Es hora...

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Un mes más había pasado y ahora el peliverde estaba en su octavo mes de embarazo. La espera cada vez se hacía más corta, eso era bueno, pero el miedo lo único que hacía era aumentar cada vez más de tamaño ante la vista de Bakugou al menos.

El alfa podía observar cada vez más como todos los días, tardes y noches a su Omega le dolía más y más su vientre. Con mucha suerte podía caminar. Había días que el cenizo cargaba en sus brazos al pecoso para llevarlo al baño, moverlo a una posición más cómoda o cualquier otra cosa.

Y la verdad es que le preocupaba, y mucho. No hace falta decir el porque.

Pero algo que lo ponía muy nervioso era ver cómo a su deku no le importaba nada, las veces en las que realmente se moría de dolor se lo aguantaba y decía que no era nada, que estaba bien. Osea estaba más que agradecido por el esfuerzo que hacía por su pequeña pero la preocupación que tenía por el era mayor.

Se ponía un poco mejor cuando el pecoso comenzaba a hacerle mimos, darle besos, abrazos, decirle lo mucho que lo amaba o otras cosas. Eso también era nuevo, en realidad, el nerd siempre fue de dar mucha atención y amor pero ahora como que hacía esas acciones más seguido...quizás sea un síntoma del embarazo.

- 'zuku, amor te traje el almuerzo- dijo el peli ceniza mientras entraba a la habitación con una bandeja llena de comida para el pecoso.

- gracias kacchan- contesto, dejando en la mesita de luz que tenía a su izquierda su cuaderno y lápiz - está muy rico, gracias!- dijo sonriendo.

- de nada. Oye que es lo que tanto escribes en ese cuaderno? Siempre que te veo estás escribiendo algo o lo terminas borrando, que es?- pregunto, era la verdad hacía mucho que lo veía así, en cualquier momento del día Izuku estaba con ese cuaderno escribiendo valla a saber uno que.

- es un secreto- contesto- pero no te preocupes lo podrás saber...pronto.

- Te haces el misterioso? Quién te crees que eres para dejar con intriga al gran Bakugou Katsuki, eh?!- grito.

- Me creo el esposo del gran Bakugou Katsuki. Tu crees que soy poca cosa?- al finalizar su oración sonrió al ver la cara dura y sin habla de su pareja. Jeje gané.

Katsuki solo se sentó en la cama al lado del pecoso aceptando su derrota pero orgulloso de lo que le dijo su Omega, el se lo enseñó así que está contento, además, eso lo forma parte de la victoria.

- lo siento.

- eh? De qué te disculpas nerd?- pregunto.

- Me disculpo porque dentro de dos días es tu cumpleaños y no tengo un regalo para ti, y tampoco puedo ir a conseguirte algo. Perdón- finalizó casi al borde del llanto, otra vez.

- nono, no te preocupes por eso. No necesito ningún regalo, en serio, estoy bien así. No te preocupes por estupideces.

- Kacchan no hables así. Pero como sea voy a darte un regalo o sorpresa el día de tu cumpleaños vas a ver, algo se me va a ocurrir y te va a encantar- contesto emocionado; ahora tenía que ponerse a pensar que podía regalarle.
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La noche fue tranquila dentro de todo, no hubo dolores ni molestias por parte del Omega por lo que pudieron tener una linda noche. Luego, en la mañana cerca de las doce del mediodía llegaron de imprevisto Denki y Kirishima junto con Kami, su cachorro.

- Y ustedes dos qué mierda hacen aquí, ha?- pregunto irritado el alfa cenizo.

- nosotros también te extrañamos Bro!- contesto Denki.

- yo nunca dije eso- contrataco.

- bueno, ustedes dos tranquilos- esta vez hablo kirishima- vinimos porque habíamos quedado hoy en juntarnos a pasar el día. No lo recuerdas?

Gracias por esas sonrisas (katsudeku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora