1. Bienvenida señorita Swan.

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20 de agosto.

Era miércoles y hacia un calor increíble por la mañana.
Simplemente no podía comprender como podía hacer tanto calor en casa. Dios. A este paso iba a acabar comprando todos los ventiladores del mundo.

Cuando bajé a desayunar pude apreciar que ni mi madre ni mi hermana estaban en casa.

Mi madre estaría trabajando. Hoy era su primer día, era decoradora de interior, le encantaba su trabajo y lo que hacía, motivo por el cual a veces me resultaba casi imposible verla.

Mi hermana, probablemente estaría con su novio Dean. Ya llevaba con él casi un año, él estudiaba en la universidad de Yale en Connecticut pero vivía aquí, en Filadelfia, y se pasaba el verano trabajando con sus abuelos en su tienda de antigüedades y objetos raros. Por lo visto el abuelo de Dean de joven debió de ser todo un aventurero, aunque yo no tenía el placer de conocerlo.

Dean conoció a mi hermana cuando vivíamos en Illinois, Chicago, Dean estaba allí de vacaciones con sus amigos cuando conoció a mi hermana Zoe una tarde en un pub y voilà, surgió el amor.

Desayuné dos tostadas y un vaso de leche y subí a mi habitación, hacía un tiempo bochornoso como para quedarme encerrada en casa asique abrí el armario, me miré en el enorme espejo que había en una de las paredes del armario, me recogí mi largo pelo rubio en un desordenado moño y me puse el bikini naranja. Según mi madre me quedaba muy bien con mi piel bronceada y según mi hermana no me quedaba bien por el color de mi pelo.

Menuda envidiosa, bueno, más bien no tenía nada que envidiarme, Zoe era alta, con su precioso pelo castaño ondulado y los mismos ojos verdes que mi padre.

Bajé al jardín y me puse a tomar el sol, solo habían pasado 10 minutos cuando oí a un coche entrar en el garaje asique fui corriendo pensando que era mi madre, pero no, era en la casa de al lado -y yo que pensaba que aquí no vivía nadie... -, entonces es cuando vi a una familia salir del coche: Padre, madre, niño y... Oh Dios mío, eso sí que era un hombre, tendría mi edad, el pelo castaño ligeramente alborotado, de esa forma que les queda tan bien a los tíos, era alto, muy alto y parecía estar en forma. Llevaba gafas de sol puestas por lo que no pude ver el color de sus ojos, cosa que tampoco me importó en esos momentos.

Me miraron y me sentí estúpida al darme cuenta de que estaba semidesnuda, observándoles detrás de la pequeña valla que separaba nuestras casas.

La madre fue la primera que habló:

-¿Eres nueva aquí? -Me sonrió ligeramente.

-Esto, yo... si, vivo con mi madre y mi hermana, nos hemos mudado hace dos semanas. -Me sentía muy incómoda hablando así, ¿en serio tenía que conocer a mis vecinos semidesnuda? Esto no me podía estar pasando a mí...

-Bienvenida entonces señorita...

-Summer, Summer Swan señora...

-Bennett pero llámame Nora, encantada -Me tendió la mano y yo la ofrecí la mía -.Esta es mi familia, mi marido Richard, y mis hijos Glenn y Owen. -Señaló primero al pequeño y después al mayor.

Con que Owen... Bonito nombre.

-Encantada familia Bennett. -Richard me sonrió y me saludó dándome un suave apretón de manos, Glenn me sonrió y me saludó con la mano antes de salir corriendo dentro de casa, junto a sus padres.

-Bienvenida señorita Swan -Me dijo Owen mientras se quitaba las gafas y me guiñaba un ojo. El capullo tenía los ojos verdes con pequeños toques grises, no le faltaba nada.-Ya nos veremos por ahí, supongo.

Owen entró en casa y yo me quedé fuera analizando todo lo que acababa de pasar, "supongo", me carcajeé pensando en esa palabra, por Dios, si somos vecinos, lo raro sería no vernos.

Entré en casa y me puse a hacer algo de comida, mi madre me había enviado un whatsapp al móvil diciéndome que venía a comer.

