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La noche había caído, seguramente su novia y sus hijos se encontrarían ya en un profundo sueño

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La noche había caído, seguramente su novia y sus hijos se encontrarían ya en un profundo sueño. Llegó a su casa, tras haber ido a visitar a su gemelo quien de verdad le preocupaba. Los últimos meses había estado realmente mal desde que se enteró de que su novia había sido la que causó todo esto. No dormía, prácticamente comía muy poco, su cuerpo habia perdido algo de masa, viéndolo mas enfermo. Realmente, George Weasley la estaba pasando mal.

Entró en su casa, intentando hacer el menor ruido posible pues  no escuchaba nada y supuso que estarían durmiendo.

Al entrar, dejó su chaqueta en el perchero se dirigió a el salón donde un sollozo lo alerto. Fue corriendo hacia este, creyendo que podía ser alguno de sus hijos, pero cuando llegó la imagen frente a el lo sorprendió.

Elizabeth estaba sentada en el sofá, con un vaso agarrando en su mano derecha. Algunas botellas dr Whisky de fuego estaban colocadas en el suelo del salón. Estaba en sostén, con el pantalón del pijama puesto y el pelo alborotado. Sus ojos hinchados y llenos de lágrimas, alertando al hombre quien se acercó a paso rápido, colocándose a la altura del sofá cogiendo las manos de la mujer para mirarla, había un mínimo rastro de olor a lavanda, pues en completo olía al alchol que había estado ingiriendo.

—¿Cielo..?— llamó este, haciendo que la mujer alzará su mijara encontrándose con los orbes avellanas altamente preocupados—¿Cuánto has bebido?

Esta miró a su alrededor, viendo las botellas tiradas por el suelo y el vaso en su mano para después mirar al hombre a los ojos encogiéndose de hombros

—No lo se—se encogió de hombros mirando al suelo

Este la miró preocupado, sabiendo que no solo había bebido una o dos copas. Hizo que levantara de nuevo su mirada y vio cómo sus ojos se empezaban a empañar ligeramente.

—¿Quieres contarme cielo?—preguntó acariciando su mejilla para que lo observara

Su cuerpo comenzó a temblar mientras los sollozos se escapaban de sus labios sin intentos de contenerlos.

—Esto es una mierda..—afirmó llevándose el vaso que aún contenía un poco de líquido a sus carnoso labios.

La mano de Fred forcejeó contra la suya para quitárselo, a lo que esta sollozó aún más.

—No más alchol por hoy, Lizzie— afirmó quitando el vaso de su alcance y acariciando sus manos cariñosamente dejando un beso en esta—Ahora, dime que te sucede.

Pareció dudarlo pero levantó la cabeza para mirarlo, llena de lágrimas.

—No voy a poder tener más hijos..—habló en un hilo de voz— Me dejarás por no poder darte más hijos...

Sintió un vacío dentro suya al escuchar a su novia rota, sollozando frente a el por una cosa  que ninguno de los dos podian controlar.

—Nunca te dejaría por eso, ni por nada Lizzie..— dejó un corto beso en sus labios— No me importa no tener más hijos, tenemos a nuestra preciosa Hiraeth y a nuestro querido Jackson y sé que quieres adoptar a ese niño que vimos en el orfanato muggle— recordó apenado volviendo a centrarse en su esposa.—Te amo Elizabeth, eres el amor de mi vida, la mujer que quiero a mi lado y la que hace que mi corazón vaya a mil por hora cada que te veo. Tu coraje, tu nobleza, tu valentía, tu sonrisa, tu seguridad, tus malos chistes, hace que este completamente a tus pies. Y probablemente mañana no recuerdes nada de esto, pero te amo, te amo Elizabeth y nunca podría alejarme de nuevo de tu lado, porque esta vez no lo permitiré, así tenga que luchar con quien sea. Por eso, no pondré tu vida en peligro.

𝖤𝖥𝖨𝖬𝖤𝖱𝖮-𝖥𝗋𝖾𝖽 𝖶𝖾𝖺𝗌𝗅𝖾𝗒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora