La noticia le cayó como una jarra de agua fría. Tras cinco años sin escuchar su nombre volvía a aparecer. Elizabeth Lupin había vuelto, y esta vez no sola, si no con su hija.
No dejaría ni mucho menos que entrara a su vida, era inevitable no verla pero nadie le impedía el hecho de tener una mala relación con ella. Desde luego, siempre la tuvieron.
No creía firmemente en el hecho de que esa niña, fuera hija de George. No encontraba sentido, pues bien se sabía que Elizabeth había mantenido una larga relación con la que actualmente es su pareja y el hecho de ahora aparecer con una hija de su gemelo, era especialmente raro. Algo no le cuadraba a Jessica, pero lo que sabía con certeza es que no dejaría que su llegada influenciada en su relación, la cual le había costado tanto formar.
—¿En que piensas tanto bonita?—se acomodó en la cama para poder rodear su cintura con el brazo más próximo a esta. Aspiró su aroma y la pegó más a el con el fin de sentirla más cerca, pues adoraba sentir a su novia junto a el.—Sé que llevas un rato despierta.—
Ciertamente, el pelirrojo tenía razón. Llevaba unos minutos debatiendo en su cabeza pensamiento, pero aún no se había levantado de la cama, pues se sentía cómoda y agusto. Si se levantaba sentía como el día comenzaba y lo único que deseaba Jessica en esos momentos es quedarse abrazada a su novio por un largo rato y que el tiempo se parase, para que nunca, nada ni nadie pudiera separarlo de su lado.
—Tu sobrina.—farfulló y el odio en su voz se hizo notar, para su suerte Fred no pudo darse cuenta.—Es raro que aparezca ahora, ¿no crees?.—
El hombre era conciente de las circunstancias y sabía el por qué de esperar tanto. Según su hermano, la mujer se encontraba sola pues perdió a sus familiares en la Segunda Guerra Magica, y cuando se enteró de la existencia de la vida que comenzaba a florecer en su vientre, su gemelo recién comenzaba una relación con su actual esposa Angelina (Jhonson de soltera) Weasley.
—Tuvo sus motivos...—murmuró y les contó todos estos.— Igualmente, nunca es tarde para la verdad, es hija de mi hermano gemelo y la cuidaré y querré todo lo posible.—
La furia de Jessica se desató en su interior, odiaba ver como Fred compajeniaba tan maravillosamente bien con los niños pequeños. Parecía que el mundo no paraba de recordarle que le estaba costando quedarse embaraza de el hombre.
Desde que era joven no pensaba en tener hijos, lo veía una responsabilidad y una carga de la que no querría ocuparse. Eso fue antes de enamorarse perdidamente de el Weasley, y deseó tener un hijo suyo, con su centellante cabello pelirrojo, sus pecas esparcidas por todo su pequeño rostro y sus ojos marrones en los que se perdía la mayoría de veces.
Pero definitivamente esa no era la única razón, también necesitaba un hijo de ambos por si algo no salía bien del todo en un futuro, tener algo a lo que poder anclarse y atar al pelirrojo a su lado por toda una larga vida.
Había platicado con Fred del hecho de tener hijos y afortunadamente era una cosa que a él también le emocionaba. Pero tras intentarlo varias veces y ver que el resultado no era positivo, decidieron que llegaría cuando menos se lo esperaban y lo recibirían con los brazos abiertos.
—Supongo...—murmuró y se deshizo del agarre del hombre para poder levantarse de la cama.
Caminaba moviendo lentamente sus caderas de un lado hacia el otro, haciendo que el hombre se recargara en la cama para poder tener una mejor vista.
—¿Dónde vas bonita?— inquirió sin quitarle atención a cada uno de sus pasos.
—A darme una ducha.—se recargo en la puerta del baño y se giró para mirarlo con una pícara sonrisa.—¿Vienes?.—
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𝖤𝖥𝖨𝖬𝖤𝖱𝖮-𝖥𝗋𝖾𝖽 𝖶𝖾𝖺𝗌𝗅𝖾𝗒
Fanfiction-"Los amores eternos son los más breves" ............... 5 años después de la Guerra, todo el mundo mágico se encuentra en total paz y tranquilidad. La tienda de los gemelos, Sortilegios Weasley resultó ser un éxito. George, se encontraba en una rel...