***

-Que si mamá, que te lo digo en serio, tenemos vecinos y el hijo mayor está como un queso. -Mi madre se rió con mi comentario y yo puse ojos de loca acosadora. -Pero cuéntame ¿qué tal tu primer día de trabajo?

-El estudio es precioso Summer, te encantaría, pero en cambio el arquitecto que me han asignado y con el que estoy trabajando es insoportable, Brandom Miller... no sé quien se ha creído que es. Es un arrogante.

-Vamos, que te gusta un poco mamá, siempre dices eso cuando un hombre te parece guapo o inteligente. Si te sabes hasta su nombre completo.

-Summer... No. Sabes que yo ahora no podría fijarme en nadie y menos estar con alguien, no estoy preparada para comenzar tan pronto de cero, todavía echo mucho de menos a James. -Ya no sonreía y yo tampoco, estaba muy seria y sus ojos anunciaban con ponerse a llorar, posteriormente terminó de comer en silencio, recogió su plato y subió a su habitación.

James era mi padre y el de mi hermana Zoe, intentábamos mostrarnos fuertes con mamá desde lo sucedido para que volviese a ser la de siempre, pero había algo que no podía negar y es que yo también le echaba muchísimo de menos... No iba a llorar, ahora no, sabía que mi padre querría que estuviéramos bien y cuidásemos de mamá y eso es lo que estábamos haciendo o al menos lo que intentábamos. Aunque tampoco sabíamos que era perder al amor de tu vida, sabíamos lo que era perder a un padre y ninguna de las dos cosas era recomendable.

Recogí yo también mi plato y subí a mi habitación. Cogí el móvil para llamar a Zoe, me apetecía hacer algo con ella, Filadelfia era enorme, tenía mucha historia y todavía no habíamos visitado nada de por aquí, asique me puse a ello, sonaron dos pitidos y...

-¿Qué quieres Summer? -Su tono de voz era de todo menos agradable, se notaba que no le había hecho mucha gracia mi llamada, pero me daba igual, se estaba convirtiendo en una ermitaño con su novio.

-Hola Zoe, yo también me alegro de oír tu preciosa voz. ¿Te apetece que vayamos a visitar Filadelfia?

-Parece que no has pillado que no me hace mucha gracia que me llames ahora, estoy con Dean. -Qué controladora era ésta mujer.

-Pásame a Dean.

-¿Qué? No Summer. -Parece que Dean lo había oído porque le oí coger el móvil de mi hermana mientras ella le dedicaba unos bonitos insultos. -Hola enana, ¿qué tal todo?

-Hola Dean, eres la segunda voz más bonita que oigo en todo el día.

-¿Después de la de Zoe? -Utilizó un tono de burla para que lo oyese mi hermana, le conocía perfectamente y sabía que le encantaba hacerle de rabiar.

-No -Su pregunta me hizo reír. -, después de la de mi nuevo vecino que, por cierto, luego te hablaré de él si es que sacas a la neurótica de mi hermana de tu casa y vamos a hacer algo los tres.

-Pasamos a buscarte en media hora entonces, ni Zoe se resistiría a lo que me acabas de decir, estate preparada enana.- Dicho eso, colgó.

Debería utilizar esa táctica más a menudo, sabía que a mi hermana no le había gustado nada la idea, aunque luego no pararía de hacerme preguntas del nuevo vecino.

Le gustaba tener a Dean para ella sola, y no me extrañaba, si yo tuviera un novio tan guapo como él seguro que hacía lo mismo, pero por un día que lo compartiese conmigo tampoco pasaba nada. Tenía muchas ganas de pasar la tarde con ellos, como una familia, porque desde hace seis meses me sentía un poco sola.

Solo esperaba que las cosas cambiasen pronto. 

Y así iba a ser...

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Hola queridos lectores, sé que este capítulo es un poco flojillo pero quería poneros en la situación de la historia después de lo ocurrido. Espero que os guste y ya sabéis, comentar todo lo que queráis.

Por cierto, la de la foto es la que para mi me parece Summer (Amber Heard) aunque ya sabéis que cada uno se la puede imaginar de una forma distinta y como quiera. Dicho esto, un beso y nos leemos pronto. 

Llévame hacia ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora