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Habían decidido ir a pasar la tarde en un lago que tan solo se encontraba a unos metros de la residencia de la gran familia de pelirrojos que vivía cerca de San Ottery.

Desde pequeños, los hermanos Weasleys al completo solían venir al menos una vez al mes cada verano para poder refrescarse y pasar una tarde agradable que al final solía acabar en risas tras las bromas que realizaban los gemelos Weasleys.

El sol brillaba con suma intensidad y rozaba la piel de cada uno de los presentes, la menor de la familia Weasley chapoteaba en el agua junto a su padre.

—¡No! ¡Papa, no!—gritaba entre risas, su padre no dejaba de hacerle cosquillas en sus costados causando un ataque de risa por parte de esta.

George paró y cargandola la miró a los orbes cafés de su hija.

—¿Entonces quieres que pare, ángel?—inquirió dejando un sonoro beso en su frente para después mirarla— Me parece que eso no va a ser posible.—sin aviso previo, agarrandola con firmeza para que no hubiera accidentes la introdujo en el agua sin que esta llegara a preveerselo.—

La menor salió tras unos breves segundos del agua con su rojizo cabello despeinado y mojado en su totalidad, miró a su padre cruzándose de brazos con una expresión de enfado.

—¡No es justo papá!—se quejó.

—Claro que no lo es.—ánimo Ginny desde el otro lado del lago, se acerco nadando hasta su sobrina.—Georgie se merece una venganza—bromeó cargando a su sobrina de los brazos de su padre.

Ginny, se alejó con su sobrina y volvió hasta donde se encontraba antes a compañía de su pareja, Harry.

—¿Te hicieron una broma no, peque?—inquirió Harry acariciando su cabello y peinandolo con sus manos hacia atrás para que no le molestara.

La menor asintió a su tío aún estando enojada con su padre por lo hecho recién.

—¿no crees que se merece una venganza, Potter?—le susurró Ginny para que únicamente se entraran su sobrina y pareja.

—Desde luego que si.—les guiño el ojo a ambas.—

Ron y Hermione conversaban en otra parte del lago, alejados de los demas para tener algo más de paz, tranquilidad y privacidad.

Fred Weasley se encontraba en el lago, cubierto por la cintura de la cristalina agua de este. Sus brazos apoyados en una roca, flexionado así su torso, dejando una perfecta vista a su paso. Sus ojos se encontraban cerrado, gozando de una tranquilidad y relajamiento propio. Sus facciones no tenían expresión ninguna, pero gracias a que el Sol brillaba con firmeza hacia que estos se vieran más hermosos a su vista.

Se veía completamente hermoso—pensó Elizabeth en un intento fallido de quitar la vista sobre el hombre.

Unos quejidos por parte del gemelo menor la sacaron de su trance.

Hiraeth subida en los hombros de Harry, Ginny detrás de su hermano rodeando su torso por detrás para inundar su costado de cosquillas a la vez que la Weasley menor y su tío lo salpicaban con el agua de su alrededor.

La menor estaba completamente orgullosa por haberse podido vengar, y una sonrisa victoriosa adornaba su rostro, mientras que el Potter agarraba con firmeza las piernas de su sobrina para que no cayera hacia atrás.

Su madre desprendía felicidad extrema al verla sonreír con tanta felicidad cuando antes era un suplicio ver sus labios curvados hacia arriba.

Tras que los tres observaron que era suficiente para George, cedieron los chapoteos.  La menor se bajó de los hombros de su tío para nadar con sus manguitos hasta su padre, el cual la recibió cargandola en brazos.

𝖤𝖥𝖨𝖬𝖤𝖱𝖮-𝖥𝗋𝖾𝖽 𝖶𝖾𝖺𝗌𝗅𝖾𝗒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora