrí escaleras arriba con mi hermana tras de mi hasta llegar a un balcón. 

-¿Papá? ¿Papá eres tú? -Dije entre susurros, no sabía por qué pero no quería gritar, quizás por miedo a que se asustase y desapareciese de nuestras vidas, una vez más.

Papá se giró a mirarnos con la sonrisa de siempre inundando su cara, era tan guapo y tan bueno... No quería que desapareciese, le necesitaba, todas le necesitábamos.

Pero de repente una sombra negra aparecía corriendo hacia él y justo un momento antes de empujar a mi padre por él balcón, mi padre, con los ojos tranquilos nos dijo:

-Niñas, papá os quiere, y siempre estará con vosotras, no lo olvidéis. Pero tener cuidado, hay alguien que no nos quiere en sus vidas. 

Posteriormente no hubo más, cayó y mi hermana empezó a gritar, corrió hacia él y se tiró tras él, ni si quiera dudó, un golpe profundo resonaba en mi cabeza con la imagen de esas dos personas deformadas contra el suelo y aunque las lágrimas que había empezado a salir por mis ojos no me dejaban ver bien, yo corrí tras la sobra que había matado a dos de las personas más importantes en mi vida. 

No podía alcanzarle, él corría muy rápido y yo estaba agotada. Corrí durante lo que me parecieron horas hasta que caí al suelo, la sobra se giró y me dijo antes de desaparecer:

-Tú serás la siguiente en caer. 

De repente todo se volvió negro y una vez más volvía a sentirme sola.

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Hola mis queridos lectores. Así pongo fin a este corto capítulo pero era necesario para que no se juntase con cosas del siguiente que sin duda será mucho más largo. 

Necesitaba contar la pesadilla de Summer, para que pudieseis entender el capítulo anterior y no podía dejaros con esa frase de Owen tan importante sin una respuesta por parte de Summer. Aunque en éste capítulo no se aclaran mucho las cosas, espero que os haya gustado y que si es así comentéis y si no pues también. 

Os dejo una imagen de nuestra Summer.

Dicho esto... Nos seguimos leyendo. 

Llévame hacia ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora